MadridAsí te afectará el corte del tráfico en el centro

La APR única entrará en vigor en enero de 2018; la Gran Vía quedaría exenta

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Enero de 2018. El Ayuntamiento de Madrid puso ayer fecha al estreno de la nueva gran Área de Prioridad Residencial (APR), que conllevará restricciones de tráfico en buena parte del distrito de Centro, tal y como avanzó hace un año ABC. El Consistorio que dirige Manuela Carmena ya cuenta con un calendario de plazos para hacer realidad esta limitación al tráfico rodado en el corazón de la ciudad, excepto para residentes, comerciantes y transporte público, para lo que ya lleva meses dialogando con empresarios, asociaciones de vecinos y el resto de agentes implicados.

En la actualidad, cuatro de los seis barrios de Centro –Cortes, Letras, Embajadores y Ópera–, ya tienen restringido el acceso y ahora los límites se extenderán a Universidad (Malasaña) y Justicia (Chueca) y lo que falta de Palacio (oeste y sur) y Sol (este).

En todo caso, los límites de la futura APRsiguen sin estar claros, tanto es así que el Consistorio no aclara si la Gran Vía, arteria fundamental de la capital, se verá afectada por las restricciones. Un portavoz del Área de Desarrollo Urbano Sostenible se limitó a señalar que los técnicos expertos están trabajando con el Área de Medio Ambiente sobre el proyecto, que con seguridad estará sujeto a «modificaciones». Uno de los principales quebraderos de cabeza de los responsables municipales será el diseño de los desvíos a los que obligará esta zona restringida de tráfico.

«Nos parece que es el proyecto de futuro», aseveró ayer el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, en una entrevista concedida a Europa Press, en la que no se pronunció sobre posibles cortes en la Gran Vía, que podría ver reducidos sus carriles, ganando espacio al peatón.

El concejal de Ahora Madrid defendió la apuesta del Ayuntamiento por «dar un paso más» y convertir todo el corazón de la capital en una Zona de Bajas Emisiones. El objetivo de esta medida –que estará en vigor 24 horas del día los 356 días del año– es limitar el acceso de vehículos para reducir el tráfico, mejorar la calidad del espacio urbano y disminuir la contaminación.

El delegado reconoció que la gestión de la futura APR será inicialmente más compleja, aunque después se simplificará y será más «intuitiva» para los ciudadanos. El hecho cierto es que el año pasado el Ayuntamiento tuvo que aplazar la entrada en vigor de la limitación de acceso en el barrio de Ópera, debido a la avalancha de quejas y reclamaciones planteadas, especialmente por los vecinos de la zona.

Recientemente se convocó una reunión con todos los actores implicados para poner en común los trabajos y estudios realizados. De ese encuentro salió un horizonte fijado, «diciembre de 2017 para tenerlo todo preparado» con la idea de que «pueda empezar en enero de 2018», aseguró ayer el concejal. «Es el calendario que manejamos con la voluntad absoluta de cumplirlo», insistió.

290.000 multas este año

El Gobierno de Ahora Madrid ha asumido el modelo que estrenó el PP de Alberto Ruiz Gallardón en 2004 y que genera polémica por las dificultades que plantea entre los conductores. Según los datos recabados por Automovilistas Europeos Asociados (AEA), entre enero y julio de este año las áreas restringidas al tráfico han originado 290.685 multas que han supuesto una recaudación de 26,1 millones de euros a las arcas municipales. «Solo en siete meses hemos superado a todo lo recaudado en 2015», señala el presidente de la asociación, Mario Arnaldo, que critica la confusión que genera este sistema entre los conductores.

Florencio Delgado, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Gran Vía. asegura que aún no tienen comunicación oficial de los planes del Ayuntamiento, al que piden que haga un «estudio concienzudo» previo, que contemple todas las consecuencias y, por ejemplo, se dispongan antes aparcamientos disuasorios para dar alternativa a los conductores. Los comerciantes temen, entre otras cosas, la pérdida de afluencia de gente en el centro, epicentro de las compras y de la economía local. «Lo primero es dar una solución a los vecinos, pero también a los que entran de la periferia o vienen a trabajar, de visita o de compras», señala Delgado.

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