Ernesto de Hannover Jr. asesta el golpe definitivo en la guerra contra su padre
El distanciamiento del todavía marido de Carolina de Mónaco y su primogénito se incrementó cuando el joven cedió el histórico castillo familiar de Marienburg al estado germano por un euro
Todo comenzó hace un año, cuando Ernesto de Hannover se enfrentó públicamente a su primogénito y heredero, Ernesto Jr . Se opuso rotundamente a su matrimonio con Ekaterina Malysheva y anunció que iniciaría acciones legales para recuperar todos los bienes que le cedió en 2005, entre ellos el castillo de Grünau en Austria, el castillo de Marienburg en Alemania y otras propiedades. «No ha sido fácil tomar esta decisión porque involucra a mi hijo . Pero me he visto obligado a hacerlo porque está en juego la preservación de los intereses de la Casa de Hannover, incluidos valiosos bienes culturales que son propiedad de la Casa desde hace siglos», declaró entonces.
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Ernesto Augusto temía que en caso de un hipotético divorcio de su hijo, parte de los bienes de la Casa Güelfa quedasen en manos de Ekaterina. Pero además se sintió destronado en vida, pues en 2012 le destituyeron como presidente de la Fundación Herzog von Cumberland para poner en frente a Ernesto Jr .
Tradición familiar
Por su parte, el feliz matrimonio ya han sido padres en dos ocasiones: Elisabeth , nacida en febrero del año pasado y su segundo hijo y primer varón, nacido el pasado mes de marzo. Todos los tabloides apostaban por que el pequeño sería bautizado como Ernesto Augusto, pues es tradición en su familiar llamar así a los primogénitos varones. Sin embargo, la pareja ha decidido cortar con esta tradición -que lleva en pie desde 1845- y ha llamado al pequeño Augusto . No se sabe si esto es un acto de rebeldía que aviva el fuego en la guerra padre-hijo, pero lo que está claro es que es bastante probable que esta decisión haya sentado como un jarro de agua fría a Ernesto de Hannover.
Un euro
El distanciamiento del todavía marido de Carolina de Mónaco y su primogénito se incrementó cuando el joven cedió el histórico castillo familiar de Marienburg al estado germano por un euro. Una operación que su padre consiguió paralizar en cuanto se enteró, alegando que era «ilegal».
Sin hablar de cifras, el príncipe heredero de la Casa Hannover explicó que las deudas acumuladas por su padre «eran considerablemente más altas» de lo esperado, lo que le llevó a no disponer de capital para mantener el castillo tras saldar los impagos.
