Entrevista

«Niego rotundamente que haya habido malos tratos a niños en este colegio»

María Eugenia Veiga, directora del centro acusado de maltratar a un niño autista, rompe su silencio en ABC y apoya a los docentes grabados con un dispositivo oculto

María Eugenia Veiga, directora del colegio Santiago Ramón y Cajal de Getafe, en las instalaciones del centro en el que recibió a ABC ÓSCAR DEL POZO
Enrique Delgado Sanz

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Esta semana, los padres de un niño autista han denunciado en la Cadena Ser que su hijo ha sufrido malos tratos en el Colegio Público de Educación Especial Santiago Ramón y Cajal de Getafe. Alegan que la conducta del menor, de 8 años, cambió desde que llegó al centro. Hacían público un extracto de varias grabaciones en las que, presuntamente, algunos trabajadores del colegio amenazan al niño con «bloquearlo» o incluso «echarle agua por encima». Su directora recibe a ABC para dar explicaciones.

¿Cuándo empieza todo?

Sospechamos que el 9 de noviembre de 2017, con el descubrimiento fortuito de un dispositivo electrónico en la ropa del menor, que era un niño que llevaba escolarizado aquí apenas 30 días y estaba en periodo de adaptación. Luego vino la mamá a recoger al niño y le pregunté, en presencia de la jefa de estudios, por el dispositivo. Nos dijo que era un GPS que llevaba su hijo porque había tenido problemas de escapismo. Pese a esas explicaciones y, al constatar que se trataba de un aparato de grabación y siguiendo los protocolos de protección de la intimidad de los niños, el centro dio traslado del hecho a la Fiscalía de Menores.

¿Ese encuentro acaba sin roces?

Sí, pero el día siguiente el niño ya no viene al colegio.

¿Cuál es el siguiente paso?

Cuando el niño llevaba unos 15 o 18 días lectivos sin venir se tiene que activar el protocolo de absentismo. El tutor, siguiendo las normas de la Comunidad de Madrid, envía una carta certificada a los padres en la que se les invita a venir al centro a explicar faltas de asistencia del niño.

¿El centro amenazó en esa reunión a la familia con entrevistar al menor?

Tenemos el acta de esa reunión. Vinieron el padre y la madre con otra persona que se identificó como un amigo de la familia, no como un abogado. El objetivo era justificar las faltas. Fue en esa reunión cuando se empieza a hablar de acoso. Hasta entonces no se había mencionado maltrato, acoso u hostigamiento escolar. En el momento en el que los padres manifestaron la posibilidad de que su hijo hubiera estado sometido a una situación de acoso, y pese a que ellos no acusaban de ello a los docentes, se dio el oportuno traslado al equipo contra el acoso de la Comunidad, como marca la normativa.

¿Por qué destaca que el amigo no se identificó como un abogado?

Porque resultó ser su abogado.

¿Ese día la familia les avisa de que les va a denunciar?

No. Sólo les dijimos que tenían que justificar las faltas, y un par de días después lo hizo un psiquiatra.

¿Hay malos tratos en este colegio?

Lo niego rotundamente.

¿Por qué decide hablar ahora?

Mi máxima preocupación son mis niños, y en segundo lugar mis familias. Muchos familiares de alumnos han veniedo a verme o nos han llamado estos días. Dicen que confían ciegamente en nostros, pero nos piden respuestas. Sé que esto la semana que viene no va a ser noticia, pero la sensación va a perdurar. Yo me he sentido en la obligación, como responsable de este centro, de explicar lo que está pasando. Es más, se han dicho auténticas mentiras y las familias que las están diciendo saben que no es verdad. Me preocupan los niños. También hemos tenido que llamar a la Policía por amenazas de muerte que nos han llegado.

¿Reciben amenazas de muerte?

Continuamente, a través del correo electrónico y del telefóno del centro.

¿Tienen miedo a que alguien tome la justicia por su mano?

Yo no, aunque esto no es plato de buen gusto. ¿Pero por qué pasa esto? Porque sólo se está escuchando una versión del problema. Se da crédito a tres familias frente a las 95 que componen el centro. Hay familias que han querido entrar en directo en televisiones, y no les han dejado. Si hay una familia que no ha tenido ningún problema, ¿por qué no lo puede decir? Me preocupan las familias, los niños y el descrédito de los profesionales del Ramón y Cajal, que trabajamos de forma impecable en todos y cada uno de los momentos de la jornada escolar. Yo no tengo nada que ocultar. Creo fervientemente en lo que hacen mis compañeros, pero no sólo los de este centro, sino los de todos los centros de educación especial de Madrid y España. Se trabaja de forma impecable, de verdad.

Defiende que aquí se trabaja de forma impecable, pero se han publicado audios en los que el trato que dan profesionales de este centro a niños no parece el más adecuado.

Esos audios son manipulados totalmente. Es un corta y pega. Hemos oído que estas grabaciones sólo son de cuatro días, pero tengo la sospecha de que el niño vino de forma sistemática con la grabadora. Son muchísimas horas de grabación de las que yo puedo sacar lo que me plazca.

¿Sugiere que los cortes están descontextualizados?

Están fuera de contexto. Creo que a mí, si me graban y me hacen un corta y pega de lo que digo a lo largo del día, probablemente puedan sacar lo más grave. Me voy a poner en lo peor. Aún siendo verdad, que los audios no lo son, a mí me parece que el maltrato, acoso y hostigamiento es otra cosa. Yo, por ejemplo, a otro niño le canto que le duele la cara de ser tan guapo. Porque le duele la cara de ser tan guapo. Eso no es maltrato, eso no es hostigamiento. Eso es cariño. Eso es estar jugando con un niño.

En otro corte parece que otra profesora pierde los nervios.¿Pone la mano en el fuego por sus trabajadores?

Por supuesto. En algún momento yo, a cualquiera de mis hijas o a mi esposo, les he podido decir que se quiten de delante porque les voy a dar una patada que les enciendo. ¿Eso es acoso? ¿A mis hijas que son mi vida?

¿Puede permitirse un profesional de un centro así perder los nervios?

Aquí el desarrollo del día, en muchos momentos, es duro. En ocasiones necesitamos tener, dentro de nuestro protocolo, momentos de respiro. Yo no he oído las grabaciones las 24 horas, las tiene el juez. Pero mis compañeras, sí. Me han explicado en qué momento se han producido y creo en ellas fervientemente. Que quede por delante que confío plenamente en el 100% de mis compañeros.

¿Qué ha pasado con las trabajadoras imputadas?

—Salvo una, que se fue del centro porque encontró otro empleo, están trabajando. Porque sus niños las necesitan.

¿Qué es la sala blanca?

Es una medida supremamente excepcional que se ha utilizado en estos tres años, cuatro o cinco veces con cuatro o cinco alumnos. Siempre con conocimiento de la familia y autorización por escrito de la familia. Ahora salen familias diciendo que su hijo ha estado en la sala blanca y no es verdad. Nunca se va a la sala blanca y cuando la familia dice que no quiere hacer uso, no se hace. No es una sala de castigo, es una sala de relajación.

La familia dice que la conducta de su hijo cambió tras llegar a su centro.

Las conductas en este caso eran generalizadas desde hace años. Hay informes médicos que lo avalan y los tiene el juez. En los 34 días que estuvo aquí no pudimos generar eso.

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