Seeing Auschwitz, repensar el horror en Madrid

La exposición fotográfica, que acoge el Centro Sefarad-Israel, propone un viaje audiovisual al pasado más doloroso de Europa

Vista general de la exposición en la Casa Sefarad-Israel de Madrid Isabel Permuy
Jesús Nieto Jurado

Jesús Nieto Jurado

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Al horror hay que mirar de frente, entenderlo. Lo escribió Primo Levi : «Auschwitz está fuera de nosotros pero nos rodea por completo, flotando en el aire». Auschwitz, en la Historia de la Humanidad, fue hace bien poco y la misma raíz de la ignominia aún parece persistir en no pocos lugares del mundo. La pregunta es si d espués de los crematorios y las cámaras de gas, de los oficiales de las SS sonrientes por su contribución a la supremacía racial, la Humanidad ha aprendido de sus errores. Por ello, la exposición ‘Seeing Auschwitz’, que acoge el Centro Sefarad Israel de Madrid, pretende que el visitante se haga está reflexión a partir de la fotografía. Porque del exterminio en el campo nazi alemán en la Polonia ocupada hubo tres planos gracias a ese testigo histórico que es la propia fotografía: el plano de los verdugos, el plano de las víctimas y el plano de los aliados cuando «liberaron», demasiado tarde, el campo de concentración.

Lo mollar que propone la muestra, dividida en cinco salas, es cómo el fogonazo del magnesio, la fotografía en suma, es capaz de desvelar las intenciones del retratista. Y no sólo las intenciones; también a través del encuadre y del plano se comprueba la mirada distinta sobre una de tantas vergüenzas de la Historia de Europa.

Son más de un centenar de fotografías y de dibujos, y al visitante le sorprende, por ejemplo, la dignidad de un niño que mira al objetivo camino de la muerte; una mirada de inocencia, un abrigo ya mugriento y la estrella de David cosida como una sentencia. U otro niño, siempre un niño, caminando entre cadáveres que se descomponen al pie de un bosque de abedules. En el fondo, como explican los responsables de la exposición, afortunadamente la imagen guarda para la eternidad «las múltiples evidencias de las atrocidades». Y por eso son tan reveladoras las instantáneas que la superviviente Lili Jacob se encontró en un baúl y en otro campo de concentración, justo cuando los americanos entraban en el lejano campo de Mittelbau . Jacob, al borde de la desnutrición, se encontró a sí y a los suyos en un cuaderno con el macabro título de «Reasentamiento de los judíos de Hungría». Y conservó ese legado para todos los que han de estudiar lo que pasó en Auschwitz. Una serendipia, una más, de la Historia.

La tragedia en dibujos

La fotografía opera en ‘Seeing-Auschwitz’ como un crisol de la condición humana. Están los retratos de los responsables del campo nazi alemán en la Polonia ocupada que trataban de normalizar el genocidio . Pero aun, en esas fotos, en detalles que se le pasaron al fotógrafo, Auschwitz habla sin hablar. También están los dibujos del artista David Olère, superviviente del Sonderkommand (unidades de trabajo formadas por los propios judíos) del campo que, años después, reflejó la tragedia en elocuentes dibujos.

Montaje de la muestra Isabel Permuy

Más allá, la exposición cuenta con una audioguía con testimonios reveladores que complementan la experiencia. Y no sólo eso, en el proyecto ‘ Seeing Auschwitz’ , con visitas grupales y reducidas, proponen un posterior debate y reflexión en el salón de actos donde se ponga en tela de juicio el principio que mueve la instalación: si es posible que se vuelva a repetir el horror. Y si en pleno siglo XXI se ha tomado verdadera conciencia de lo que ocurrió en un lugar concreto de Polonia. Un texto colocado en blanco y negro ilustra el punto de maldad y fanatismo sobre el que se intenta sensibilizar: en octubre de 1943, durante un discurso en el Ayuntamiento de Poznan , Himmler confesó que el asesinato de judíos suponía «una página gloriosa de nuestra Historia que nunca llegaría a escribirse».

La muestra, disponible hasta el 15 de julio de este año, abre de lunes a sábado y ha sido concebida por la empresa española Musealia con la colaboración del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau de Polonia, en asociación con la ONU y la UNESCO, y el apoyo del Centro Sefarad-Israel, la Comunidad de Madrid, las Embajadas de Estados Unidos, Alemania, el Foro Cultural de Austria y el Ayuntamiento de Madrid. Una oportunidad para repensar un pasado que aún escuece. Para que la imagen predomine sobre el silencio y el olvido.

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