San Fermín

El atropello mortal del pequeño Ichi dispara la tensión entre familias gitanas de Usera

El entorno de Aarón cree que en el barrio hablan de asesinato porque relacionan por error el accidente con el robo posterior

El autor del atropello pasó ayer su primera noche en prisión provisional sin fianza. El dueño del coche está en libertad

Cientos de personas, muchas de ellas de origen chino, recordaron emocionadas, a la víctima ISABEL PERMUY
Aitor Santos Moya

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Ayer, dos días después del atropello mortal que truncó la vida de un niño de tres años, de origen chino, el dolor en el barrio de San Fermín (Usera) resultaba más que evidente. Por delante del establecimiento, en la calle de la Mezquita, 31, un goteo constante de personas seguía con su particular tributo al pequeño Ichi. «No hay derecho, hijo, no hay derecho...», reprochaba entre lágrimas una mujer, harta de la impunidad que impera en la zona. La omertá en el vecindario hacía aguas y pocos eran los corrillos donde el tema de conversación no estuviera relacionado con ese asunto. La delgada línea entre un fatídico accidente y un asesinato centraba, prácticamente, la gran mayoría de los debates.

Mientras tanto, el autor material del atropello, Aarón H. J., de 18 años, fue enviado a prisión provisional comunicada y sin fianza. Así lo decretó el Juzgado de Instrucción número 25 de Madrid, en función de guardia de detenidos, tras tomarle declaración. El joven, de etnia gitana, está acusado de un delito de homicidio por imprudencia, dos delitos de lesiones y un delito contra la seguridad vial. Por su parte, el segundo detenido, Armando V. B., de 21, fue puesto en libertad la tarde del lunes. Este último era el dueño del coche, un Seat Toledo gris, que acabó empotrado en la tienda de alimentación. Desde entonces, nadie le ha vuelto a ver. « Estará en su casa escondido », reconocía un hombre, apostado en un portal contiguo. Ninguno de los dos tenía antecedentes.

Paliza al padre por evitar el robo

Pese a la gravedad de los hechos, en el barrio colea, además, un lamentable episodio. Mientras Ichi agonizaba debajo del coche, un individuo, también de etnia gitana y toxicómano, trató de llevarse la caja registradora del establecimiento. « Pensábamos que estaba ayudando », relataba un testigo, sin imaginar la inmediata consecuencia que se avecinaría. «El padre del niño le tiró al suelo cuando escapaba por encima del capó; y, a partir de ahí, varios amigos del ladrón fueron a reventar al chino», remarcaba, consciente del polvorín que este hecho puede levantar en la zona. Al parecer, los familiares y conocidos de Aarón tienen la certeza de que el hurto frustrado, y la posterior pelea, lo único que ha hecho es perjudicarle. «Los que afirman que fue un asesinato, dicen también que Aarón estampó el coche para robar. Y eso es mentira», explicaban a ABC desde su entorno más cercano. «En el barrio nos conocemos todos...», advertían.

La hipótesis que maneja la Policía Municipal es la de un accidente por un estacionamiento fallido, cuando el dueño del coche, por causas que aún se investigan, dejó las llaves a Aarón, que no tiene carné para que lo quitara de la doble fila. Así lo han explicado ambos. Según pudo saber este periódico, el joven maniobró para aparcar en batería en la acera contraria al comercio. Con el vehículo alineado con la entrada de la tienda, y a varios metros de distancia, Aarón hizo que el turismo saliera disparado contra la puerta. Su intención era aparcarlo de frente , lo que explicaría el hecho de que chocará marcha atrás. «Oímos el chirrido de las ruedas y al mirar ya estaba incrustado», señalaba otro testigo de la escena.

«Ahora te quedas»

Rápidamente, varias personas corrieron hacia allí. «La madre no paraba de gritar “¡mi hijo está debajo!” y ya vimos que el pequeño estaba atrapado entre las ruedas», proseguía, sin dar crédito a lo sucedido. Aarón salió por la ventanilla y, por un momento, dudó si marcharse. No lo hizo. «Ahora te quedas y asumes lo que has hecho », le llegó a decir un amigo. Tras intentar sin éxito levantar el coche, un vecino quitó el freno de mano y entre todos, lo empujaron. Una mujer cogió al niño, lo envolvió con un pañuelo y avanzó unos metros, calle arriba, donde finalmente los médicos solo pudieron confirmar su fallecimiento.

Poco después de las 20 horas de ayer, la Asociación Deportiva Cultural Sanfer –el equipo de fútbol del barrio de San Fermín, al que pertenecía Aarón hasta la temporada pasada–, llevó a cabo una ofrenda floral en la puerta del local. A la concentración se sumaron cientos de personas, entre vecinos y ciudadanos de origen chino, que guardaron un sentido minuto de silencio. Tras ello, reclamaron Justicia, convencidos de que la muerte de Ichi «no fue un accidente».

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