Julián Ruiz, el hombre del millón de vinilos

Si pusiéramos uno detrás de otro todos los vinilos que tiene Julián Ruiz , la fila se saldría de España. Y es que un millón se dice pronto, pero se alcanza sólo después de toda una vida. Una vida no como la de cualquiera, claro está. Tiene que ser una vida dedicada a la música y, por qué no decirlo, a un coleccionismo tan obsesivo como sano para los oídos. «El primero fue el 'Let´s twist again' de Chubby Checker en 1961, siendo todavía un crío», cuenta el periodista y productor, que se ha pegado el currazo de revisar nada menos que seiscientos mil ejemplares de sus estanterías para hacer una criba tan brutal como exquisita, con el objetivo de ofrecernos una espectacular exposición con 867 vinilos de todas la épocas divididos en diferentes categorías.

¿Y cómo se acumula un millón de vinilos?, se preguntará el lector. Se podría pensar que en una vida casi no da tiempo ni a comprarlos, pero ahí está la historia de este famoso periodista y productor para demostrarlo. «Todo empezó cuando mi padre se compró un tocadiscos en 1955. Para mí, la vida empezó a girar con un tocadiscos. Para un niño, en esa época, escuchar la música que tú mismo colocabas en ese aparato era algo mágico. Casi como el 'streaming'», bromea Ruiz. «Mi padre me decía que no lo tocara, pero en cuanto veía que él no estaba, allá que me iba a poner algún disco». Después, un vecino que tenía contacto con residentes en la 'Costa Fleming' -el área de Chamartín donde se alojaron miles de marines estadounidenses de la base de Torrejón de Ardoz- le ayudó a aumentar exponencialmente su colección con los mejores álbumes del extranjero. Su padre, que viajaba mucho por su oficio de periodista, también le aprovisionaba con los grandes lanzamientos que se hacían fuera de nuestras fronteras, y cuando a los diecinueve años siguió sus pasos ejerciendo misma profesión, empezaron a llegarle cientos y cientos de discos de promoción... y así hasta el día de hoy.

Casi un millar de los elepés más icónicos, bellos y codiciados de su cueva de Alí Babá componen 'Los vinilos de Plásticos y Decibelios' , que es   como ha quedado bautizada la muestra que inaugura hoy en Conde Duque, y que incluye joyas como el 'Yesterday and today' de los Beatles, valorado en más de veinte mil euros (la portada, en la que aparecen rodeados de muñecas descabezadas y de pedazos de carne, fue censurada y hay poquísimas copias de esa edición), las curiosas ediciones soviéticas de 'Sgt Peppers' y 'Revolver', el mítico 'Sticky Fingers' de los Rolling Stones diseñado por Andy Warhol (quien también está presente con otros elepés de Velvet Underground, Diana Ross, Aretha Franklin e incluso Miguel Bosé), los Miró de los discos de Raimon y María del Mar Bonet y un impresionante etcétera que hará que se les caiga la baba a los amantes del formato físico.

En la exposición también se exhiben más de sesenta vinilos calificados de 'eróticos', como los famosos de John Lennon y Yoko Uno, Jimi Hendrix o Blind Faith, y también hay secciones dedicadas a bandas sonoras con clásicos de Walt Disney y Hollywood , a los picture-discs y por supuesto, a la grandes obras españolas del pop y el rock. «Además de los discos de Raimon y María del Mar Bonet, hay joyas de los Pic-Nic -el grupo de Jeanette-, rarezas de Miguel Ríos, de Los Burros... ¡muchas delicatessen!», exclama Ruiz, que durante su locuaz discurso tiene que decir de vez en cuando aquello de 'esto no lo pongas' porque ha vivido tantas anécdotas en medio siglo de profesión, que son muchas las estrellas que le han contado sus secretos más inconfesables. Y es que además de tener obras maestras del pop y el rock en casa, en su memoria guarda algo incluso mejor: infinidad de recuerdos con sus autores. Mick Jagger, Paul McCartney, Roger Waters, Lou Reed, Bowie...