Fachada de Nuestra Señora del Pilar en la calle Juan Bravo
Fachada de Nuestra Señora del Pilar en la calle Juan Bravo - BELÉN DÍAZ

Nuestra Señora del Pilar: un abrazo de acogida en el barrio de Salamanca

El templo destina 50.000 euros al año a las personas necesitadas; tiene 40 voluntarios para obras de caridad

MADRID Actualizado: Guardar
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No fue suficiente la hora y media de amigable conversación, en un entorno de escurridizos árboles, amenizada con los chillidos de unos niños que no querían hacer las tareas escolares y la presencia del negro perro bucero del padre Toño —al que luego conoceremos en detalle—, para que pudiera desentrañar por qué esta parroquia de Nuestra Señora del Pilar me parece una parroquia atractiva. Y eso que la conversación con el párroco, don Antonio García Rubio, discurrió amigablemente por los derroteros de lo humano y lo divino, y nunca mejor dicho, por la finura de una forma de estar en la Iglesia, de hacer Iglesia, inclasificable, ni conservadora, ni progresista, a lo sumo creativa, evangélica. ¿Qué caracteriza a una parroquia?¿Acaso hay parroquias mejores y otras peores? ¿Por qué hay parroquias que enganchan, atraen, fascinan y otras que se dejan llevar por la corriente o son, ellas mismas, una corriente de energía estática?

El párroco Antonio García Rubio
El párroco Antonio García Rubio - B. DÍAZ

Volvamos a la conversación en una agradable tarde de otoño del barrio Salamanca, madrileña en esencia, un barrio para la amena plática, un barrio que es una inmensa terraza de vida, en vísperas de la solemnidad de Nuestra Señora del Pilar, roca de una Hispanidad que ya no es lo que era y que ya no está en España. Señoras y jóvenes acicalando el templo y la imagen del Pilar, bendita, de una pieza, íntegra; señoras y señores ocupados con el problema de la carga de las baterías para la carroza procesional, que el P. Toño tiene preparada una buena, otra vez el padre Toño, y no será la última.

Nuestro párroco, don Antonio, al final Antonio, tiene el verbo fluido y más fluidas las ideas. Un punto de su naturalidad que engancha, el afecto, la familiaridad, la experiencia. No habla con recetas, ni frases hechas. Habla desde el corazón que es la clave de la experiencia. Y por eso apunto algunas de sus ideas: «La clave de la parroquia es el ambiente que se vive entre los sacerdotes. Aquí está como Vicario parroquial José Antonio Casado Garcinuño, el padre Toño, que desde hace un par de años le ha dado un vuelco a la parroquia». No se trata solo del cura músico de exitosos vídeos de Youtube, de conciertos masivos de jóvenes alegres y bullangueros. Se trata de entender el ministerio como servicio, los sacerdotes servidores más que responsables, que también. Creatividad: los árboles en las paredes del templo representando a la parroquia que es una familia, un bosque, las raíces la vida, columnas de existencia con los nombres de los feligreses, raíces y quimas de misericordia.

Reunión semanal

Iglesia de Nuestra Señora del Pilar
Iglesia de Nuestra Señora del Pilar - BELÉN DIAZ

«Pero –me cuenta el párroco- la parroquia no sería lo que es sin la colaboración de don Manuel Díaz Soto, el párroco emérito, del que yo fui monaguillo, que atiende, junto con don Ramón López, el confesionario y celebran las eucaristías. Y también contamos con la colaboración de Luis González-Carvajal». Hombre, Luis. «Esta es nuestra fe», su «best seller», la teología para universitarios que leímos ante de ser universitarios y que no hay que confundir con la teología para universitarios del recordado Miguel Benzo. Todos los jueves los sacerdotes se reúnen para asignar las tareas del servicio en la parroquia, y para comer juntos. Y esa armonía sacerdotal se palpa. Hablando de sacerdotes, no hay que olvidar que el desarrollo conciliar, allí, lo hizo don Antonio Arroyo, un clásico de esta bendita iglesia en Madrid.

Otra clave de la parroquia es el protagonismo de los laicos. «Los curas de esta parroquia no tocamos el dinero. Para eso está el consejo de asuntos económicos. Y en el Consejo parroquial –me señala Antonio García Rubio- hablamos de las claves de la renovación parroquial». Pongamos algún ejemplo de la pastoral de la naturalidad, que es la de la vida en el Espíritu y en la gracia. «Lo que no es natural en la vida no es de Dios», me insiste el párroco. El curso de formación bíblica, que está anunciado en lo murales de la entrada, lo imparte Inmaculada Rodríguez Tomé; el de pensamiento y espiritualidad en la historia de la humanidad, María Toscano. Las mujeres en la Iglesia también enseñan. Las Jornadas para oír el silencio, Cesáreo Amezcua. Por cierto, la parroquia tiene como proyecto tanto de coordinación del voluntariado como la formación en la escucha y la acogida, al modo de los Camilos. Porque una parroquia también son sus proyectos.

Un cartel en la entrada

La parroquia de Nuestra Señora del Pilar, de la calle Juan Bravo 40, es un abrazo de acogida. Cuando uno entra en el templo, lo primero que se encuentra es una mesa en la que hay un pequeño cartel que reza: «Servicio de acogida e información». La acogida de Cáritas, que los pobres, en un barrio con posibilidades, son una prioridad, una Iglesia pobre entre los pobres. Cáritas parroquial tiene el nombre de más de cuarenta voluntarios organizados en cuatro grupos de acogida, destina 50.000 euros anuales a las personas necesitadas.

También hacen una campaña de Navidad en la que los feligreses demuestran más que su generosidad. Una virtud que también se explicita en el grupo «Bokatas» que lleva el cariño envuelto en papel de un bocata a los indigentes del barrio. La dimensión misionera es otra de las claves de sol. Son cuatro los hijos misioneros de la parroquia, como una madre que no se olvida de ellos y está esperando que vuelvan. Todos los años organizan una colecta y cada vez que regresan les ofrecen la oportunidad de presidir la Eucaristía o de hablar a la gente, que su voz resuena con claridad de Evangelio.

Patologías contemporáneas

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La parroquia alberga además a un grupo de alcohólicos anónimos y uno de adictos al sexo, una patología muy contemporánea. La lista no termina aquí: el equipo de liturgia, el de comunicación, las catequesis, que desde que el Colegio Calasancio decidió que las primeras comuniones se hicieran en las parroquias, y no en el colegio (toma decisión pastoral avanzada), ha aumentado el número de niños, más de un centenar, de primera comunión. También está el Coro Gregoriano, el coro Shevet y los grupos del Plan diocesano de Evangelización...

Vuelvo a la conversación con el párroco. Ya está, ya lo tengo, yo leí hace tiempo un libro de Antonio García Rubio sobre el pensamiento de Madeleine Delbrêl y su invitación a perforar, a tener el deseo explícito de aquello que se anhela, el anhelo de Dios, la vida. Esa es una de las claves de esta parroquia.

Horario de misas

Laborables: 10, 12 y 20 horas.

Vísperas: 20 horas.

Festivos: 10, 12, 13, 14 y 20 horas.

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