Investigan a un Policía Nacional y otro Foral por presunto encubrimiento de una agresión sexual

Las víctimas piden 4,5 años de prisión para el Policía Nacional y la Fiscalía la absolución

Una imagen del Palacio de Justicia de Navarra. ABC

El juzgado de Instrucción número 1 de Pamplona investiga la actuación de dos agentes de Policía, uno Foral y otro de la Policía Nacional, ambos cuñados que podrían haber encubierto una presunta violación grupal cometida por otros dos hombres en un piso de Erripagaña durante el puente foral de 2016. Así lo recoge el digital Pamplona Actual que cita pesquisas realizadas por Diario de Noticias y que este lunes recogía El Mundo y este martes publica Diario de Navarra.

Según las distintas informaciones, las mujeres denunciaron que se despertaron con dos desconocidos en una vivienda de Erripagaña, con lesiones compatibles en ambos caso con una agresión sexual grave. Lo último que recuerdan de esa noche según declararon ante la juez es que estaban con una tercera persona, un agente de la Policía Foral, en el Bar Otano. Supuestamente, los autores podrían haber utilizado un narcótico o similar, como la Burundanga para anular la voluntad de las mujeres y cometer las agresiones sexuales.

Días después, el 26 de diciembre de 2016, dos hombres fueron detenidos por estos hechos por agentes de la Policía Nacional, y una tercera persona, el agente de la Policía Foral fue llamado a declarar. Éste se mostró muy colaborador, y la instructora pudo ver las fotos en su teléfono móvil donde aparecía una menor, que era hija de uno de los agentes de la Unidad que precisamente investigó el caso. Ese fue el hilo de la segunda investigación, una presunta trama para borrar pruebas de los hechos por parte del agente de la Policía Nacional que es cuñado del agente Foral investigado en el caso.

En principio, las investigaciones encallaron, y la juez llegó a archivar estas pesquisas por la trama para borrar pruebas, aunque finalmente poco antes de que la Audiencia ordenara reabrir el caso, la juez decidió retomarlo, y ahora será la sala de la Audiencia quien lo juzgue mientras la instructora resuelve el asunto de la presunta trama.

Como ya publicó Diario de Noticias y recoge ahora El Mundo, en ese tiempo desapareció un informe con los datos del móvil del agente de Policía Nacional y además las imágenes de la cámara de grabación del propio bar el día de la supuesta agresión sexual. Igualmente no aparecen archivos informáticos de la Unidad que investigó el caso con partes de trabajo durante la investigación.

El agente de Policía Nacional será juzgado próximamente acusado de haber avisado a su cuñado de que había una investigación contra él por una agresión sexual denunciada por las dos mujeres, según Diario de Navarra. La fiscal pidió el archivo del caso al no ver demostrado el aviso, pero la acusación particular, en representación de las víctimas, pide para él 4,5 años de prisión. Además, el Juzgado de Instrucción nº 1 de Pamplona continúa investigando otras dos piezas relacionadas con este caso: la agresión sexual y otra sobre la desaparición del volcado y análisis del teléfono del cuñado.

Los hechos se remontan a la madrugada del 8 de diciembre 2016. Dos mujeres, tras coincidir con tres hombres en un bar de Pamplona, despertaron en la vivienda de uno de ellos sin recordar absolutamente nada. La investigación de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Policía Nacional, a la que pertenecía en esas fechas el agente investigado, (sigue trabajando en el cuerpo) inició la investigación el 19 de diciembre, tras recibir el informe médico que hacía referencia a una posible agresión sexual; y el 24 de diciembre se tomó declaración a las dos víctimas.

Ya el 23 de diciembre, el agente investigado no se presentó a trabajar (alegó que estaba enfermo), y para entonces la policía ya tenía en su poder los datos del taxi que trasladó a las dos denunciantes desde la casa de su cuñado en el barrio de Erripagaña. Asimismo, constaba en el informe que el teléfono desde el que se había pedido el taxi era el suyo.

El policía no volvió a trabajar hasta el 2 de enero, por lo que no participó en la investigación, pero sí formaba parte de un grupo de whatsapp de la unidad de la UFAM (Unidad de Familia y Mujer) de la Policía Nacional, y en ese chat “se informaba sobre el desarrollo de la investigación”. Entre otros datos, en ese grupo se habló de que se iban a practicar los registros y las detenciones. “Consta acreditado que el imputado leyó estos mensajes y, por lo tanto, aunque se encontraba de vacaciones tenía conocimiento de las investigaciones que se estaban llevando a cabo”, destacó en su día la juez instructora.

Tranquilos en el arresto

Además, subrayaba la magistrada, el acusado realizó búsquedas en las aplicaciones policiales con el nombre de su cuñado entre el 13 de diciembre y el 27 de enero. “Se desprenden indicios racionales de que habría anunciado a su cuñado que se iba a llevar a cabo las diligencias de investigación sobre su persona”, resalta la magistrada, quien añade que en el momento de la detención de dos de los investigados ambos “mostraban una tranquilidad inusitada, impropia para los hechos tan graves que se les imputaban”.

Las sospechas se centraron en el agente después de que la instructora se fijara tras la detención en que la foto que tenía un arrestado en el móvil era la de la hija de su compañero. Mientras la acusación particular reclama 4,5 años de prisión para el policía por los delitos de revelación de secretos y omisión del deber de perseguir delitos, la Fiscalía pedirá la absolución en el juicio. Para el Ministerio Fiscal, no hay pruebas suficientes, sino solo sospechas, que demuestren que se diera ese aviso, ya que no constan comunicaciones entre el policía y cuñado.

Esta es la única parte del caso con la instrucción finalizada y pendiente de ser juzgada. Sobre la pieza principal, la denuncia interpuesta por las dos mujeres, el caso sigue investigándose en el Juzgado de Instrucción nº 1 de Pamplona. Fueron detenidos dos varones, uno de ellos el cuñado del policía, y también se investiga a un policía foral que estuvo con ellos en el bar.

Por otro lado, el mismo juzgado también investiga la desaparición del volcado de uno de los dos teléfonos de los investigados. Ambos fueron remitidos a Madrid para investigar si habían borrado pruebas, pero el volcado y análisis de uno de ellos no llegó al juzgado de Pamplona (el del cuñado del agente acusado), por lo que se investiga si la pérdida fue en Madrid, adonde se envió para su volcado y análisis, o en Pamplona tras recibir la información, y si esa pérdida fue accidental o deliberada.

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