La menor agredida y grabada en la puerta del instituto: «Tenía miedo y no salía de casa»

La niña fue golpeada por celos. La autora del ataque y su cómplice, de otro centro, están detenidas. Todas tienen 14 años

Dos menores agreden a otra a la salida del instituto ABC

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Los celos parecen estar detrás de la brutal agresión que sufrió, presuntamente, una menor de 14 años el lunes pasado al salir del Instituto de Educación Secundaria (IES) Francisco de Quevedo del distrito de San Blas (Madrid). La dos supuestas autoras, de su misma edad, fueron detenidas ayer y pasaron a disposición de la Fiscalía de Menores. Por su edad ya son imputables. Están acusadas de un presunto delito de lesiones. Mientras, la persona que grabó y difundió las imágenes del ataque en una conocida red social –que acabó en los teléfonos de buena parte del alumnado– está identificada pero no ha sido arrestada.

La víctima se había cambiado de centro este curso. Era nueva y realizaba 2 de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Los hechos se produjeron a las tres y media del pasado día 23, al acabar la jornada lectiva en el exterior del recinto. En la puerta la estaban esperando dos menores de su misma edad a las que, al parecer, conocía, ya que eran alumnas y amigas, sobre todo una, del cercano IES de Simancas , situado a escasos quince minutos a pie, donde estudió la agredida.

La autora de la brutal agresión de negro sobre la víctima ABC

Fue en la calle de Arcos de Jalón cuando las escolares que la esperaban la comenzaron a insultar y zarandear. Una de las detenidas se encargó de localizarla y avisó a la otra . ¿El motivo? La segunda se enteró de que la víctima estaba saliendo con el que había sido su novio por lo que quiso vengarse, según ha podido saber ABC de fuentes del caso.

En un momento dado, la exnovia, de etnia gitana , la agarró del cuello y la derribó. Ambas rodaron por el suelo y tras ponerse encima de ella, la golpeó en la cabeza, cara y nariz, además de tirarle del pelo sin que la víctima pudiera evitarlo. Mientras tanto, un grupo cada vez más numeroso de adolescentes rodeaban la escena a modo de parapeto y grababan con sus teléfonos móviles . Según algunas versiones, muchos acompañaban a las atacantes e hicieron un corro para evitar que la víctima pudiera huir o que fuera ayudada, intimidando a los demás. « Fue una encerrona », indicaban algunos alumnos mayores de edad del IES Francisco de Quevedo. A decir de otros, gran parte eran mirones. Chicos del instituto a los que se sumaron otros «desconocidos» que podrían haber acudido con las arrestadas.

Ninguno socorrió a la víctima. Miraban la escena y hacían videos. Ella comenzó a sangrar

Ninguno socorrió a la víctima. Miraban y hacían vídeos . «¡Dios mío!. Ayyy...», eran algunas exclamaciones ante los golpes que le propinaba, según las imágenes del ataque adelantado por el Mundo. La lesionada comenzó a sangrar abundantemente p or la nariz, la frente y la cara. «Le arrancaron el piercing», precisó una joven. Cuando pudo levantarse, se dirigió al centro con ayuda de algunos escolares, y pidió auxilio.

Operada de la nariz ayer

Los responsables avisaron a su familia y la trasladaron hasta el Hospital Ramón y Cajal. Sufría contusiones diversas y fractura de la nariz. Ayer fue operada y su madre y abuela, con las que convive, estaban muy nerviosas. No quisieron hacer declaraciones. Denunciaron los hechos en la comisaría de San Blas y adjuntaron el vídeo.

Otro momento de la paliza ABC

«Se encuentra mal. Apenas puede hablar por la operación . Tenía mucho miedo cuando se enteró de que la otra chica la buscaba porque le habían dicho que estaba saliendo con su ex». Eso decía una joven que la llamaba «hermana» porque su padre era o fue pareja de la madre de la lesionada.

«La agresora le dijo que solo quería hablar . Mi ‘hermana’ se sentía impotente porque dos semanas antes fueron un montón al portal de casa a pegarla. No pasó nada porque estaban mis padres. Ella temía que si pedía ayuda fuera peor y acudiesen más. Por eso no salía de casa.Yal final, mira: acabó pasando, fueron al instituto y la acorralaron pero solo la pegó una, la del exnovio», recalcaba.

Víctima y agresora habían sido muy amigas aunque habían tenido desencuentros. Algunos decían que la primera se cambio de centro por que era acosada

Al parecer, víctima y atacante habían sido muy amigas. Su «hermana» sostenía que lo era aún. No obstante, habían tenido algunos desencuentros anteriores. No se sabe el motivo de los problemas previos al episodio de celos. Lo cierto es que eran muchos en su entorno los que aseguraban que la lesionada se había cambiado de centro porque en el anterior sufría acosos escolar. No se sabe por parte de quién ni porqué. Un extremo que no pudo ser confirmado por la Comunidad de Madrid.

La conmoción se apoderó ayer de los dos institutos en los que la Consejería de Educación ha abierto expedientes para investigar lo ocurrido «ante su gravedad», al igual que el ha hecho el Francisco de Quevedo. Además, se ha activado el protocolo ante casos de acoso escolar para determinar si la agresión está relacionada con ese asunto o no tiene nada que ver.

«Vi a la chica escupir sangre»

«El lunes al salir de clase vi a un montón de gente en un círculo. Me asomé y flipé. Vi a la chica escupir sangre . Nadie hacía nada ni siquiera intentaban separarlas. Debían temer que arremetieran contra ellos. Había mucha gente. Más de quince. Yo diría que unos treinta. La agresora era gitana y había algunos en el corrillo que lo parecían», eso decía otra alumna. «Empecé a decir: ¡Se van a matar!.Si alguien la hubiera defendido el asunto no habría llegado tan lejos», explicaba muy afectada y consternada aún.

Nadie entendía tampoco como el hecho de salir con un exnoviete pudiera desembocar en un hecho semejante. «Quizá sea por algún código de honor de gitanos, pero es imposible. Es pura violencia », precisaban otros.

En clase el tema obligado ayer en el Francisco de Quevedo fue el «bullying» . A un grupo su tutor les preguntó que cómo habían vivido lo ocurrido, si lo habían visto, qué sentían, qué pensaban y lo más importante: «Que no se quedaran callados nunca al contemplar insultos, amenazas o agresiones a alguien o a ellos mismos. Que se lo comunicaran a otros profesores, adultos o alguien de confianza», recalcaban. Luego estaba la segunda parte: la moda de grabar las peleas y colgarlas en las redes. Para inmortalizarlas.

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