Investigan si el parricida de Colmenarejo sufría una enfermedad mental

Alejandro P. P. degolló a su padre y mató a su tío de una puñalada en el pecho

Torre desde la que se lanzó el presunto parricida ABC

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Alejandro P. P., un joven español de 30 años, asesinó presuntamente a su padre y su tío a primera hora de la mañana del sábado en el piso donde residían en Colmenarejo (9.640 habitantes). Luego, se desplazó hasta la plaza de Castilla y se arrojó al vacío desde la azotea, muriendo de manera instantánea. Se investiga si el supuesto parricida padecía algún tipo de enfermedad mental y qué relación podría tener con el inmueble de oficinas desde el que se lanzó y cómo accedió a él.

Sobre las once de la mañana, la Policía Nacional recibió el aviso de un suicidio: el cadáver de un hombre yacía a los pies del número 3 de la plaza de Castilla, junto al intercambiador de transportes. Se había arrojado desde una altura de 22 pisos , unos 60 metros, y en la mochila que encontraron en el edificio portaba su documentación. Era Alejandro P., vecino de Colmenarejo. No había dejado ningún tipo de nota sobre su muerte, detallaron fuentes de la investigación.

Conociendo su domicilio, solicitaron al juzgado una orden de entrada en la vivienda, situada en el primer piso del número 21 de la calle de la Cañada Real de la Urbanización Parque Azul de la localidad serrana. Pero, al tratarse de la demarcación de la Guardia Civil, fueron uniformados del puesto de Galapagar los que se acercaron al piso. Nadie respondía , pero comprobaron que había dos personas que podrían estar muertas o malheridas en el interior, en medio de un escenario sangriento . Entonces, los integrantes del Instituto Armado entraron por una ventana y se encontraron, ya cadáveres, a Carlos José y Jorge Ignacio P. R, de 66 y 60 años, padre y tío de Alejandro. Uno había sido degollado y el otro acuchillado en el pecho, según determinó el informe preliminar de la autopsia, que se les practicó ayer.

El hallazgo fue a última hora de la tarde y, poco antes de las once de la noche, una médico del Summa certificaba los óbitos, tras dar aviso a la comisión judicial. Llevaban muertos al menos doce horas , precisaron fuentes del caso.

Las primeras sospechas de que algo extraño, más allá del suicidio, podía haber ocurrido con Alejandro llegaron cuando se apreciaron cortes de defensa de arma blanca en su mano derecha. Se las hizo durante la disputa con sus familiares. Al cierre de esta edición, el cuchillo utilizado no había sido encontrado . El Grupo de Homicidios de la Comandancia de Madrid sigue con las investigaciones. Los interrogatorios a vecinos y demás familiares serán parte esencial, así como la petición de los informes médicos y psiquiátricos del presunto parricida.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación