Fuera de sitio

Cristiano Ronaldo y la chispa de la vida

«El hombre con más seguidores en Instagram del planeta conoce el valor de asociar su imagen a otro titán, aunque sea a la contra de una marca para la que fue imagen hace 15 años»

Cristiano Ronaldo
Lola Sampedro

Lola Sampedro

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Resulta que Cristiano Ronaldo es un actor fantástico. Hay que ser muy inocente para creer que el desplante del futbolista a Coca-Cola sea fruto de la improvisación. A mí se me antoja imposible que no estuviera todo calculado, por eso estoy tan maravillada con la naturalidad del portugués al retirar las dos botellas de la mesa; con agilidad, con displicencia, con eso que llaman 'un par' y sudando mares de testosterona. Un remate perfecto para meter el golazo final: «Agua».

«Agua», dijo con ese tono de macho alfa encantado consigo mismo. Y se quedó tan pancho, entiendo, porque sabía perfectamente a qué había ido allí , la línea del guión con la que tenía que empezar la ya famosa rueda de prensa. ¿Alguien recuerda lo que dijo después de la pedorreta al refresco que vende en todo el mundo casi 2.000 millones de botellas al día?

Lo que vino luego ya lo saben todos: Coca-Cola perdió casi 4.000 millones de dólares de valor en Bolsa. Me pregunto si los cálculos previos de los asesores de Ronaldo se acercaron a esa cifra o si se quedaron cortos. Tuvieron que hacer previsiones, suposiciones varias del resultado de la jugada . Estrategia en ese universo, el de los riquísimos, en los que nadie da puntada sin hilo.

El gesto de Cristiano confirma, como digo, una autoconsciencia que va más allá de su relevancia como deportista. El hombre con más seguidores en Instagram del planeta conoce el valor de asociar su imagen a otro titán , aunque sea a la contra de una marca para la que fue imagen hace 15 años. Vendió como salud lo que solo es marketing e hipocresía. Buscó y consiguió con esa facilidad pasmosa una lucha de egos de dos gigantes en un mismo plano televisivo.

Las pataletas se contagian de forma asombrosa entre los niños. Si un crío empieza una, los que están alrededor lo imitarán casi al instante. Se contagiarán de la misma forma en que explotan las bombonas de gas butano: por simpatía. Ver a Pogba solo un día después emular al portugués da hasta pudor.

El centrocampista francés retiró una botella de Heineken (otro patrocinador de la Eurocopa) y dejó las cocacolas en la mesa. Su gesto no ha tenido la misma repercusión, ni de lejos. Ni la naturalidad ni la agilidad ni la testosterona. Cristiano Ronaldo no quiere beberla, prefiere decirnos en 20 segundos: «Ey, aquí la chispa de la vida soy yo».

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