«No éramos conscientes del poder letal de las pelotas»

Comienza el juicio contra seis «ertzainas» por la muerte de Iñigo Cabacas en 2012

Vista del inicio del juicio a los seis agentes de la Ertzaintza EFE

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Seis años después, los agentes de la Ertzaintza vinculados con la muerte de Íñigo Cabacas se sientan en el banquillo de acusados de la Audiencia vizcaína. El aficionado del Athletic, de 28 años, falleció tras recibir el impacto de una pelota de goma durante los disturbios posteriores al partido entre el conjunto rojiblanco y el Shalke 04 alemán. En una primera sesión marcada por las contradicciones de los declarantes, uno de los policías implicados reconoció que la unidad no era consciente en aquel entonces del «poder letal» de este tipo de armas.

El joven, nacido en Basauri (Vizcaya), murió cuatro días después de recibir un pelotazo durante los incidentes que acontecieron al término del Athletic Club - Shalke 04 del 5 de abril de 2012. Si bien en un primer momento se mantuvieron todas las hipótesis abiertas, la autopsia confirmó que Cabacas sufrió una fractura craneal con importantes lesiones cerebrales a causa del impacto del proyectil. Los hechos tuvieron lugar en el callejón de María Díaz de Haro, cercano a San Mamés, en el que se personaron los policías implicados en el suceso: un oficial, dos suboficiales y tres agentes de base .

Todos ellos se sientan desde ayer en el banquillo de acusados de la Audiencia de Vizcaya. Dos de los policías reconocieron haber disparado pelotas de goma , mientras que un tercero explicó que solo disparó en vacío y con fines disuasorios. Porque lo que se encontraron en el callejón, explicó el oficial, fue una auténtica «encerrona». «Un ataque premeditado y organizado», denunció el «ertzaina», que añadió que la multitud comenzó a lanzarles «todo tipo de objetos», desde botellines hasta piedras.

El agente, responsable de una de las furgonetas policiales que se desplazaron al lugar de los hechos, aseguró que él no era «partidario de entrar cargando». En todo caso, subrayó que ni él ni sus compañeros conocían el verdadero alcance de este tipo de armas: « No éramos conscientes del poder letal de estas pelotas -aseveró-. Se suponía que no iba a pasar nada. Nunca antes había pasado». A ello hay que añadir que los «ertzainas» pertenecían a la unidad de Seguridad Ciudadana, no a la de Brigada Móvil , de forma que no utilizaban habitualmente el material antidisturbios.

«La brigada de Seguridad Ciudadana era en aquella época, con otro consejero y otro gobierno, un cajón de sastre que se usaba para todo», denunció el agente, ya jubilado, que alegó que al llegar al callejón vio a policías de otras furgonetas que ya estaban disparando. Es en este punto donde más difieren los acusados, que incurrieron en contradicciones a la hora de explicar quien dio la orden de cargar contra la muchedumbre. Tampoco quedó clara la cifra de vehículos policiales que acudieron a la zona ni el número de escopetas que se dispararon esa noche.

«Sensatez divina»

La acusación particular solicita ahora cuatro años de cárcel para los seis policías, acusados de un delito de homicidio por «imprudencia grave profesional». Los padres del fallecido, Manuel Cabacas y Fina Liceranzu , reclamaron este lunes «justicia» para poder «descansar» tras seis años de lucha contra las instituciones y la Fiscalía: «Que algún rayo de sensatez divina llegue para que consigamos Justicia», manifestaron.

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