Alsina lleva desde 1866 vendiendo artículos religiosos
Alsina lleva desde 1866 vendiendo artículos religiosos - BELÉN RODRIGO

La tienda de artículos religiosos donde se escondió parte del tesoro de las Descalzas Reales

Durante la Guerra Civil la cueva de esta tienda protegió a muchas personas,entre ellas a las monjas de las Descalzas Reales. Jorge Mario Bergoglio antes de ser Papa hizo un pedido en este establecimiento centenario

Madrid Actualizado: Guardar
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A mediados del siglo XIX José Alsina Mascib, recién llegado de Reus, decidió montar una fábrica de medallas en la capital española. Era un negocio ya desarrollado en Cataluña, pero no en Madrid, y pensó que era una buena oportunidad para labrarse un futuro decente. Poco después, en 1866, abrió una tienda de artículos religiosos, Alsina, frente a la iglesia de San Ginés. La fábrica acabó por cerrar en los años 20 mientras que el comercio sigue siendo uno de los centenarios de Madrid que mantiene su actividad inicial. Se ha mantenido en manos de la misma familia, siendo ahora la cuarta generación, Juan Ignacio Alsina, la que está al frente del negocio.

Situada en la calle Bordadores (7 y 9) se encuentran los más variados artículos religiosos, a excepción de libros, sobre todo del culto católico y algunos de la religión ortodoxa, aunque no hay mucha demanda.

Albas, casullas, estolas, cálices, mesas de altar, imágenes religiosas, sagrarios, estandartes….una larga lista de artículos, sobre todo para religiosos y sacerdotes. También reciben la visita de muchos fieles, en busca de imágenes para sus casas o los que regalan objetos a su parroquia.

Esta tienda, ahora con el doble de superficie que en sus inicios, guarda muchas historias entre sus paredes. La Guerra Civil trajo mucho sufrimiento a esta familia ya que en el 36, José Alsina, hijo del fundador, murió abatido en Paracuellos, «al igual que muchos de la familia», afirma a ABC José Ignacio Alsina. Durante el conflicto bélico siguieron abiertos «vendiendo maderas para calentarse con las estufas y también cosméticos». Los artículos religiosos desaparecieron, se llevaron todo, «excepto una imagen de San Antonio María Claret que no debieron descubrir y hoy la tenemos en la tienda, pero no está a la venta», añade el gerente del negocio. Muchas personas lograron esconderse en la cueva de la tienda, «que estaban comunicadas con todas las cuevas de la calle por si había un derrumbe», cuenta José Ignacio. Entre las personas que se escondieron durante la época de los bombardeos estaban «las monjas de las Descalzas Reales con parte del tesoro».

Fue tras la guerra cuando el negocio comenzó a prosperar, con muchos envíos a América, sobre todo muchas imágenes grandes y orfebrería. En Alsina realizan trabajo prácticamente artesanal, «nos referimos a una serie cuando tiene 10 piezas para hay muchas que son únicas». Y tienen varios talleres que trabajan con la casa hace muchos años.

Público local, nacional e internacional

José Ignacio estudió Física pero al final se quedó en el negocio con su padre, porque le gustaba y era una forma de prolongar en el tiempo el negocio familiar, algo que ahora ve difícil que ocurra con su descendencia. Con el tiempo ha logrado modernizar todo lo posible el negocio cuya página web recibe más de dos mil visitas cada día. «Vendemos poco por Internet pero es un escaparate muy visitado por nuestros clientes, muchos de ellos habituales», aclara. Proceden de Madrid, de las afueras, de otras ciudades y también del extranjero. Han tenido pedidos muy especiales, entre ellos el artículo que se envió a Jorge Mario Bergoglio antes de ser Papa, aunque prefiere no desvelar lo que era.

Los fieles compran sobre todo rosarios e imágenes de la Virgen del Carmen y de San José, en distintos tamaños. Para las iglesias piden sobre todo la de Cristo Resucitado, en medidas bastante grandes. En momentos del año como ahora, Semana Santa, las hermandades encargan sus estandartes y artículos para los pasos como coronas o faroles. En la catedral de Lugo se encuentra representada en esculturas La Última Cena, con 13 figuras de 1,80 centímetros de altura, realizada en Alsina, que nunca falla en la procesión.

Alsina expone una gran vaiedad de belenes cada épca natalicia
Alsina expone una gran vaiedad de belenes cada épca natalicia - B.RODRIGO

Cuentan con artículos para bautizos y comuniones y cada Navidad exponen una gran variedad de belenes. «Es la época con más jaleo en la tienda pero también la más bonita. Vienen familias enteras buscando las piezas que les falta en sus belenes, está siempre muy animado», confiesa Alsina. Entre los objetos más baratos que existen en la tienda están las cruces de 1 euro o los rosarios de 3 euros. Hay una gran variedad de casullas, a partir de 60 euros y entre los artículos más caros están los sagrarios y toda la imaginaria de gran tamaño. A la hora de decorar las nuevas iglesias, «todo ha cambiado mucho, ya no asesoramos tanto porque se intenta combinar que la arquitectura del lugar y la decoración»

La crisis ha afectado mucho a este tipo de negocios. Por un lado los problemas económicos de países como Brasil o Venezuela que durante años fueron grandes clientes. En España, «cada vez se reduce más el mercado y somos varias tiendas en este sector, centenarias, pero no tenemos ningún tipo de ayuda». José Ignacio sabe que sería importante innovar en el negocio pero «resulta difícil hacer una gran inversión cuando no hay sucesión porque mis hijos trabajan en otras áreas». Él sigue al frente del negocio con la misma ilusión de siempre, cuidando de su clientela más fiel y atrayendo otra nueva.

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