Otros dos trabajadores del Metro, enfermos por el amianto

Los empleados estuvieron expuestos a las fibras procedentes de a la sustancia desde los años 70 y 80

Un tren en la estación de Metro de Sierra de Guadalupe MAYA BALANYÀ

S.L.

El Instituto Nacional de Seguridad en el Trabajo confirmó ayer dos nuevos casos de trabajadores enfermos como consecuencia de la exposición a las fibras procedentes del amianto en el Metro de Madrid . En total, ya son tres personas afectadas, ya que la compañía admitió que un empleado padece asbestosis, un tipo de cáncer, desde diciembre del año pasado.

En concreto, según explicaron desde la empresa del suburbano, los perjudicados son un empleado de mantenimiento de trenes, que comenzó a trabajar en el Metro desde finales de los años setenta; y el encargado de la revisión de las escaleras mecánicas, que ingresó en la compañía en los años ochenta.

Desde Metro subrayan que ya no hay riesgo de amianto en las instalaciones, puesto que se eliminó el rastro de este material en las 1.700 escaleras mecánicas antes de la entrada en vigor en 2002 de la prohibición de la producción, comercialización e instalación de productos fabricados con amianto en España. Hasta ese año, la compañía fue retirando de forma progresiva de sus instalaciones los puntos donde pudiera haber presencia de este material. Gracias a aquella actuación, ya no quedan restos de amianto en 23 estaciones.

El amianto aún perdura en el 10 por ciento de un componente eléctrico denominado «apagachispas» , que tiene un tamaño similar al de «una caja de zapatos», y en los suplementos de contractores, lo que supone una «ínfima» parte de los trenes. Asimismo, el amianto está presente en un elemento situado en la cabina del conductor de dos modelos de trenes antiguos, en concreto, la placa aislante situada detrás del armario que contiene las resistencias.

El plan para erradicar el resto del amianto del Metro comenzó esta semana con la retirada de los seis primeros «apagachispas». En esta primera fase, que requirió la autorización del Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo, se actuó en seis de de los 33 trenes de dos modelos antiguos. La compañía invertirá un total de 140 millones de euros para la eliminación del amianto en toda la red, tanto en el material móvil como en estaciones y otras instalaciones. En concreto, los trenes del suburbano estarán libres de amianto a finales de 2019, tras la inversión de 5 millones.

«Sin riesgo»

No obstante, el consejero delegado de Metro de Madrid, Borja Carabante , informó en la comisión de Transportes, Vivienda e Infraestructuras de la Asamblea de Madrid de que la «sola» presencia de amianto «no es perjudicial» ni para los trabajadores ni para los viajeros, sino su manipulación.

En cuanto a los trenes que aún contienen piezas con este material, Carabante aseguró que en todos los casos el amianto está «encapsulado» y «es imposible» poder manipularlo, por lo que, según dijo, «no hay ningún elemento en las estaciones que estén en contacto con los viajeros, ni posibilidad de que inhalen fibras de amianto, que es lo peligroso, ni tampoco en el caso de los trabajadores».

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