Los robos de todoterrenos se disparan en Madrid para venderlos a los «narcos» del hachís
Las mafias sustraen dos vehículos al día de un determinado modelo, el único que se no queda atrapado en la arena y carga hasa 600 kilos de mercancía
Los tentáculos de las mafias del hachís que operan en el Campo de Gibraltar se están dejando sentir de una manera muy particular en nuestra región en los últimos meses: el robo de todoterrenos. Según ha podido saber ABC de fuentes de toda solvencia, cada día se sustraen una media de dos vehículos de este tipo y de una marca y modelo muy concretos para vendérselos a estos traficantes.
Se están especializando en los Toyota Land Cruiser , que son, prácticamente, los únicos capaces de adentrarse en las playas de la zona de Cádiz sin quedarse atrapados en la arena y salir airosos de una persecución. Los llevan hasta prácticamente la orilla y los encargados de las gomas y las lanchas que traen la droga desde Marruecos cargan la mercancía en estos todoterrenos, después de desmontar sus asientos traseros. Son capaces de transportar 600 kilos de «chocolate» en un solo viaje.
Las mafias del hachís se han dado cuenta de que este modelo en concreto es el más efectivo, después de que, por ejemplo, los BMW X5 se quedaran atrapados en la arena. Existe una red de ladrones de distintas nacionalidades que han visto este nicho de «mercado» y lo están exprimiendo al máximo. Hablamos tanto de españoles como de marroquíes y ciudadanos del este de Europa. «Los sustraen en apenas veinte segundos y, como mucho, les doblan las matrículas. Los bajan hasta el Campo de Gibraltar por carretera y se los venden a las mafias del hachís por apenas 3.000 o 4.000 euros, cuando su valor puede ser de unos 55.000 en su gama más básica. Luego, los utilizan hasta que los revientan, y los dejan tirados por ahí», explican fuentes policiales.
El pasado mes de abril, la Udyco Central llevó a cabo la denominada operación Cabra. Estos búlgaros, que trabajaban para traficantes de La Línea de la Concepción (Cádiz), eran los más «finos», ya que «enfriaban» el todoterreno durante 24 o 48 horas en cortijos y naves aisladas para asegurarse de que los sistemas de GPS estaban inutilizados, y luego, en talleres, les cambiaban hasta los números de bastidor mediante el troquelaje. También utilizaban inhibidores de frecuencia en los robos.
25 robos de coches al día
El robo de vehículos en todas sus modalidades sigue en boga. El año pasado se sustrajeron 34.000 en toda España. En 2002, la cifra alcanzaba los 152.000;y en 2011 fueron 31.000 unidades. En el primer trimestre de 2018, la Comunidad de Madrid ha registrado 2.267 casos; es decir, más de 25 al día, según los datos oficiales del Ministerio del Interior.
Los grupos conformados por búlgaros ponen el ojo en marcas de gama alta, como Range Rover , que pueden alcanzar los 100.000 euros. El método más novedoso es el que practican con vehículos que no necesitan llaves para abrir y cerrar. Utilizan un sistema mediante el cual uno de los delincuentes camina a apenas cinco metros de su víctima, «roba» la señal del dispositivo de apertura y la transmite a un compinche que se encuentra junto al coche. Así puede entrar en él y arrancarlo.
Son robados en 20 segundos y, como mucho, doblan las matrículas. Después, las mafias los compran por 3.000 o 4.000 euros cuando su valor real es de 55.000
Las organizaciones marroquíes, sin embargo, son más propensas a sustraer vehículos franceses, como Peugeot, Dacia y Renault, de gama media.
La estructura tipo de estas bandas tienen a un jefe en la cúspide, que es el que posee los contactos para colocar los coches. Luego, están los ladrones que compran en el mercado negro los sistemas para desbloquear las centralitas y los interfaces, que pueden oscilar entre los 5.000 y los 15.000 euros. Ellos son los que se encargan de robar, «enfriar» los vehículos durante varios días y pasárselos a los compradores. Otra parte importante del engranaje son los falsificadores, que en una nave o en un chalé maquillan bastidores, doblan matrículas y crean documentación «ad hoc» para cada vehículo. Los hay que son verdaderos especialistas, como un búlgaro muy conocido en el ambiente que lleva en el «negocio» desde el año 2000.
El modelo en boga entre los traficantes, además de su potencia y resistencia, destaca por su capacida de carga y por no quedarse varado en la arena
El receptador manda a alguien de confianza (como matrimonios armenios o turcos de unos 60 años) desde su país, en el este de Europa, y queda con el líder de la banda en zonas como Sanchinarro o El Corte Inglés de Alcalá de Henares.
En cuanto al reparto del dinero, en el caso por ejemplo de un Range Rover (su precio de venta legal se mueve entre los 80.000 y los 100.000 euros), puede ser así: entre 6.000 y 8.000 euros para los que lo roban y falsifican . El jefe de la organización lo vende por unos 20.000 euros al receptador, y este lo coloca por unos 50.000 o 60.000 en el país donde acabe. Aunque también existe mercado ilegal en España. Al «correo» que se encarga de recoger el automóvil en Madrid le pagan el viaje y un extra por el servicio, pero en el país de origen. En cuanto al envío de dinero, lo hacen mediante estas personas o utilizando empresas de envío legales.
Los modelos más robados para venderlos por piezas son el Seat León, el Volkswagen Golf y el BMW S1, de gama media. En cuanto a los más caros, están los Land Rover y los Range Rover, que se envían enteros a países como Bulgaria, Polonia y Marruecos. Los Toyota Avensis, los RAV y los híbridos están también en boga.
En cuanto al uso de coches sustraídos por parte de aluniceros , estos ya se surten de los que ellos mismos se «agencian». Antes, se los compraban a polacos y búlgaros por 2.000 euros.
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