Crimen de Meco: los nuevos vestigios que acorralan al presunto asesino de Mimi

El perro policía detectó posible sangre en tres partes de su abrigo y en su coche

Sergio Sáez y Míriam Vallejo ABC

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La Guardia Civil está analizando unos supuestos restos de sangre hallados en el coche y en el abrigo de Sergio Sáez, de 29 años, el presunto asesino de Míriam Vallejo Pulido, de 25 y apodada por sus allegados como «Mimi», el pasado 16 de enero.

El conocido como crimen de Meco podría dar un vuelco y cerrar aún más el cerco contra el sospechoso, habida cuenta de que una de sus líneas de defensa consiste en invalidar los vestigios biológicos encontrados, sobre todo en su ropa.

Ha sido un perro del Servicio Cinológico del Instituto Armado el que ha detectado la sangre en el vehículo de Sergio y en el abrigo que habría llevado esa misma noche del suceso, cuando presuntamente clavó 90 cuchilladas a la que era su compañera de piso y mejor amiga de su novia, Celia, con las que vivía. Desde hacía tres meses, residían en una vivienda de Valdetorres del Jarama (Guadalajara). Pero la convivencia se había deteriorado entre víctima y arrestado, supuestamente porque ella habría conocido una infidelidad de Sergio hacia Celia o porque quiso tener algo con la propia fallecida, y esta se negó.

El análisis del laboratorio es fundamental: primero, para determinar si es sangre ( puede haber un margen de error cuando el que lo detecta es un perro ), pero sobre todo si se trata de la de Mimi. En el caso del abrigo, las trazas están en una manga, sobre el pecho y el cuello, en su parte posterior, especificaron fuentes policiales a este periódico. Si el análisis es positivo y coincide con el ADN de la muchacha , la alegación de la defensa de Sergio de que los restos hallados en su ropa no podrían haberse transferido porque lavaban las prendas juntos, en la misma lavadora y mezclando la colada de los tres, como adelantó ABC, caería en saco roto.

Sergio fue detenido en agosto , siete meses después del crimen, en casa de sus padres, a la que había regresado tras lo sucedido, en Azuqueca de Henares (Guadalajara). Durante todo el proceso ha declarado en cuatro ocasiones (tres ante la Guardia Civil y otra en el juzgado de Alcalá de Henares que instruye el caso), incurriendo en contradicciones.

Ha argumentado que esa noche, cuando Celia estaba en el gimnasio, Míriam le dijo que se iba a sacar a los cuatro perros que tenían; y que él se quedó jugando a la Play Station «on line» y hablando y mensajeándose con su hermano por teléfono. Sin embargo, el análisis posterior de la consola reveló que en loso diez minutos en los que se cometió el crimen, entre las 20.40 y las 20.50 horas, no se registró actividad alguna en el juego.

Cortes en cabeza y brazo

Hay otro dato incriminatorio. El día del velatorio, acudió muy abrigado; aunque era enero, dentro del tanatorio, permaneció con la ropa puesta, lo que extrañó a los presentes. Es más, varios se percataron de que presentaba cortes en la cabeza y en un brazo . Cuando fue interrogado al respecto, dijo que eran fruto de su trabajo como técnico de mantenimiento para la empresa en que trabajaba. La juez no dio veracidad a su relato y sí al atestado de la Guardia Civil. Sobre todo, a las muestras de ADN que obtuvieron en la ropa de Míriam y que coincidían con las de Sergio.

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