El escultismo revive frente al Covid-19: «Vuelven a traer a los hijos porque les damos confianza»
Los 'scouts' madrileños reivindican el derecho al ocio y el tiempo libre de los jóvenes y los beneficios físicos y mentales que aportan sus aventuras en la naturaleza
Los 'scouts', un movimiento de aventura que busca educar a los más jóvenes desde hace décadas, tienen en su calendario marcado con rojo los días de reunión, excursiones y las fechas de las acampadas. Durante la semana esperan ilusionados a que llegue el sábado para volver a verse. Algo que, la mayoría, lleva sin poder hacer desde hace ocho meses , cuando el coronavirus irrumpió en nuestras vidas para quedarse. Sacar del armario la pañoleta, planchar la camisa y preparar el macuto para embarcarse en la aventura de explorar, compartir kilómetros de marcha y disfrutar de la naturaleza era algo impensable hasta hace poco tiempo para los más de 6.000 jóvenes 'scouts' de Madrid , que ven como, poco a poco, van retomando algo parecido a la normalidad.
Gonzalo Lapique, madrileño de 23 años, que lleva más de media vida al servicio del movimiento altruista, tuvo la oportunidad de experimentar en sus propias carnes lo que es el compañerismo, la implicación y el compromiso, y los lleva siempre presente tanto en su vida 'scout' como en la personal. Es monitor de niños que tienen la misma edad que cuando él comenzó, por lo que trata de inculcar a los más pequeños la posibilidad de convertir este movimiento en un estilo de vida y formar parte de esa gran familia.
Como consecuencia del patógeno, se han visto obligados a sustituir los colectivos encuentros en reuniones de un máximo de 15 personas con distanciamiento social, uso de mascarilla y actividades adaptadas a las condiciones sanitarias como medidas necesarias para garantizar el bienestar de los integrantes. Progresivamente han ido retornando los encuentros presenciales , pero el miedo de los padres a que sus hijos se contagien del Covid-19 es una realidad. «Hemos notado que ha bajado la asistencia de varias familias por respeto al coronavirus. Aunque gracias a las medidas sanitarias que llevábamos a cabo, hay padres que vuelven a traer a sus hijos porque les damos confianza y seguridad », comenta Carlos Vázquez, monitor del Grupo Scout Lince – San Gregorio, situado en la parroquia de San Gregorio Magno en el madrileño barrio de Valdebernardo.
El escultismo es un movimiento que forma parte en la educación de los jóvenes a través de la vida al aire libre. Desde hace meses, las actividades en espacios abiertos son señaladas por los expertos como lugares seguros y de bajo riesgo de contagio de Covid-19. Pero aun así, de los 36 Scouts Católicos de Madrid (MSC) y los 54 que engloban ASDE Exploradores, hay grupos que se han visto imposibilitados a retomar sus encuentros cara a cara . Así lo asegura Marta Concepción Mederos, portavoz de la Federación de Scouts-Exploradores de España (ASDE), «los confinamientos perimetrales, las restricciones, la falta de medios y espacios para ofrecer de forma segura las actividades han hecho que muchos de ellos no puedan seguir adelante ».
Los grupos se están intentado reinventar para sobrevivir en tiempos de Covid. Las reuniones online han debilitado mucho la asistencia y los pocos encuentros presenciales que tienen intentan que sean como antes, pero la pandemia y los protocolos a seguir lo dificultan enormemente. Pese a ello, las actividades que realizan son muy variadas, desde talleres de arte y manualidades para que los más pequeños puedan desarrollar la creatividad e imaginación, juegos de pistas y roles para los adolescentes, con el objetivo de fomentar la cooperación entre ellos a visitas por los distintos barrios y parques de la Comunidad de Madrid. Carlos Vázquez cuenta que han innovado sus proyectos, para que los jóvenes puedan recuperar poco a poco la motivación que tenían antes y que el virus se llevó por delante . Pero hay algo que sí que continúa como siempre: el empeño, la solidaridad y el compromiso social de los 'scouts' por «construir un mundo mejor».
La crisis sanitaria les ha llevado a aportar su granito de arena con la sociedad, de manera responsable y coordinada, a partir de campañas de recogida de alimentos, distribución de medicamentos, voluntariados online de acompañamiento emocional y charlas informativas Covid con especialistas. «En estos momentos tan difíciles me enorgullece ver a la juventud movilizada para ayudar a quien más lo necesitan », comenta Cristina, madre de dos hijos del Grupo Scout Claret, situado en la parroquia San Antonio María Claret en el barrio de Prosperidad. En las mismas líneas, la presidenta de exploradores de Madrid recalca que han sido muchas las familias que les han animado a seguir adelante. «Desde el primer momento, su apoyo y confianza han sido esenciales, para la supervivencia de cada uno de los grupos». El último dato ofrecido por ASDE, del 2019, indica que los 'scouts' de España llegaron a mover un presupuesto de casi 1,2 millones de euros , proveniente de las cuotas de las familias y de las subvenciones.
Una actividad esencial con una única legislación
En un escenario donde las relaciones sociales han quedado limitadas, ASDE muestra su preocupación y reivindica la necesidad de que el ocio y tiempo libre educativos deban ser declarados como actividad esencial, argumentando sus beneficios para la salud física y mental. «No entendemos que algo que consideramos necesario como es que los niños y jóvenes puedan estar al aire libre con personas de su edad, haciendo deporte y educándose en aspectos como el respeto al medioambiente, tenga trabas legislativas . Es bastante grave», lamenta Gemma Candela, técnica de comunicación de ASDE. Asimismo, Scout de España solicita una única legislación, ante la existencia de 19 normativas diferentes, lo que dificulta gravemente la continuidad de tales actividades. «Es necesario que haya una única regulación sin incongruencias y uniforme para todo el territorio Nacional», recalca la portavoz.
El ocio y el tiempo libre educativo son más necesarios que nunca, señalan. Los niños han sido el grupo de población más vulnerable y olvidado de la pandemia, por lo que Candela recuerda a ABC lo importante que es este tipo de ocio para que los jóvenes puedan recuperar sus ratos de tiempo libre y pasarlo con sus iguales. «Esto es lo único que me permite despejarme y encontrar una vía de escape y de desconexión ante las delicada situación en la que nos encontramos», explica una joven de 15 años del Grupo Scout San Pablo situado en la parroquia Santa María de la Esperanza en el barrio El Pilar.
Este movimiento trata de inculcar valores en jóvenes, de 6 a 21 años, basados en la lealtad, la pureza y la abnegación - que son los tres pilares del escultismo, tal y como decía su fundador, Robert Banden Poweell- a través de la vida al aire libre con el fin de dejar el mundo mejor de cómo lo han encontrado. Para la portavoz de la federación, como para otros muchos, los 'scouts' han sido un gran apoyo para mantenerse positiva y motivada para seguir adelante con sus responsabilidades a lo largo de toda su vida y principalmente en la pandemia. «Poder conectar con gente con la que compartir cosas y llevar a cabo proyectos en común es genial, sobre todo si esas personas viven los mismos valores que tú. Aquí, cada logro se celebra y de cada fallo se aprende. Nunca nos venimos abajo», asegura. Para la mayoría de los participantes, ser 'scout' es una filosofía de vida. «Aunque los años pasen, el sentimiento y los recuerdos de los mejores años de mi vida, siempre estarán conmigo» , concluye Rocío Rodríguez, una joven veterana, cuya vida está ligada a este movimiento.
