Puente de Vallecas

Narcopisos, okupas y prostitución: Vallecas estalla contra la degradación

Bancos y tiendas han echado el cierre debido al tráfico de estupefacientes y las usurpaciones mafiosas

Los vecinos exigen soluciones a las tres administraciones. Hoy se reúnen y preparan una gran manifestación

Una de las calles del casco viejo. Vídeo: Vea el estado del barrio, por Sara Campos DE SAN BERNARDO
M. J. Álvarez

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Degradada e irreconocible . Así está la zona más antigua del Puente de Vallecas, la que se sitúa junto a la M-30, cinturón que separa el populoso distrito del de Retiro. Es la barriada de S an Diego , en donde las «okupaciones» de viviendas e, incluso, de bloques enteros destinados al tráfico de drogas con el constante trasiego de toxicómanos, los mercadillos ilegales de objetos robados o recogidos de la basura y la prostitución se han adueñado de la zona, con las consiguientes peleas y sensación de inseguridad.

Si nadie lo remedia, la otrora arteria comercial de Monte Igueldo y calles aledañas se convertirán en un gueto . En eso coinciden los vecinos y políticos del gobierno local y de la oposición. Por ello, los residentes, hastiados, se están movilizando. A las caceroladas y los carteles en contra del tráfico de drogas, se suman otras iniciativas, como la asamblea que se celebrará esta tarde de la mano de la Asociación Vecinal del Puente de Vallecas . Esta aspira a realizar «movilización conjunta» para obtener una respuesta integral por parte de las tres administraciones. Una de las primeras acciones que pretende realizar es una manifestación el 15 de noviembre para que se visualice la grave situación que sufren. Exigen inversiones y que se desmantelen los puntos de venta de droga y se persiga la trata de mujeres.

Censo municipal: 33 narcopisos

«Esto se parece cada vez más a la Cañada II, a un parque temático de la droga. Desde hace varios años están llegando vendedores de Valdemingómez y de otras partes de la ciudad. Han descubierto lo fácil que es usurpar viviendas vacías propiedad de bancos o de fondos de inversión, e incluso de particulares, y esto se ha llenado de drogadictos y de chorizos ». Así resumen Rosa y Juan José los problemas de esta zona cada vez más abandonada. La Junta Municipal tienen censados 33 narcopisos o narcosalas, ya que los clientes consumen dentro, así, cuando salen no corren el riesgo de que la sustancia les sea intervenida, afirman fuentes policiales.

Gitanos españoles, marroquíes, latinos y subsaharianos se encargan del negocio del tráfico de drogas en los narcopisos , que han ido en aumento en el último año, según los residentes. Los nigerianos están tratando de controlar ese mercado en el castigado distrito. Al calor de este comercio ilegal llegan los adictos, en su mayoría españoles de mediana edad y rumanos.

«Algunos hacen sus necesidades o se pinchan en la calle, piden o te intentan robar al descuido. Dan mala imagen y espantan a la clientela», explica Juan José, encargado de un taller mecánico, frente a un bloque de pisos okupado entero. Asegura que las mujeres se prostituyen en las viviendas a cambio de una dosis. «Lo hacen donde pueden por 10 cochinos euros», recalca María Padilla, que regenta otro taller en la calle de Pico de Javalón y promueve la Asociación Nuevo Vallecas.

«Algunos roban maletas en la estación de Méndez Álvaro y vienen con ellas para sacar unas monedas», agrega. «Nos sentimos impotentes, nos vamos un fin de semana y no sabemos qué nos vamos a encontrar al volver, si podremos entrar en casa. Nos han robado el agua, la luz ...».

Esta barriada multicultural , en la que se mezclan distintas nacionalidades y culturas, parece un Lavapiés venido a menos. «Han cerrado hasta los tres bancos de Monte Igueldo, un estanco y la mayoría de las tiendas. Esto es un erial», explica Manuel. En las fachadas, los carteles de «Disponible» o «Se vende» se mezclan con los negocios que sobreviven como «Peluquería Casablanca», «Puro sabor ecuatoriano» o Ferretería Sanz. La mayoría son bares, restaurantes y fruterías. Lo mismo sucede en las tradicionales arterias comerciales del distrito como la avenida de San Diego, la calle de Martínez de la Riva o Peña Prieta.

Salas de apuestas y «discos»

Mientras el pequeño comercio desaparece de esas vías, que se convierten en un desierto de locales vacíos, surgen establecimientos dedicados a las apuestas y discotecas latinas que generan ruido y molestias, protestan los residentes. En esta área conviven bloques nuevos con casas bajas. Algunas están tapiadas por completo y otras, a pesar de su modestia, lucen alarmas para no ser pasto de okupas.

A todo ello hay que sumar los pisos dedicados a la prostitución, más de 15, en ese barrio y en el de Numancia, explica Jorge Nacarino, presidente de la Asociación Vecinal de Puente de Vallecas . «Las mujeres son latinas y españolas, pero resulta difícil demostrar que son traficadas». Esa práctica se corresponde con el reclamo de los anuncios depositados en los parabrisas de los vehículos.

«Los precios de las viviendas y de los locales cayeron en picado con la crisis, y aunque ahora están remontando, hay gente que no se lanza a comprar o alquilar por aquí a pesar de ser un lugar céntrico, por el deterioro que hay, explica Gabriel, empleado de una inmobiliaria. Los vecinos sospechan que los fondos de inversión están tratando de hacer negocio con las «okupaciones» con el fin de especular con el suelo, por ello no denuncian, con lo que agravan el problema y generan alarma social.

Problema de convivencia

A pesar de que los índices de delincuencia se mantienen estables y solo han aumentado los delitos relativos a las usurpaciones y al tráfico de drogas, aseguran distintas fuentes policiales, la sensación de inseguridad y las peleas derivadas de todo ese trasfondo están generando problemas de convivencia. «No dejo entrar en el bar a los que trapichean y me insultan. Lo mínimo que me dicen es que me van a quemar el negocio», explica Mariluz. «Mis hijas pequeñas no salen solas al parque si no van con algún adulto y estamos pensando en mudarno s, no estamos tranquilos ya».

El distrito, un granero de votos de Ahora Madrid, «ha ido a por desde que Manuela Carmena llegó al Ayuntamiento al fomentar las "okupaciones" ilegales», denuncia Eva Durán, presidenta del PP en Puente de Vallecas. Indicó que su grupo llevará al próximo pleno una iniciativa para promover desalojos y más presencia policial. Francisco Pérez, presidente de la Junta de Distrito replicó que «esto lleva décadas abandonado; por eso, nada más llegar al gobierno elaboramos un plan para regenerar el casco antiguo y atajar los problemas estructurales». Ese proyecto llevan retraso, afirma Nacarino, portavoz vecinal. «Hay que invertir y regenerar el barrio sin expulsar a los vecinos y parar la especulación ».

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