Manuela Carmena lleva la paella que compartió con los bomberos
Manuela Carmena lleva la paella que compartió con los bomberos - EFE

Los «secretitos» que los bomberos revelaron a Carmena antes de comerse una paella

La alcaldesa ha visitado el fondo documental del parque en el que se guardan partes, documentos y expedientes que comienzan en el siglo XIX

Madrid Actualizado: Guardar
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Los bomberos del parque de Santa María de la Cabeza y los treinta y ocho grados que marcaban los termómetros han formado el comité de bienvenida a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que con treinta minutos de retraso ha acudido a la invitación de sus bomberos a comer paella en Usera.

La alcaldesa ha llegado tarde a su cita en el parque de bomberos número cinco de Madrid, donde ya la esperaban el concejal de Salud, Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento, Javier Barbero, la portavoz del Gobierno local, Rita Maestre, y el senador y diputado autonómico madrileño de Podemos Ramón Espinar.

Una tardanza que ha estado justificada en que la alcaldesa acudía como invitada a la inauguración del año judicial que el rey Felipe VI celebraba hoy en Madrid y de la que, se ha excusado, no ha podido escaparse a tiempo, pese a que prefería acudir a la paella de sus bomberos.

Unos bomberos que esperaban para echar el arroz, ante el peligro de que la paella«se pasase», ya que antes de la comilona Manuela Carmena y sus ediles visitaban las instalaciones, donde la alcaldesa ha podido conocer los «secretitos», «rincones» e «inmensas habilidades» del cuerpo.

El recorrido ha comenzado en el gimnasio y se ha dirigido al fondo documental de los bomberos, que en el sótano de sus instalaciones guardan partes, documentos y expedientes que comienzan en el siglo XIX y que han sido ordenados por algunos de ellos «por vocación» en sus tiempos libres.

En los archivos se pueden observar cómo han cambiado las emergencias a las que hacen frente los bomberos madrileños; entre la documentación figuran incendios famosos, como el de los Almacenes Arias (1987) o el fuego del teatro Novedades (1928), pero también los avisos de obuses y bombardeos de la Guerra Civil.

El expediente de un bombero, fechado en 1890 y escrito a mano y a máquina (la digitalización llegó al cuerpo iniciado el siglo XXI) con detalles como el número de permisos que se tomó o un parte médico que diagnosticaba un catarro bronquial, y el «cuaderno de bitácora» de uno de los mandos han sido otros de los documentos que ha observado la alcaldesa, para quien la visita ha sido «estupenda».

No ha disfrutado la regidora del aire acondicionado, que ni estaba ni se le esperaba en las instalaciones, una circunstancia que parecía no afectar a los bomberos allí presentes, pero que sí sufría la nube de periodistas que seguía a Carmena por los recovecos del parque.

El calor, que estaba presente en todas las conversaciones, no ha evitado que los bomberos mostrasen a la alcaldesa cómo bajan por la cucaña -la barra por la que descienden de un piso a otro-, sus habilidades de escalada e incluso de rápel, cuando dos agentes han mostrado a pleno sol y pasadas las tres de la tarde como descendían varios pisos con una cuerda.

«Esos dos se van a deshidratar», azuzaba uno de los bomberos a la comitiva mientras alcaldesa y concejal observaban los vehículos que intervienen en los incendios, aunque felizmente no ha habido que lamentar suceso alguno, acostumbrados como están los bomberos a soportar fuertes temperaturas. «Ya se ha echado el arroz», advertía otro cuando el equipo de Carmena organizaba las declaraciones a la prensa.

Se desconoce el estado de cocción de la paella, pues a la alcaldesa aún le faltaba la foto de grupo y agradecer la invitación; «hace un poquito de calor, pero bueno así nos imbuimos más de la labor que hay que tener de resistencia en este cuerpo», ha comentado Carmena ante los cuarenta grados que rozaba el mercurio.

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