Donald Trump, del «azote» de los Sussex a la buena sintonía con la Reina Isabel II

La decisión que tomaron los Sussex el pasado mes de enero de «retirarse» de la Familia Real británica se hace oficial este mismo miércoles, coincidiendo además con la reciente mudanza de la pareja, que se había establecido temporalmente en Canadá, a Los Ángeles. Tras conocerse esta noticia, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump , publicó un mensaje en su cuenta de Twitter en el que aseguraba que el país no se hará cargo de los gastos de seguridad de Meghan y Harry: «Ahora que han dejado Canadá por Estados Unidos, Estados Unidos no pagará por su protección . ¡Deben pagar ellos!».

A pesar de la ya característica franqueza de sus mensajes, Trump no quiso perder la ocasión de presumir de su amistad con Isabel II , dejando claro que su relación nada tiene que ver con las objeciones hacia el matrimonio Sussex: «Soy un gran amigo y admirador de la Reina». En cualquier caso, parece que el matrimonio no tenía pensado solicitar ayuda al Gobierno de Trump para costearse su seguridad. Tienen muy claro que es algo que tendrán que hacer ellos y lo harán con fondos privados , tal y como recoge la revista «People».

Pero este es solo el último de los numerosos comentarios que el político ha vertido durante los últimos años sobre algún miembro de los Windsor. Precisamente el pasado año, Donald y Melania Trump viajaron al Reino Unido y, poco antes de su encuentro con la monarca, se refirió a Meghan como una persona «horrible» por un comentario que esta hizo sobre él antes de entrar en la realeza, cuando le llamó «misógino». No obstante, el presidente trató de arreglarlo alabando la función que los Sussex estaban llevando a cabo a través de su fundación.

A su regreso a EE.UU., el presidente se deshizo en halagos hacia la Reina y su hijo, el Príncipe Carlos , tras unos días que, sin embargo, no estuvieron exentos de polémica. La impuntualidad de Trump, sumada a su desconocimiento del protocolo, hicieron que su viaje fuese analizado hasta el más mínimo detalle y se convirtiera en objeto de críticas.

Se desconoce cómo habrán sentado a la monarca las palabras del político quien, una vez más, ha demostrado que la suya es una relación de «idas y venidas» bastante impredecible.