Salvaje agresión en Majadahonda: un menor golpea con una barra a un hombre por negarse a darle un euro

El joven fue detenido en un parque de la localidad, cerca del lugar del ataque

El hombre golpeado, junto a un pañuelo ensangrentado tras la agresión ABC
Aitor Santos Moya

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«Perdona, ¿tienes un euro?». La petición pilló por sorpresa a Jesús María, de 52 años, camino del trabajo. Era viernes, de madrugada, y dos menores le abordaron al inicio de la Gran Vía de Majadahonda , en la plaza de Colón, a pocos metros de la parada del autobús 651 que coge a diario para desplazarse. Sin saberlo, su negativa a la pregunta de marras, desató la ira de sus interlocutores . Uno de ellos le golpeó con una barra de aluminio en la cabeza. «También me tiraron una botella de vidrio», relata, aún con el miedo en el cuerpo: «Temo volver a encontrármelos».

Los hechos, que tuvieron lugar alrededor de las 5.40 horas del pasado 24 de mayo, fueron rápidamente puestos en conocimiento de la Guardia Civil, que ese mismo día detuvo a uno de los jóvenes tras localizarlo en el parque de Colón, muy cerca del lugar de la agresión. Tras recibir el fuerte golpe, que le provocó una herida inciso-contusa superficial en la frente , de unos ocho centímetros, Jesús García comenzó a gritar solicitando ayuda, lo que motivó la huida de los atacantes.

Un conductor de VTC paró su vehículo para prestarle la primera asistencia. «Quiso llevarme al trabajo de forma gratuita», añade. Pero lejos de incorporarse a su puesto, los sanitarios del Samur desplazados le trasladaron hasta el Hospital Universitario Puerta de Hierro. Allí, con la hemorragia ya cortada, los médicos le limpiaron la herida antes de recibir el alta. La víctima solicitó el parte de lesiones y acudió a interponer la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil.

«Por la tarde, fui a declarar a la Fiscalía de Menores y un forense me atendió para valorar el alcance de la lesión», apunta Jesús María. Ahora, seis días después de lo sucedido, prefiere mantenerse en el anonimato ante la posibilidad de toparse de nuevo con los adolescentes, de rasgos latinos , según detalla el propio agredido. Al intentar defenderse, sufrió también contusiones en ambas muñecas ; si bien, pese a la virulencia del embate, en ningún momento llegó a perder el conocimiento. Por suerte, todo quedó en un desagradable susto.

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