Franco integra a casi todas las familias del PSOE-M en su Ejecutiva

El nuevo líder de los socialistas madrileños pidió: «Hay que dejar de lamerse las heridas»

José Manuel Franco, tras aprobarse su nueva Ejecutiva en el PSOE-M ÓSCAR DEL POZO
Sara Medialdea

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Tras un arduo trabajo de diplomacia y encaje que terminó bien avanzada la madrugada, el nuevo secretario general de los socialistas madrileños, José Manuel Franco, consiguió cerrar su Ejecutiva, que pocas horas después se aprobaba por un 70,33 por ciento de votos . Franco pidió a los suyos dejar de «lamerse las heridas» y comenzar el trabajo en común con un único objetivo: ganar las elecciones en 2019. Esas que, recordaba el líder nacional, Pedro Sánchez , tuvieron «a un escaño» en la Asamblea de Madrid.

Aunque Franco había indicado que le gustaría una Ejecutiva «operativa» y más pequeña que la anterior, que formaban 42 miembros, finalmente ha consensuado una con 50 miembros, de los que 24 son hombres y 26 mujeres. Desaparecen las vocalías, pero se crean secretarías ejecutivas. Seguirá presidiendo el partido Manuel Robles, alcalde de Fuenlabrada, y la secretaria de Organización es la concejal de Rivas Carmen Barahona.

En su Ejecutiva están personas cercanas a Tomás Gómez, como Maru Menéndez ; a Antonio Miguel Carmona, como Macarena Elvira; o a Sara Hernández, como Cristina González; pero no a Enrique Rico, el anterior secretario de organización y de cuya continuidad en la Ejecutiva se habló cuando Sara Hernández dio el paso atrás en su candidatura a las primarias.

También se han incorporado afines a Juan Lobato, rival de Franco en las primarias, y varios diputados regionales y concejales de municipios madrileños. Un esfuerzo de integración que todos le reconocieron.

Salir de las agrupaciones

De hecho, la lista de Franco obtuvo un 70,3 por ciento de apoyos, frente al 55,4 por ciento que logró en su día Sara Hernández . En su primer discurso oficial como secretario general, insistió en la necesidad de «dejar de lamernos las heridas» y de «jugar a bandos». Le escuchaban, en el auditorio del Teatro Municipal de Coslada, Pedro Sánchez, Cristina Narbona y Ángel Gabilondo.

Su objetivo es «desalojar al PP de las instituciones» y para eso pidió a los militantes «salir de las agrupaciones», hablar con «los que nos apoyaron y ya no nos apoyan», hacerles entender que «sus problemas son nuestros problemas». La línea de trabajo contra el PP se basará en dos ideas: criticar sus recortes y denunciar sus casos de corrupción: «Nosotros no tenemos un expresidente de la Comunidad en la cárcel».

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