Carmen Sevilla cumple 88 años sin recuerdos pero en la memoria de todos

No pocas han sido las veces que el entorno cercano de la actriz ha tenido que desmentir informaciones que aseguraban que se encontraba en estado crítico

Carmen Sevilla ABC

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Desde que en marzo de 2015 Carmen Sevilla ingresase en la residencia Sanyres, un centro especializado en el cuidado de enfermos de alzhéimer situado en Aravaca, en las afueras de Madrid, poco se ha sabido de «la novia de España». Su hijo Augusto Algueró fue el que tomó la decisión después de su divorcio de Marta Díaz , cuando se trasladó a casa de su madre.

El deterioro del estado de la actriz, que necesita atención permanente, habría motivado su ingreso hace tres años. Según reconocieron por entonces algunos de sus amigos más íntimos, la actriz no reconocía a nadie , ni siquiera a su propio hijo, y tan solo se limitaba a repetir algunas de las palabras que le mencionan. Al parecer, solo reacciona al escuchar la música de algunas de sus canciones. Son, naturalmente, algunos de los problemas del alzhéimer que padece desde hace varios años. La madre de la artista, que murió a los 99 años en una residencia geriátrica, padeció la misma enfermedad.

No pocas han sido las veces que el entorno cercano de Carmen Sevilla ha tenido que desmentir informaciones que aseguraban que la actriz y cantante se encontraba en estado crítico, la última hace poco menos de un año. Por el momento lo único que se sabe es que la folclórica andaluza se encuentra como siempre. Sí que es verdad que con el paso del tiempo su estado de salud, obviamente, ha ido a peor de forma notable , por lo que desde hace años su único hijo decidió restringir las visitas a su madre a familia y amigos íntimos para evitar que se filtrase información a la prensa.

Fue en 2010 cuando la que fuera una de la actrices y cantantes más bellas de los años 50 se retiró para siempre de la vida pública. Con su arte encandiló a un país entero durante décadas, tanto con sus películas como con su gracia al frente del Telecupón de Telecinco y «Cine de Barrio». Tras abandonar la televisión se refugió primero en su residencia madrileña de Pintor Rosales y, posteriormente, en la clínica de Aravaca.

Como se publicó en ABC hace un par de años, su vida, desde hace algún tiempo, transcurre entre la cama y el salón donde ve la televisión, y, al parecer, en ocasiones especiales sale a dar una vuelta con un amigo. Eso sí, tratando de pasar inadvertidos, con el apoyo de su acompañante, porque naturalmente ella no es consciente de esta realidad .

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