La cubierta y el aparcamiento del Beti-Jai no están garantizados

El Ayuntamiento de la capital presenta la primera reforma del frontón, con la futura estructura aún en el aire

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El Ayuntamiento de Madrid presentó este lunes la primera fase de las obras en el frontón Beti-Jai, ya finalizadas, pese a que su estructura final está aún en el aire. La cubierta y el aparcamiento previstos en el Plan Especial no están garantizados por las dudas técnicas que suscitan y porque ninguno de los colectivos en defensa del histórico espacio lo comparten. El proyecto, actualmente en fase de alegaciones, se elevará al Pleno en la sesión de este mes o en la del próximo, como tarde.

La cubrición del patio y la instalación de un aparcamiento subterráneo fueron los grandes elementos del plan, aprobado por la Junta de Gobierno el pasado mes de octubre. Ambos extremos, así como la gestión público-privada, se incluyeron en el proyecto a pesar de que la plataforma Salvemos el Beti-Jai, la oposición y las asociaciones de vecinos rechazaron frontalmente su presencia.

El acto, en el que se dio cuenta de la primera acometida y el coste inicial (2,8 millones de euros), contó con la presencia de estas entidades, pero tampoco se resolvieron estos aspectos.

El concejal del distrito de Chamberí, Jorge García Castaño, avanzó que el Plan Especial «abre caminos» y lo que pretende es favorecer que el frontón pueda ser utilizado todo el año. Respecto al aparcamiento, su construcción es una incógnita. «Está claro que no será a lo grande, pero hay que esperar a las alegaciones; no hay nada definitivo», explicó García Castaño a ABC. Carlos Sánchez Mato, que también presidió el acto, reiteró que el Beti-Jai, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento, «no se va a privatizar». Su afirmación alude a otro de los argumentos en contra de los vecinos y defensores del espacio. «Queremos un Beti-Jai con usos dotacionales para el barrio, de gestión pública», alegan desde la asociación El Organillo de Chamberí.

El Beti-Jai («Siempre Fiesta» en su traducción del euskera) es una de las joyas patrimoniales de la capital, acaso abandonada en los últimos años. Construido en la última década del siglo XIX fue declarado en 1991 como monumento del patrimonio histórico de España. En origen fue un frontón de pelota vasca, aunque después ha acogido diferentes usos más allá del deportivo, algunos incluso han puesto en riesgo la estructura del espacio.

«Estado ruinoso»

La primera fase de las obras, dedicada a la consolidación del espacio y de su esqueleto, en un estado «casi ruinoso», ya está completada a la mitad y se prevé que esté lista a finales de año. Fuentes municipales explicaron que, una vez retirada toda la maleza que invadía el interior, se ha trabajado sobre la fachada exterior y en las dos primeras plantas del graderío. El resto dependerá de las conclusiones tras las alegaciones presentadas.

Los vecinos, de la mano de la plataforma Salvemos el Beti-Jai, centran su negativa en tres aspectos fundamentales: que el aparcamiento no es necesario, que la cubierta distorsiona el valor histórico del frontón y que la gestión debe ser pública íntegramente. «El aparcamiento colpasará la zona, que ya está bien conectada, y la cubierta quitará la esencia al frontón; solo busca intereses económicos por encima del cultural», apunta Julio López, presidente de la asociación El Organillo.

A esta reticencia hay que sumar las complicaciones técnicas que despierta la reforma, ya que es un edificio protegido. Desde el Ayuntamiento, aunque sostienen que hay que esperar a las alegaciones, creen que el garaje finalmente no estará y que la cubierta, aunque puede proyectarse, es «complicada» por las dos alturas del frontón. Esta situación ya fue planteada por el grupo municipal socialista, que reprochó el «caso omiso» del Consistorio a los argumentos en contra del Plan Especial.

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