poster Vídeo

Ortuzar, a la defensiva: «Unos días somos los nacionalistas buenos y otros, el diablo con cuernos y rabo»

El presidente del PNV defiende a Rajoy y Sánchez y dice que sufren una «presión indebida»

BILBAO Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Unos días somos los nacionalistas buenos y otros días, como parece que pudiéramos apuntalar no sé qué opciones alternativas, volvemos a ser el diablo con cuernos y rabo. Volvemos a ser los peligrosos independentistas». En pleno maremágnum para la conformación del nuevo Gobierno, mientras el PNV, a la espera de recibir una llamada del PSOE, perfila su hoja de ruta para los próximos cuatro años, con la triple coordenada del reconocimiento de la nación vasca, el derecho a decidir y la bilateralidad, su presidente, Andoni Ortuzar, se pone a la defensiva.

Lo ha hecho esta mañana a preguntas de los periodistas en la sede de la Fundación Sabino Arana, en Bilbao, donde el exministro principal escocés Alex Salmond ha presentado la versión en euskera de su libro «The dream shall never die».

Ortuzar se ha quejado de la visión que, asegura, se tiene ahora del partido que lidera. Y ha justificado: «El PNV de hace un mes y el de hoy es el mismo. Y el de hace 10 años y el de hoy, es el mismo. Y seguro que el de dentro de cinco años seguirá siendo el PNV, defendiendo la nación vasca, defendiendo el derecho a decidir, defendiendo la bilateralidad con el Estado... Lo que hemos hecho toda nuestra vida».

«Lo que hace un mes era un modelo de racionalidad, pues ahora parece que es peligrosísimo, somos ya tan peligrosos como lo peor de lo peor de la política», se ha extendido en su queja. «¿Por qué? ¿Porque a lo mejor nuestros seis votos pueden llevar a un Gobierno alternativo? ¿A qué hay miedo? ¿Qué haya Gobierno, que no haya Gobierno? ¿El Gobierno solo puede ser de un sentido?», ha lanzado una serie de preguntas retóricas.

Al presidente del PNV se le ha preguntado por el liderazgo de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez al frente de PP y PSOE, y si sus posiciones se han visto debilitadas, y ha asegurado que «da la sensación de que en España a algunos les molestan los partidos políticos». «Hay determinados movimientos que pueden ser peligrosos si se sustentan en acciones no democráticas y no transparentes. Me da la sensación de que hay presiones y movimientos ocultos, ya no tan ocultos, para intentar condicionar la vida de los partidos políticos desde fuera».

«Es muy fácil decirle a otro partido lo que tiene que hacer, incluso si uno no es un partido, es un editorialista de un medio de comunicación», ha proclamado Ortuzar. «Alerto de la presión creo que hasta en cierto punto indebida que se está haciendo sobre los líderes de los dos partidos», ha apuntado en alusión a Rajoy y Sánchez. «No comparto la forma en que están gestionando ni el uno ni el otro este proceso, pero no me atreveré nunca a pedirles que dimitan. Eso les corresponde a sus correligionarios, a sus afiliados. A lo mejor lo que se está haciendo es intentar violentar la voluntad democrática por otras vías», ha dejado caer de forma velada.

«Escocia es nuestro modelo»

Ortuzar ha cerrado con estas reflexiones un acto en el que se ha encargado de presentar a Salmond, galardonado el día anterior por la propia Fundación Sabino Arana en una gala en Bilbao. «Siempre hemos dicho que Escocia era un modelo», ha indicado el presidente del PNV, cuyo partido, ha recordado, está «muy identificado con su lucha y su forma de luchar», mediante «el diálogo y el apretón de manos», en alusión al referéndum -fallido, que llevó a Salmond a dimitir- de 2014.

«En Escocia pudieron hacerlo, nosotros seguimos cruzando puños en el Estado español, nos gustaría que fuera el camino escocés el que imperara en el futuro de un Estado que tiene pendiente el problema territorial, y que no puede esperar más tiempo y no puede darle más la espalda a esa realidad». Previamente, en euskera, tras asegurar que los escoceses habían ganado con la mera celebración del referéndum, aseguraba: «Ahora es nuestro turno».

Salmond, por su parte, ha afirmado no tener «ninguna duda de que Escocia en algún momento se convertirá en un país independiente», y que solo resta saber cuándo, dado que «las cosas necesitan su tiempo». El «mensaje principal», ha afirmado, es que «la ambición de los pueblos se tiene que desarrollar dentro de un proceso democrático» para obtener un «estatus igualitario entre naciones».

Ver los comentarios