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Don Felipe, el verano pasado durante la Copa del Rey - EFE

El Rey estrena sus vacaciones con una jornada marinera

Don Felipe pasó todo el día en el mar, a bordo de la lancha Somni, con la Reina Doña Sofía

Palma de Mallorca Actualizado: Guardar
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El Rey disfrutó ayer de su primer día de vacaciones en Mallorca, sin actos institucionales, audiencias ni visitas. Pasadas las once de la mañana, Don Felipe salió en coche del Palacio de Marivent y se dirigió a Porto Pi, el puerto militar en el que se custodia la lancha que utiliza la Familia Real. El Rey embarcó en la Somni y puso rumbo a la isla de Cabrera, un espacio natural protegido en el que se puede disfrutar de cierta intimidad, alejado como está de los grandes focos mediáticos. Poco después, el yate se perdió en el horizonte. A bordo sólo se distinguían dos figuras, la del Rey y la de su madre, Doña Sofía, aunque se divisaban más acompañantes, probablemente niños, pero la distancia cumplió con su función y aisló a los tripulantes en una escena de la que resultaba imposible rescatar protagonistas con nombre y apellidos.

En plena ola de calor y con la isla abarrotada de turistas (hay plena ocupación hotelera, atascos en las calles, listas de espera para coger un taxi e incluso colas para comprar en una farmacia), el Rey optó por el plan más tranquilo y refrescante de cuantos ofrece Mallorca: pasar el día en el mar con parte de su familia. A media tarde, Don Felipe, Doña Sofía y sus acompañantes regresaron a tierra con la misma discreción con la que embarcaron y se dirigieron al Palacio de Marivent.

La Copa del Rey Mapfre

A quien no se ha podido ver todavía por la isla es a la Reina Doña Letizia, ni a sus hijas, la Princesa de Asturias, de once años, y la Infanta Sofía, de diez, aunque se espera que aparezcan en cualquier momento. De hecho, es habitual que los Reyes lleguen a Mallorca de forma escalonada. A más tardar, su primera comparecencia en público será mañana por la tarde, que es cuando se ha convocado a la prensa para la tradicional sesión fotográfica de la Familia Real en los jardines del Palacio de Marivent.

Mientras Don Felipe se alejaba ayer de la costa a bordo de la Somni, en el Real Club Náutico de Palma de Mallorca dio comienzo oficialmente la 36 edición de la Copa del Rey Mapfre, aunque la competición propiamente dicha no empezará hasta mañana lunes. En cualquier caso, la actividad fue frenética durante todo este sábado porque los regatistas se afanaban en los preparativos de la que será la Copa del Rey de vela más grande de la historia, con 140 barcos registrados, lo que ha supuesto un gran esfuerzo logístico para la organización. Ayer seguían llegando veleros al Náutico, algunos por carretera y otros por mar, como el Aifos, el viejo barco de la Armada que patroneará Don Felipe y que, hasta ahora, estaba atracado en el puerto militar por razones de seguridad, que este año ha sido visiblemente reforzada.

El lunes también se espera la llegada de Pierre Casiraghi, el sobrino del Príncipe Alberto de Mónaco y nieto de la Princesa Grace, que competirá por segundo año consecutivo en la Copa del Rey de vela con su llamativo catamarán volador.

A las citas habituales del verano, este año se ha sumado una nueva: el homenaje que la Copa del Rey rendirá el jueves a los dieciséis regatistas españoles que compitieron en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y que lograron cuatro medallas de oro y una de plata. Y es que muchos de aquellos olímpicos son regatistas habituales en la competición de Palma, entre ellos el que fue su abanderado, Don Felipe. Al acto, que será presidido por el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, han sido invitados todos los regatistas olímpicos del 92, excepto Mireia Casas, que falleció en 2002, cuando tenía 35 años. Será la tercera ocasión en diez días en que el Rey conmemore ese acontecimiento deportivo, que el pasado 25 de julio recordó en dos actos en Barcelona.

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