Miguel Ángel Flores fotografiado durante el juicio
Miguel Ángel Flores fotografiado durante el juicio - DE SAN BERNARDO
MADRID ARENA

Flores se desentiende de la tragedia y culpa al Ayuntamiento: «Me obligaron a hacerlo mal»

Hoy declara su número dos, Santiago Rojo, al que la fiscal acusa, junto al principal imputado y otros, de decidir «que entraran en el Arena el mayor número de personas en el menor tiempo posible»

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Hoy esta previsto que declare en la tercera sesión del juicio del Madrid Arena, en donde hay 15 imputados, trece de ellos acusados de cinco homicidios por imprudencia grave, el número dos de Miguel Ángel Flores, promotor del evento: Santiago Rojo, director general de Diviertt.

El Ministerio Fiscal considera que, el riesgo que ya suponía la venta «excesiva» de entradas fue incrementado cuando Flores, José Luis Morcillo, jefe de personal de la misma empresa, y Francisco del Amo, coordinador de proyectos de Madridec, decidieron que «entraran en el Madrid Arena el mayor número de personas en el menor tiempo posible». Agrega que cerró los accesos a los anillos superiores y concentró a los asistentes que accedieron masivamente a la pista.

Se prevé que como ayer hizo su jefe, solo responda a su defensa, que es la misma y a la fiscal. Si da tiempo, también será interrogado Morcillo.

En la sesión de ayer, Flores no recordaba apenas nada. No dio ninguna orden de abrir puertas, no conocía el plan de autoprotección del Madrid Arena, no tenía ninguna competencia en la seguridad de la fiesta de Halloween, al alquilar el recinto, desconocía el motivo por el que se cerraron los vomitorios y que existiera un cuarto con cámaras de vigilancia, e incluso los ordenadores que llevó su empresa. Ignoraba también que el recinto carecía de licencia de funcionamiento. Y, por supuesto, negó que el sobreaforo fuera una de las causas de la espantosa tragedia en la que perdieron la vida cinco jóvenes, según consideran acreditado el juez instructor del caso, Eduardo López-Palop y el Ministerio Fiscal.

«Echó balones fuera»

Todo eso y más dijo ayer, en la segunda sesión del juicio, en un intento de echar balones fuera, Flores, el principal imputado en lo ocurrido en la madrugada del 1 de noviembre de 2012, en el recinto municipal que gestionaba Madridec. Y ello, a pesar de ser el empresario que organizó la Thriller Music Park.

Y ese desconocimiento se produce a pesar de que había realizado en ese espacio treinta y tres eventos en los últimos años, ocho de ellos en 2012, hasta el que causó las muertes, tal y como él mismo explicó ayer a la representante del Ministerio Fiscal, a la única que contestó al interrogatorio, además de a su abogado.

Yo soy el presidente de la compañía. Solo gestiono y entiendo de hostelería y espectáculos
Miguel Ángel Flores

«Yo soy el presidente de la compañía, Diviertt. Solo gestiono y entiendo de hostelería y espectáculos. No me dirijo al resto del personal, no lo conozco, ni muchos menos di ninguna orden de que se aligerara la requisa porque eso es competencia de Seguriber, la empresa contratada por el Ayuntamiento de Madrid para la vigilancia exterior del recinto. A mí no me dan opción de que contrate con otras». Y, eso, a pesar de las quejas que dijo tener sobre su función, quejas que no comunicó, al parecer

Flores, durante las casi cuatro horas de interrogatorio, a ratos nervioso (pidió ir al baño cuando llegó su turno) y a ratos más cómodo, culpó indirectamente de lo ocurrido al Ayuntamiento de Madrid, tras decir que no quería acusarle, aunque sí a Madridec, lo que viene a ser lo mismo. «Nunca me dijo que tenía que sectorizar al público por plantas, pues para ello había que modificar el recinto. Lo dijo el consistorio en una consulta vinculante que he conocido ahora. Por eso, acuso a las personas que en 2010 sabían que eso se estaba haciendo mal y me lo obligaron a hacer mal a mi».

«Todo lo hicimos bien»

Prosiguió: «Yo no sabía que el recinto era peligroso ni que no está preparado para espectáculos con el público de pie. En todas las fiestas que he hecho nunca había pasado nada. Todo lo hicimos bien. Ahora sé que lo es, al ver los informes y cómo circulaba la gente. Pienso que es una ratonera y he denunciado al recinto y al espectáculo Sama Sama porque puede volver a ocurrir lo mismo».

Ahora, tras la tragedia, me he enterado de que el recinto no tiene licencia ni de funcionamiento ni de actividad; siempre pensé que era multiusos
Miguel Ángel Flores

El principal imputado, para quien la fiscal pide una pena de cuatro años por las cinco víctimas, frente a los 20 de las acusaciones, se hizo un lío con las entradas que emitió 17.500 y las que aseguró que vendió 9.650. «Las cuentas no cuadran», alegó la fiscal. Elevó las vendidas, entre los tiques físicos y los digitales, a 11.228, cuando el límite legal que le dieron dos días antes del evento fue de 10.620. El recuento judicial arrojó que se vendieron 16.791. «La Policía ha asegurado que ahí podía haber unas 22.000 personas, una locura; no caben». Sin embargo, poco antes, había explicado previamente que «ahí había realizado eventos para 14.000 y 20.000».

Negó lo afirmado en su primera declaración de que se colaron 3.000 personas del botellón exterior, por lo que calculó que podría haber más de 15.000 dentro, como anunció el Dj Steve Aoki en plena actuación. «Lo dije por las imágenes que vi, manipuladas o de otras fiestas. Ahora sé que fue por los flujos no canalizados en una zona de tránsito por las deficiencias de seguridad. Hubo un problema técnico de sonido a las 3 de la madrugada, el público subió a los baños y 20 minutos después, al anunciar a Aoki, bajaron. En ese tramo, al no haber compartimentación se encontraron todos en el vomitorio, donde debían de estar esas pobrecitas y se creó una montaña humana y pasó lo que no tenía que haber pasado. No fue ni por el botellón ni por sobreaforo», recalcó.

El acusado aseguró que no vio antes del episodio mortal pequeñas microavalanchas, a pesar de estar en el recinto. «Me llamaron a las 3.30 cuando estaba en la sala VIP, desde donde no veía nada anormal».

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