Ari Behn, la última Navidad del «yerno del infierno»
El suicidio del excéntrico exmarido de la Princesa Marta Luisa, llena de dolor la Casa Real noruega
No es casualidad que Ari Behn , pintor, escritor y exmarido de la Princesa Marta Luisa de Noruega (48), se suicidara el día de Navidad, a los 47 años de edad. Para él, estas fechas estaban marcadas desde pequeño por la tristeza y habían sido el desencadenante de su depresión crónica. «Mi madre se casó con su mejor amigo. Mi padre, a su vez, contrajo matrimonio con la exmujer de ese señor. Hicieron, literalmente, un intercambio de parejas. Y nos comunicaron su decisión el día de Nochebuena, porque consideraron que como estábamos todos juntos, era un buen momento», relató él mismo a una revista sueca hace años. La enfermedad le trastocó tanto que le imposibilitaba convivir con nadie. Su único miedo , y que ha terminado por hacerse realidad, era «no poder completar el proyecto que he empezado con mi esposa. Tenemos tres hijas y quiero que crezcan y se conviertan en personas independientes, inteligentes, con empatía y sentido de la realidad», confesaba.
El «yerno del infierno» , como se referían a él mucha de la prensa noruega, gozaba del respeto de sus exsuegros -los Reyes Harald y Sonia - y sobre todo mantenía una buena relación con Marta Luisa de Noruega por el bien de sus hijas. Ella mejor que nadie conocía y había sufrido sus excentricidades, sus infidelidades y situaciones o declaraciones en las que no dejaba en buen lugar a la Casa Real noruega. Los que le conocen bien dicen que seguro que ha dejado una nota de suicidio en la que saldar sus cuentas, sobre todo con la Princesa. Tras su separación, en 2016 -el divorcio lo firmaron en 2017-, llegó a decir que era «un gran cambio en su vida, comparable con Marte».
Debut en sociedad
Precisamente con su exmujer y sus tres hijas Maud (16), Leah (14) y Emma (11) tenía pensado pasar estas fiestas, o al menos eso es lo que contó en una entrevista hace unas semanas. Con quien también se llevaba bien o más bien había conectado espiritualmente es con Durek Verret (45), el chamán y nueva pareja de Marta Luisa de Noruega, cuyo debut en sociedad el día de Navidad quedó empañado por el trágico suceso. Ambos compartían una instantánea en la que podía leerse «Te quiero hermano». Aunque ese cariño no caló en Ari, a juzgar por los acontecimientos.
Behn se casó con la primogénita de Harald V y Sonia de Noruega en 2002. Casi tres lustros más tarde, lo suyo ya era historia. En una declaración emitida el pasado miércoles, poco después de que se conociera la noticia, el Rey Harald y la Reina Sonia llamaron a Behn «una parte importante de nuestra familia durante muchos años, y tenemos recuerdos cálidos y afectuosos de él. Estamos agradecidos de haberlo conocido. Lamentamos que nuestras nietas hayan perdido a su amado padre» , según rezaba su comunicado. Muy correcto, teniendo en cuenta que les costó aceptar el matrimonio entre su hija y el escritor, ya que veían en Behn a un bohemio liberal al que le gustaban demasiado las fiestas. El propio yerno tenía claro que, por su carácter, tarde o temprano iba a ser expulsado de la Casa Real noruega -las imágenes de Behn travestido en Barcelona o mendigando en Londres son elocuentes-. Pero no hizo falta, ya que su suegro se adelantó y le quitó el título de Alteza Real a su hija para quitarle ese peso a su yerno y que ambos llevaran una vida más normal y su trabajo no estuviese vinculado con la Corona.
Ari Behn -cuyo funeral será oficiado el 3 de enero en la catedral de Oslo- escribió tres novelas, tres colecciones de cuentos y tres obras de teatro con poco éxito. Fue coautor de un libro con la Princesa Marta Luisa sobre su boda e incluso llegó a desfilar como modelo ocasional de una cadena de ropa. Hace dos años, en una entrevista, confesó que el actor Kevin Spacey (60) le había agarrado por las partes íntimas y le sugirió que salieran cuando el actor presidió un concierto con motivo de la entrega de los premios Nobel. Lo extraño es que no lo contó como una acusación más de las que recibió el actor por abuso, sino como una situación extraña que había vivido.
Noruega esta conmocionada por el triste desenlace de uno de sus plebeyos que llegó a ser miembro de la Familia Real, pero que no tendrá un funeral como tal si es que no se ha celebrado ya en las más estricta intimidad. La única imagen de despedida que quedará para la historia son las numerosas velas y flores que los espontáneos han dejado estos días a las puertas del Palacio Real de Oslo en recuerdo de Ari Behn. Marta Luisa se refugia estos días en su chamán, el mismo que le devolvió la sonrisa tras su divorcio y ahora está siendo el mejor guía espiritual para sobrellevar el duelo, tanto para ella como para sus hijas, que han quedado huérfanas de padre.
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