Hallan muerto de un tiro a un lobo que participaba en un estudio sobre la especie en Madrid

El ejemplar, el primero geolocalizado en la región, habría recibido un disparo en la Sierra del Rincón, a su paso por Montejo. Al animal se le seguía el rastro desde el 3 diciembre

Adrián Delgado

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Con solo seis meses de vida, sus hábitos y su comportamiento en el entorno natural eran toda una promesa para comprender y mejorar la presencia estable del lobo en la Comunidad de Madrid . Hace una semana, los pasos de un joven ejemplar de «Canis lupus signatus» –nuestro lobo ibérico – empezaron a ser seguidos con atención por los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente. Su geolocalización mediante tecnología satélite, la primera que se lleva a cabo en la región, iba a permitir al Ejecutivo impulsar medidas con «mayor antelación» para prevenir los posibles ataques al ganado madrileño . Según las primeras hipótesis, el disparo de un desalmado habría acabado con la vida de ese lobezno y, de momento, con el interesante proyecto piloto que protagonizaba. Hace un par de días los responsables del Área de Conservación de Flora y Fauna empezaron a observar un parón en la actividad del animal salvaje. Alertados, salieron a buscarlo hasta que ayer lo encontraron muerto en plena Sierra del Rincón, en el noreste de la Comunidad, a su paso por Montejo de la Sierra. Una zona en la que los ataques de lobos se han convertido en un quebradero de cabeza para los ganaderos locales.

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El Gobierno regional activó el protocolo de actuación con el que se informa al Servicio de Protección de la Naturaleza ( Seprona ) de la Guardia Civil para iniciar una investigación que permita arrojar luz sobre lo sucedido. Ayer mismo, por la tarde, se le realizó la autopsia al lobo sin que transcendieran los detalles de la misma. «Este proyecto busca encontrar el punto de equilibrio entre la convivencia de una especie protegida y la de los ganaderos cuya actividad es tan importante para la región», explicó ayer a ABC Luis del Olmo , director general de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Comunidad de Madrid. Desde su regreso estable a la región en 2011, tras décadas sin constancia de su presencia en el territorio madrileño, los lobos se han reproducido hasta alcanzar una población de unos 40 individuos que campan por la Sierra de Guadarrama y la Sierra del Rincón.

La consejería que dirige Paloma Martín aseguró que, pese a la trágica noticia, el proyecto será puesto en marcha de nuevo, con otro ejemplar, en los próximos días. Se trata de un objetivo «estratégico» para sus responsables. «Este tipo de agresiones a las especies protegidas son inconcebibles en el siglo XXI. Seguiremos apostando por este proyecto para conocer los hábitos del lobo ibérico para su conservación», concluyó Del Olmo ayer, a la espera de conocer todos los detalles de la autopsia.

Cinco manadas estables

De confirmarse la muerte violenta del joven ejemplar –la segunda contabilizada, este año, por Medio Ambiente con posible causa por arma de fuego – su autor podría enfrentarse a multas que van de los 3.000 a los 200.000 euros e, incluso, a penas de prisión de seis meses a dos años. Desgraciadamente, los expertos consultados aseguran que en este tipo de viles actos «no se suelen dejar pruebas». Al sur del Duero, esta especie se encuentra estrictamente protegida y en Madrid se tiene constancia de cinco manadas estables que conviven, puntualmente, con individuos de otras próximas al territorio madrileño localizadas en las vertientes segoviana y avileña del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama . El delito, además de serlo, tira por tierra el importante trabajo que desarrollan los técnicos antes de la puesta en marcha del proyecto. «Antes de colocarle el collar GPS al ejemplar de lobo, se le tomaron medidas morfológicas y se le realizó un examen veterinario y sanitario», relatan desde Medio Ambiente.

En el estudio participan asimismo profesionales del Ministerio para la Transición Ecológica, el cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid y colaboran especialistas del Museo Nacional de Ciencia Naturales, donde estaba previsto que se enviaran regularmente muestras de sangre para evitar, detener o prevenir las enfermedades que puedan afectar a esta especie –entre ellas, la sarna sarcóptica, el moquillo canino o la parvovirosis–. A estas afecciones, que pueden ocasionar verdaderos estragos en la población de la especie, se suman los atropellos de ejemplares en las carreteras madrileñas. Según fuentes regionales, desde 2015 se han contabilizado una docena de arrollamientos.

«El objetivo final de la geolocalización es conocer los desplazamientos de las manadas dentro del territorio madrileño, mejorar el conocimiento de aspectos de la ecología del movimiento de la especie, tales como distancias máximas diarias o rangos medios de desplazamiento, la localización de zonas de cruce de carreteras y autopistas para la detección de zonas de riesgo de atropello. Y, sobre todo, estudiar la interacción entre el lobo y el ganado doméstico», explican desde el Ejecutivo regional.

Hábitos alimentarios

Desde Medio Ambiente defienden la importancia del proyecto para garantizar la convivencia de esta especie con vacas, cabras, ovejas o caballos –sus principales víctimas– en la región. El próximo ejemplar que protagonice este estudio, enmarcado en el Plan de Manejo del Lobo de la Comunidad de Madrid , ofrecerá la información que se esperaba del lobo hallado muerto ayer. Entre otras cuestiones, permitirá analizar el rastro que deje a través de sus heces para examinarlas y conocer de manera más exhaustiva sus hábitos alimentarios. «Queremos poder estudiar con detalle los daños asociados a la ganadería por la necesidad de alimento de los lobos y así evitar o prevenir ataques a la ganadería e incidir en las acciones preventivas que sean necesarias», sostienen desde el departamento de Paloma Martín.

En esta línea, el Gobierno madrileño ha incorporado desde principios de mes a un veterinario para que recorra las instalaciones y explotaciones ganaderas afectadas por los lobos . Su función, según explican, es «valorar los medios de los que dispone la explotación y evitar futuros daños, así como proponer, en su caso, mejoras o refuerzos de las mismas».

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