Carmena ignora al Pleno y vuelve a asumir el cambio del callejero sobre Memoria Histórica

Ahora Madrid modifica la ordenanza para atribuirse la última palabra en la modificación de las calles; en junio se aprobó el acuerdo entre grupos

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Ahora Madrid desobedecerá lo acordado por el Pleno en junio del año pasado si consigue aprobar la modificación de la ordenanza que regula el cambio de los nombres de las calles de la capital, que ya ultima y que, previsiblemente, llevará a una comisión extraordinaria durante los próximos días. En aquella jornada del mes de junio los grupos acordaron - tras una petición del PP- que la última palabra al modificar el nombre de una calle de la capital la tendría el Pleno en lugar de la Junta de Gobierno.

De esta forma se ganaba pluralidad, ya que en el Pleno están representadas todas las sensibilidades políticas mientras que en esta Junta de Gobierno únicamente figuran los ediles de Ahora Madrid con un área a cargo.

Especialmente relevante resulta este matiz cuando la capital se encuentra inmersa en la sustitución de la nomenclatura de numerosas vías en virtud de la Ley de Memoria Histórica.

No hay duda de que éste es un tema muy sensible y que, como interpretó el Pleno, necesita de un gran acuerdo. Sin embargo, la modificación de la ordenanza propuesta por Ahora Madrid, lejos de apostar por que la decisión final sobre el cambio o no del nombre de una vía determinada resida en el conjunto del Pleno -órgano máximo de representación de los ciudadanos en «el foro»-, pretende que la «aprobación definitiva» resida en la Junta de Gobierno.

Esto significa que los concejales de Ahora Madrid, según su criterio, podrían contravenir un acuerdo del Pleno para, por ejemplo, mantener el nombre de una calle, parque o monumento desoyendo, incluso, las directrices del Comisionado de la Memoria Histórica impulsado por la alcaldesa, Manuela Carmena.

El proceso para dar luz verde a esta modificación está tan avanzado que justo hoy finaliza el periodo de alegaciones estipulado para incluir los cambios que el resto de partidos políticos consideren oportunos. Con esta modificación, Ahora Madrid quiere añadir tres apartados a la ordenanza general en vigor.

Destaca el primero de ellos, que consta, a su vez, de cinco epígrafes y que detalla el procedimiento a seguir a la hora de modificar, únicamente, la nomenclatura de vías, espacios urbanos, edificios y monumentos de titularidad municipal con el fin de aplicar la Ley de Memoria Histórica.

Por un lado, el texto deja claro en el quinto apartado de esta primera modificación -denominada «disposición adicional primera»- que la «aprobación definitiva» de las denominaciones propuestas para las calles recaerá en la Junta de Gobierno en lugar de, como se acordó en el pleno de junio de 2016, en la voluntad del Pleno.

El mecanismo es el siguiente: después de que el Pleno llegue a un acuerdo sobre una hipotética modificación, este veredicto será remitido a la Junta de Gobierno para que lo apruebe -o no- de forma definitiva.

Carácter centralista

Por otro lado, este primer apartado que se pretende agregar a la ordenanza vigente también dibuja los tiempos del proceso y los actores implicados en el mismo. El cambio en la nomenclatura de cualquiera de estas vías será sugerido, en primer término, por el Comisionado de Memoria Histórica, que a su vez le trasladará sus propuestas al Tercer Teniente de Alcalde de la ciudad, Mauricio Valiente.

Él será quien, acto seguido, las transmitirá a los diferentes distritos de la capital, en virtud de que la vía afectada se encuentre dentro de sus límites territoriales.

Y ahí surge un problema, ya que de acuerdo con el texto ofrecido por el Ayuntamiento sobre la modificación, Valiente únicamente hará llegar el expediente con las sugerencias del Comisionado a los concejales-presidentes de distrito. Es decir, a sus compañeros de Ahora Madrid, que tendrán 15 días para formular las alegaciones que consideren sobre las sugerencias de los expertos.

Blindaje

Lo más problemático de este hecho es que, hasta ahora, eran las Juntas de Distrito en su conjunto las que votaban, entre todas las opciones políticas, los cambios en el callejero. Con esta modificación, el poder recaerá únicamente sobre los concejales de distrito de Ahora Madrid que, en el caso de hacer alguna observación, las remitirían, vía Mauricio Valiente, de vuelta al Comisionado.

En definitiva: esta modificación da poder a una opción política para cuestionar las decisiones del Comisionado que, si bien no tiene autoridad vinculante, fue respaldado en Pleno para desligar lo máximo posible a los políticos de un tema tan sensible como es el de la Memoria Histórica.

Pues bien, una vez que los expertos evalúen estas modificaciones de los ediles de Carmena, Valiente expondrá el resultado en el Pleno, que también podrá acordar cambios en la denominación de las vías antes de que, como ya se ha expuesto anteriormente, la Junta de Gobierno tenga la última palabra.

Además, con el fin de blindar los resultados del proceso de transformación del callejero madrileño, el segundo apartado que Ahora Madrid quiere añadir a la ordenanza vigente -denominado «disposición final primera»- deja claro que la potestad de la Junta de Gobierno para dar el visto bueno definitivo a cualquier cambio en la nomenclatura viaria caducará «cuando se complete la implantación del Plan de Modificación del Callejero». De este modo, si entra otro partido al despacho de la Alcaldía en Cibeles en las próximas legislaturas, no lo tendría nada fácil para cambiar el callejero.

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