La prueba clave del juicio del Madrid Arena: el vídeo que muestra la avalancha

El próximo martes, 12 de enero, arranca el macrojuicio por el caso Madrid Arena en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial. El escrito definitivo del juez instructor, Eduardo López-Palop, pone entre las cuerdas al principal de los 16 imputados, el promotor de la fiesta mortal de Halloween en la que fallecieron aplastadas cinco chiquillas, Miguel Ángel Flores: el exceso de aforo, agravado por el hecho de que metiera de golpe a 3.000 personas en la pista central, es la principal prueba contra el que fuera gurú de la noche madrileña. El acusado, en cambio, planea negar la mayor. Su línea de defensa versará en culpar al Ayuntamiento (titular del pabellón), a la empresa de seguridad Seguriber (contratada por este) y en echar por tierra el conteo de entradas que reveló que vendió casi el doble de localidades y que en la fiesta se congregaron unas 23.000 personas, frente al máximo legal de 10.620.

El auto es demoledor: «Como consecuencia del enorme sobreaforo, la pista central se encontraba no solo saturada, sino en una situación de aglomeración que impedía a las personas desplazarse en la dirección deseada». Ello generó una «situación de angustia para muchas de ellas, que difícilmente podían soportar físicamente la sensación creada».

A todas estas causas, hay que sumar «que los pasillos de evacuación o vomitorios (8) se encontraban cerrados o clausurados, salvo tres», más el botellón exterior. En este último punto, el juez difiere con el fiscal, que no ve causa-efecto entre la gente que bebía fuera y lo que ocurrió dentro, por lo que pide la absolución del entonces jefe de la Policía Municipal.

Lo determinante vino al inicio de la actuación del Dj Steve Aoki: «Se produjo una aglomeración, cuando ya no existía ningún control exterior de las entradas, a través del acceso de mercancías, sin control ni requisas de objetos peligrosos; una entrada masiva, siendo así que el referido portón conduce a la pista central».

Esta «ya se encontraba sobresaturada», por lo que la confluencia «con la riada humana, que en número no menor a 3.000 personas, accedió a través del portón, produjo tan insoportable situación que algunos jóvenes no podían ni respirar». Buscaron la salida por el único vomitorio cercano practicable, coincidiendo con los que intentaban entrar. Y se produjo la avalancha mortal. En su opinión, «todo lo que podía fallar, falló, por la negligencia de unos y otros y hubo una inactividad criminal por parte de todas aquellas personas que tenían que haber velado por la seguridad, con lo que se produjo el trágico resultado que todos lamentaron pero ninguno evitó».

Sin embargo, la defensa del principal imputado no ha presentado escrito de defensa, ya que «Flores no ha cometido ninguna negligencia». Así lo aseguró su letrado, José Luis Fuertes, aunque fuentes jurídicas dijeron que, en realidad, venció el plazo. Basará su estrategia en «demostrar que el célebre sobreaforo no existió y que en ningún escrito se estable una relación causa efecto», en cuestionar el recuento de las 16.781 entradas halladas en las urnas ocultas en el pabellón satélite «al romperse la cadena de custodia» y en achacar la tragedia no «al infra o supra aforo sino a que el edificio no cumple las medidas de seguridad, por lo que no cuenta con licencia».

Alude a que al replegarse las gradas, los 40 vomitorios se reducen y solo quedó uno practicable. «Los baños están en la misma planta y un grupo de 50 o 100 personas que subieron, al anunciar a Aoki, bajaron y al mezclarse con los que estaban en ese pasillo se produjo la avalancha, con independencia de la gente que había en la pista, que no eran muchos». Su abogado pedirá, además, que testifiquen políticos como Pedro Calvo, entonces concejal de Economía y responsable de Madridec y Antonio de Guindos, exconcejal de Seguridad.