Interior de uno de los vagones de clase Business, con la moqueta del suelo decorada con motivos árabes
Interior de uno de los vagones de clase Business, con la moqueta del suelo decorada con motivos árabes - DE SAN BERNARDO

El tren a la Meca sale de Madrid

La fábrica de Talgo en Las Rozas construye convoyes que transitarán por Arabia Saudí, Kazajistán, Uzbekistán y Rusia

Madrid Actualizado: Guardar
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Los trenes que se construyen hoy en la factoría de Talgo en Las Rozas (Madrid) estarán en unos años atravesando el desierto en Arabia Saudí, o circulando por Kazajistán, Uzbekistán, Rusia, Alemania o Estados Unidos. En la fábrica, una plantilla de 812 hombres y mujeres –éstas, en un porcentaje del 20 por ciento– se afanan en hacer los encargos que reciben de medio mundo. Por ejemplo, los que comunicarán Medina con La Meca: 35 convoyes que darán servicio a 160.000 peregrinos al día.

El presidente de Talgo, Carlos Palacio Oriol, asegura que se están «cumpliendo escrupulosamente» los plazos de entrega de los trenes para el AVE a la Meca, particularmente adaptados para el lugar donde se van a utilizar.

De hecho, incluso cuentan con un sistema de soplado en las ruedas para reducir el efecto de la arena, así como una garantía continua de aire acondicionado de manera que el suministro no falle ni siquiera en caso de parada del convoy. Algo que puede resultar vital cuando uno está en medio del desierto.

Empleados árabes y kazajos

Talgo cuenta, entre sus empleados, con algunos de nacionalidad árabe, así como a kazajos y uzbekos, con quienes se asesora para determinadas cuestiones relacionadas con las diferentes culturas de las sociedades donde se utilizarán estos trenes. Se trabaja a demanda, construyendo trenes a la medida del cliente, explican los responsables de Talgo. Esto explica que utilicen los colores de las banderas de cada país-cliente en las tapicerías, o que la decoración interior sea acorde con los gustos de la nación que hace el encargo.

En el caso concreto de los que van a la Meca, esto se traduce en una moqueta con diseños inspirados en el mundo árabe, que se repiten en los portamaletas o en la tapicería de los asientos. Los carteles interiores están escritos en árabe e inglés, e incluso se han instalado en los trenes lavatorios para que los viajeros puedan cumplir con las abluciones diarias marcadas por el Corán.

Seis meses de trabajo

De la factoría de Las Rozas salieron hace ya más de un año unas nueve de estas unidades, que están ya en Arabia Saudí. Hasta allí se llevan en barco. Construir cada uno de estos trenes lleva unos seis meses de trabajo, lo que incluye superar las 4.200 pruebas de software que se hacen por motivos de seguridad, y que se dirigen tanto a testar su funcionamiento eléctrico como a lo relativo a la señalización.

Una vez en Arabia Saudí, se realizan también pruebas de rodadura. Como explicó Palacio Oriol, este proyecto «exige adaptarnos a las condiciones muy duras del desierto, tanto de temperatura como de presencia de arena». Por eso, explicó, han trabajado «en colaboración con el Ejército», aprovechando su experiencia en zonas desérticas.

El proyecto de AVE a La Meca tiene un importe total que asciende a 6.736 millones de euros. Este «emblema» del sector ferroviario español, como lo define el Ministerio de Fomento, contará con más de 450 kilómetros de línea férrea por los que circularán los 35 trenes que está construyendo Talgo en la Comunidad de Madrid.

A 25 kilómetros de Sol

En una reciente visita a la instalación, la presidenta regional Cristina Cifuentes destacó que «en un radio de 25 kilómetros desde la Puerta del Sol, la región concentra la producción de vehículos industriales como Iveco, de automóviles como el Grupo PSA, de componentes aeroespaciales como Airbus, o de trenes de alta velocidad como Talgo».

La factoría de Las Rozas de esta compañía cuenta con 30.400 metros cuadrados, y en su playa de 17 vías se realiza el mantenimiento del material ferroviario, además de la construcción de los trenes de alta velocidad que luego circulan por lugares tan alejados de la región como Uzbekistán o el desierto arábigo.

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