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El asesino de Eva Blanco se ahorca en prisión

A Ahmed Chelh Gerj, de 52 años, le acababan de quitar el protocolo antisuicidios. Él era el único imputado por el crimen de la joven de Algete, por lo que la causa será archivada

Madrid Actualizado: Guardar
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El presunto autor del crimen de Eva Blanco, asesinada en Algete (Madrid) en 1997, Ahmed Chelb, de 52 años, se ha suicidado hoy en la cárcel madrileña de Alcalá Meco, donde estaba ingresado desde el pasado 9 de octubre. Según ha podido saber ABC, el supuesto criminal estaba en protocolo de suicidios hasta el pasado 16 de diciembre, pero tras los informes de los médicos se decidió levantar esta medida.

Chelh fue encontrado solo en su celda, ahorcado con los cordones de sus zapatillas. Ha sido encontrado a la hora de la apertura de las celdas y se ha abierto una información reservada para investigar el suicidio. El pasado 15 de enero Ahmed Chelh declaró ante la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Torrejón de Ardoz y reiteró que dos personas le obligaron a subir a un coche donde estaba retenida la víctima y que le obligaron a eyacular sobre la misma a punta de navaja.

El que era hasta el momento único imputado por la muerte de la joven en el año 1997, declaraba a petición del letrado del acusado, después de que se negase a hacerlo en sede judicial cuando fue puesto a disposición de la juez por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tras su detención en Francia. Al ser el único imputado, probablemente, la causa será archivada.

En el curso de una hora, se ratificó en la declaración que prestó ante el fiscal francés y en presencia de su abogado y mantuvo que dos personas le obligaron a subir a un coche donde mantenían retenida a Eva Blanco. Estos desconocidos, insistió, a punta de navaja, le obligaron a eyacular sobre la joven, si bien, en ningún caso, hubo penetración por su parte. A la pregunta de por qué entonces se encontraron restos biológicos suyos en el interior de Eva, el imputado no supo dar una respuesta.

La instrucción, después de que la jueza, tras aceptar la comparecencia de declaración del acusado y rechazar la solicitud de varias testificales, estaba a la espera de su conclusión en transformación a sumario.

Huida a Francia

Este hombre de origen marroquí había abandonado España dos años después de acabar con la vida de la menor de Algete, de 16 años, en la madrugada del 20 de abril de 1997. Tenía 34 años. Se fue al país galo para no levantar sospechas, según consideran fuentes cercanas al caso. Y es que no resulta fácil desmontar una vida de un día para otro sin dar ninguna explicación a la propia familia y sin que alguien se extrañe por ello.

El revuelo y la repulsa suscitada por el crimen en el municipio de la víctima, en donde dos mil voluntarios se ofrecieron a someterse a las pruebas de ADN, un material que, varios lustros después, ha acabado incriminándole, le empujaron a ello. Su captura fue posible gracias a la colaboración de la Gendarmería y del tesón de los agentes de la Guardia Civil, que dieron con su paradero y le sometieron a vigilancia durante un mes., a los avances en genética forense, que entonces estaba en mantillas, y a la localización de uno de sus hermanos, residente en Algete cuando ocurrieron los hechos, a quien se le extrajeron restos biológicos a finales de junio pasado sin saber el giro que iba a experimentar este, hasta el momento, «crimen perfecto».

A Francia Ahmed llegó con su mujer española y con sus tres hijos, pero el matrimonio acabó truncándose. Después, con su nueva pareja tuvo otros dos vástagos, por lo que es el cabeza de familia de una numerosísima prole que ignoraba la presunta atrocidad que cometió esa aciaga y lluviosa madrugada de abril –entre las 3 y las 6, según el forense– cuando asestó veinte cuchilladas en el costado, espalda y nuca a Eva, que subió a su coche sobre las 23.30 horas, cuando estaba a tan solo 800 metros de su casa. Hasta ahora carecía de antecedentes.

Integrado en prisión

Por otra parte, el presunto asesino cumplía los horarios del centro sin quejarse, no tenía conflictos, mantenía buenas relaciones con los otros internos y se había integrado bien, según las mismas fuentes. Y es que desde el principio y hasta el 16 de diciembre Chelh se regía por el protocolo antisuicidios, ya que intentó quitarse la vida en los calabozos franceses cuando fue arrestado. Más adelante, y hasta el 8 de enero estuvo acompañado en su celda.

Tras pasar los oportunos y rigurosos exámenes psicológicos, le fue levantado el protocolo antisuicidos. «La Administración ha actuado correctamente porque el preso había evolucionado bien. Además, levantar ese protocolo es complicado sin no reúne las condiciones. Al final, si alguien se quiere suicidar, lo consigue tarde o temprano», ha indicado el portavoz nacional de CSIF Prisiones, José Manuel Couso.

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