Segundo día de huelga masiva de taxis, que mantienen su pulso con la Administración

El sector ve «decepcionante» la reforma exprés de la ley regional y exige que se obligue a precontratar el servicio de VTC al menos 6 horas antes

La patronal madrileña CEIM se ofrece a mediar en el conflicto y que se retrase al menos hasta después de Fitur

Taxistas de Madrid, manifesttándose en la Puerta del Sol/ Los taxistas amenazan con bloquear la frontera con Francia ISABEL PERMUY/ ATLAS
Aitor Santos Moya

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Madrid continúa vacía de taxis. Ayer, miles de profesionales arrancaron la huelga indefinida tomando los enclaves más estratégicos del mapa circulatorio: las estaciones de Chamartín, Atocha, Méndez Álvaro y Avenida de América; la T1, T2 y T4 del aeropuerto de Barajas, y la Puerta del Sol. Hoy, las protestas continúan. Tras la reunión matenida ayer con la Comunidad de Madrid, los taxistas consideraron «insuficiente» el borrador que la Administración les presentó. Una de las «líneas rojas» que el colectivo pide que incluya «sí o sí» el texto es la precontratación del servicio de los VTC. La Comunidad le pasó la patata caliente al Ayuntamiento para que sea Carmena quien regule este aspecto. Por ello, a falta de lo que ellos consideran una solución, decidieron continuar «acampados», de manera indefinida, hasta que esto se solucione. Así, llevan desde las 06.00 horas de ayer , cuando comenzaron las protestas y los paros. Y, de momento, el final se vislumbra lejano.

De hecho, tras la ruptura de negociaciones con el Gobierno autonómico –al que han calificado de «demagogo» y de «querer salvar solo su cara ante las elecciones»–, el colectivo avisó que «recrudecería» su protesta. Así ha sido. A primera hora de la mañana, medio millar de taxistas han cortado la M-4o , en ambos sentidos, provocando graves retenciones al tráfico en hora punta. La Policía ha tenido que desplazarse al lugar, muy cerca de Ifema –donde pretenden boicotear el inicio de Fitur– para levantar las barricadas. Lo tienen claro: no cesarán en su conflicto hasta que las administraciones escuchen y recojan todas sus peticiones, ya que consideran que están «atentando contra sus derechos ».

La patronal CEIM se ofreció a mediar en el conflicto, para evitar que «estallara» la huelga en pleno Fitur, la feria del turismo que es un escaparate mundial de Madrid.

Megáfono en mano, los representantes de las diferentes asociaciones del sector dieron cuenta a mediodía de la reunión mantenida con el Gobierno regional para reclamar una regulación inmediata de los vehículos de alquiler con conductor (VTC), que trabajan con plataformas como Uber y Cabify.

Un encuentro en el que participaron la Federación Profesional, la Asociación Gremial, la Asociación Madrileña del Taxi, Élite Taxi y la Plataforma Caracol. Sus representantes salieron repitiendo una misma palabra: «Decepción». Las propuestas del presidente regional, Ángel Garrido , que ha tomado personalmente las riendas del conflicto y hoy se reunirá con las VTC, pasan por una reforma legal exprés de la Ley regional de Transporte, que se pondría en marcha en dos meses. En ella se incluyen la obligación de que las VTC tengan licencia municipal igual que los taxis y la prohibición de que circulen por las calles en busca de clientes o permanezcan estacionados para captarlos.

Se recoge igualmente que estos servicios tienen que ser precontratados –la principal reivindicación de los taxistas–, pero traslada a los ayuntamientos la papeleta de regular esta parte. De hecho, esta es la queja de las asociaciones del sector : que el Gobierno municipal le pase la pelota a los ayuntamientos, cuando ellos quieren que se recoja en la ley regional que haya precontratación al menos con seis horas de antelación. «Una ordenanza municipal la ‘tumba’ la Comisión de la Competencia, pero una ley regional no», justifican. La reforma que ofrece la Comunidad no convence a los taxistas: sus representantes la tildaron anoche de «broma», por lo que la huelga continúa hoy.

Cortes, abucheos y bocinazos

Ataviados con pancartas en las que se podía leer «Uber compra políticos y no cumple la Ley» o «10 años engañados», los taxistas manifestaron su descontento con cánticos («¡Si esto no se arregla, huelga, huelga, huelga!») , abucheos y bocinazos. Tras ello, el grueso del grupo improvisó una marcha por la Gran Vía y Alcalá hasta alcanzar la plaza de Cibeles. Llegados desde casi todos los puntos de la geografía española, los trabajadores exigieron también al Ayuntamiento de Madrid, que dirige Manuela Carmena , la puesta en marcha de medidas que pongan fin a la «competencia desleal» denunciada en los últimos tiempos.

La protesta fue pacífica; hubo incidentes aislados y cortes de tráfico en M-40 y M-11

La jornada, bañada de tensión aunque sin incidentes reseñables, se trasladó por la tarde hasta las puertas de Ifema, cuyas instalaciones se abrirán mañana para una nueva edición de la Feria Internacional del Turismo, Fitur. Conscientes de la importancia del evento, los taxistas amenazan con bloquear los accesos en caso de no alcanzarse un acuerdo antes de mañana. Precisamente, pasado el mediodía de ayer, bloquearon la M-40 y la M-11, a la altura de Campo de las Naciones, en una acción orquestada que podría extenderse a otros puntos de la capital. «La Comunidad no ha querido atender la regulación de la precontratación, por lo que habrá paro indefinido», advirtieron los manifestantes: «Pacíficamente, el taxi no trabaja; pero pacíficamente, la VTC tampoco lo va a hacer».

El colectivo puso especial énfasis para que no se repitieran los ataques registrados en Barcelona o el aeropuerto de Barajas, donde tres VTC fueron apedreados el pasado viernes. Hasta hubo algún que otro aplauso irónico al paso de uno de estos vehículos por el centro. Los ciudadanos, principales damnificados de la huelga , buscaron alternativas en el transporte público y, como viene ocurriendo en paros anteriores, también en alguna de las plataformas señaladas por los taxistas. «Vengo de San Sebastián y acabo de saber que no hay taxis. Cogeré un Uber», apuntaba una joven nada más salir de Atocha.

En el aeropuerto se repitieron escenas similares, con decenas de taxis parados en las terminales. «Estamos informando a los pasajeros», comentaba un conductor en la T4. El sector tan solo prestó servicio por medio de cien vehículos eurotaxi –con distintivos especiales– dispuestos para aquellos usuarios que necesitaron desplazarse por tratamientos de diálisis y pruebas oncológicas, o para trayectos de personas con movilidad reducida.

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