Homenaje a José Hierro, poeta de la posguerra, 100 años después

Nació y murió en Madrid. Vivió en Titulcia, un pueblecito romano al sur de la región, donde con el dinero de una beca compró un terreno, construyó una casa y sembró unas cepas. Viajó por el globo. Narró en versos su historia carcelaria, también su alegría, y comparó la poesía con el amor; «no se la puede forzar», dijo en una entrevista. El poeta José Hierro vino al mundo hace cien años, el 3 de abril de 1922, y la capital acoge desde este mes el homenaje a una de las voces más originales de la posguerra , pintor y crítico de arte y merecedor de grandes galardones, como el Princesa de Asturias de Las Letras y el Premio Cervantes.

«Abre tus ojos verdes, Marta, que quiero oír el mar», termina uno de los poemas de Hierro en ‘Agenda’, el libro que publicó en 1991 y con el que rompió su silencio (editorial) de 27 años. Así terminó también el director general de Bibliotecas, Archivos y Museos del Ayuntamiento de Madrid, Emilio del Río, su intervención en la última comisión de Cultura. El consistorio trabaja desde hace semanas en la confección de un programa de actividades para recordar el centenario del poeta y Del Río informó este martes, después de que el concejal de Vox Fernando Martínez hiciera la pertinente pregunta, que la red de bibliotecas municipales será el escenario de la conmemoración.

En las 32 librerías repartidas por la ciudad se crearán centros de interés en torno a la obra del poeta, que falleció en diciembre de 2002, a los 80 años , habiendo publicado diez poemarios y varios cuentos y ensayos. Ganó el Premio Adonáis (1947) con su primer poemario, ‘Alegría’, una obra labrada en la guerra, cuando empezó a escribir en publicaciones republicanas, y ahí arrancaría una estela brillante y reconocida en vida. Premio Nacional de Poesía (1953 y 1999), Premio de la Crítica (1958 y 1965), Premio de la Fundación Juan March (1959), Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1981), Premio Fundación Pablo Iglesias (1986), Premio Nacional de las Letras Españolas (1990), Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (1995)... Su último poemario, ‘Cuaderno de Nueva York’, le valió el Premio Cervantes en 1999.

La biblioteca madrileña que lleva su nombre, en el distrito de San Blas-Canillejas, implantará un rincón permanente , durante todo el año, dedicado a su figura. En el mismo espacio, el mismísimo 3 de abril, se grabará un vídeo de homenaje. En los talleres de poesía que imparte el ayuntamiento en los centros municipales se organizarán, durante el mes de abril, sesiones monográficas sobre su obra. Un acto de homenaje con un recital de su poesía, la emisión del documental producido por RTVE y una mesa redonda titulada ‘Íntimo Hierro’ con especialistas son otras de las actividades previstas. «Estamos acabando de confirmar las asistencias», trasladó este martes Emilio del Río, en la comisión del ramo.

Los premios nacionales no fueron los únicos que amasó José Hierro. Madrid también encumbró al poeta al que todos llamaban Pepe, miembro de esa primera generación de la posguerra que forjó la poesía desarraigada , opuesta a la corriente simultánea, la poesía arraigada, la lírica protegida por la dictadura franquista. El ayuntamiento de Álvarez del Manzano concedió al escritor el Premio Villa de Madrid de Poesía Francisco de Quevedo en 1999, el reconocimiento que el actual equipo municipal decidió recuperar el año pasado tras una década sin convocarse. Hierro también recibió, en 2002, la Medalla de Oro de la ciudad, la condecoración que distingue a grandes personalidades de todos los ámbitos. Un año después se inauguró la biblioteca municipal homónima.