Un centro de día de Guipúzcoa se niega a vacunar por estar en fase «experimental»

El Aiton-Etxe de Oyarzun alega que no se conocen los efectos secundarios del producto a medio y largo plazo

Diario Vasco

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Un centro de día de Oyarzun (Guipúzcoa), el Aiton-Etxe , se niega a administrar la vacuna contra el coronavirus a sus cerca de cuarenta usuarios. La dirección alega que la solución de Pfizer y Biontech se encuentra «en fase experimental» y que los efectos secundarios que puede acarrear a medio o largo plazo son «desconocidos» . El desplante del centro ha obligado a intervenir a la Diputación Foral, responsable de las residencias de la provincia, que ha prometido que todos aquellos mayores que así lo deseen serán vacunados.

A través de una circular, la directora de este centro de día explicó a residentes y familiares que una vacuna normal requiere entre cuatro y diez años de investigación para ser efectiva, «no unos pocos meses como es el caso». «No está demostrado que los beneficios que ofrece el medicamento superen los riesgos que puede producir» , se dice en la carta, adelantada por Eldiario.es.

La institución foral no ha detallado aún si adoptará medidas contra la dirección del Aiton-Etxe, que es privado pese a que el 80 por ciento de las cuarenta plazas que oferta son concertadas. Desde el centro apuntan que no se está impidiendo a los residentes vacunarse, pero que deben ser ellos los que lo soliciten en otro lugar.

La campaña de vacunación orquestada por el Departamento de Salud del Gobierno vasco se enfoca por el momento en las residencias de mayores , y de hecho todavía no se han establecido las fechas en las que las dosis de Pfizer-Biontech llegarán a los centros de día. También existen dudas sobre la capacidad que este tipo de instalaciones privadas tienen a la hora de decidir si pueden o no vacunar a sus usuarios.

Por el momento, la Diputación ha anunciado su intención de ponerse en contacto con el centro y de mantener con las familias de los usuarios una reunión. En un comunicado, la institución aseguró que los ancianos tendrán garantizada su vacuna si así lo quieren, pues «se trata de un derecho y de una decisión personal» . Incidió, pese a ello, en que la crisis es una «responsabilidad colectiva» y que su solución «está en manos de todos».

La polémica en este centro de Guipúzcoa se suma a la que tuvo lugar la semana pasada en Andalucía, concretamente en un geriátrico de Sevilla, donde los familiares de un anciano incapacitado mentalmente se negaron a vacunarle. Según avanzó la Fiscalía, aquellos que impidan administrar la dosis a allegados que no estén en plenas facultades podrían perder la tutela.

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