Jóvenes haciendo botellón en el entorno del estadio Santiago Bernabéu
Jóvenes haciendo botellón en el entorno del estadio Santiago Bernabéu - ÓSCAR DEL POZO

Pocos efectivos y multas que caducan desinflan la lucha contra el botellón en Madrid

A pesar del aumento de las denuncias en un 71,3%, multitud de chavales beben en la calle amparados por las políticas municipales. Las multas suelen caducar

MADRID Actualizado: Guardar
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En Ciudad Universitaria o a la espalda del Santiago Bernabéu; por la zona de Malasaña o en cualquier parque de la capital. El botellón en Madrid es una postal que cada fin de semana se repite. Aprovisionados de vasos de tubo, hielos y bebidas alcohólicas, miles de jóvenes se echan a la vía pública para iniciar la juerga por apenas un puñado de euros. Poco importan las quejas vecinales o el reguero de basura que dejan a su paso. «Salir, vamos a salir igual... ¿o pretenden que paguemos diez euros por cada copa en un garito?», sostiene un grupo de adolescentes.

La muerte de una niña de 12 años en San Martín de la Vega por coma etílico ha puesto de relieve un problema que no presenta visos de remitir.

«Los jóvenes, entre ellos un alto porcentaje de menores, no suelen disponer de un poder adquisitivo que les permita gastarse 40 o 50 euros cada vez que salen de fiesta», remarca Carlos Bahón, presidente de la Asociación de Policía Municipal Unificada (AMPU). Advierte, además, de que los chavales son cada vez «más escurridizos» y hacen todo lo que está en su mano para burlar a los cuerpos de seguridad, «ya sea bebiendo en los aparcamientos o, incluso, en los pasillos del metro».

UCS: labor disuasoria

Según datos de la Policía Municipal, solo desde enero a septiembre de este año las denuncias por consumo de alcohol a menores han subido un 71,3%, con 178, una cifra ostensiblemente mayor en comparación con las 127 que se realizaron en todo 2015. Los distritos que más destacan por este concepto son Chamartín (45), Chamberí (34), y Retiro (26). Otros, en cambio, como San Blas, Puente y Villa de Vallecas, Fuencarral o Barajas no han registrado denuncia alguna.

El hecho de que las multas puedan ascender hasta los 600 euros no parece suponer una preocupación entre sus adeptos. En este sentido, la política del equipo de Carmena es su gran aliado. «Tenemos conocimiento de que muchas denuncias se quedan en nada», explica el portavoz del Colectivo Profesional de Policía Municipal (CPPM), Julián Leal, quien incide en que «el Ayuntamiento las deriva a la Comunidad bajo el precepto de que ellos no son competentes, y cuando la propia Comunidad las devuelve alegando que sí lo son, muchas ya han caducado».

«Las Unidades Centrales de Seguridad hacían una gran labor disuasoria sin tener que intervenir»

Leal señala que los efectivos policiales destinados a paliar este problema son mínimos y considera que la raíz del problema radica en que el Consistorio no apuesta «ni por el sistema ni por la ley». El paulatino desmantelamiento de las Unidades Centrales de Seguridad (UCS) coloca en el punto de mira a los profesionales requeridos para impedir botellones que puedan derivar en situaciones de riesgo. «Las UCS hacían una gran labor disuasoria sin tener que intervenir. Ahora, llega un coche patrulla y los agentes no deberían bajar porque lo único que puede pasar es un lanzamiento indiscriminado de botellas contra ellos», sentencia.

Fuentes de la Policía Municipal explican que las zonas de botellón no son siempre las mismas, ya que al aumentar la vigilancia en los lugares habituales de reunión, los jóvenes buscan otras zonas. Y señalan que la prioridad en la actuación no es la denuncia, «sino la asistencia a esos menores, activando los servicios sanitarios en el caso de ver que no se encuentren en buen estado y localizando a sus padres para que puedan hacerse cargo del afectado».

Más de 320 sanciones

La Comunidad de Madrid utiliza en esta guerra sus propias armas: su competencia se limita a la inspección de locales por venta de alcohol a menores o fuera del horario permitido. La Dirección General de Comercio y Consumo ha resuelto durante 2015 un total de 172 expedientes sancionadores por este motivo -148 por vender fuera de horario, 11 por hacerlo a menores y 13 por ambos motivos-. Suponen un 20,2 por ciento de incremento respecto al año anterior, informa Sara Medialdea.

En 2016 la situación no parece avanzar: en lo que va de año, se han resuelto 152 expedientes sancionadores -128 por vender fuera de horario, y de nuevo 11 por venta a menores y 13 por ambas circunstancias-. Las sanciones pueden llegar hasta los 60.000 euros.

Se han visitado 560 locales para comprobar si incumplen la normativa sobre venta de alcohol a menores

Hay también una campaña en marcha, que ya se llevó a cabo en 2013, 2014 y 2015, de inspección de establecimientos: desde que arrancó en abril, se han visitado 560 locales para comprobar si incumplen la normativa sobre venta de alcohol a menores.

Según los datos de la Encuesta Estudes, facilitados por la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad, la edad de inicio en el consumo de bebidas espirituosas en Madrid es de 13,9 años. El alcohol es la sustancia más consumida por los estudiantes madrileños de entre 14 a 18 años. De hecho, el 74,1 por ciento ha consumido bebidas alcohólicas alguna vez en su vida, el 71,5 por ciento lo ha hecho en el último año y el 61,5 por ciento en el último mes. En todos estos indicadores, Madrid está por debajo del conjunto de España.

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