El acusado de tener un arsenal con 197 armas en casa alega ser coleccionista «de toda la vida»

El procesado estuvo dos meses en coma y perdió un brazo como consecuencia de la explosión de uno de los 19 artefactos que custodiaba

Madrid Actualizado: Guardar
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Un acusado de poseer 197 artefactos sin carga explosiva en su casa y al que se le explotó un obús de la Guerra Civilprocedente de la batalla del Jarama ha alegado hoy en el juicio que era coleccionista «de toda la vida» y que no sabía que éste tenía explosivos porque «todos estaban inertes y huecos». La Audiencia Provincial de Madrid ha acogido hoy el juicio a A. V.P., que se enfrenta a una petición de la Fiscalía de cuatro años y medio de cárcel por un delito de tenencia ilícita de sustancias o aparatos explosivos, incendiarios o asfixiantes.

El acusado, que además de los 197 artefactos tenía 19 proyectiles, algunos de los cuales contenían carga explosiva, ha asegurado que se quedó con el obús que se encontró el 7 de septiembre de 2013 en el municipio madrileño de San Martín de la Vega porque su padre y él son aficionado a coleccionar vestigios relacionados con la Guardia Civil -máscaras, granadas, maquetas-.

Entonces, ha proseguido, se dispuso a limpiar la arena que tenía dentro el artefacto con un cepillo y un martillo, ya que suponía que «con el paso del tiempo, la carga se habría eliminado». «Toqué algo que pensaba que era tierra y desconecté. Después me desperté en el hospital», ha aseverado. Y ha asegurado que no habría puesto en riesgo su vida «ni loco» si hubiese sabido que el obús estaba cargado, ya que todos los artefactos que posee no tienen carga explosiva, «son inertes y sin peligro de detonar».

A.V.P. estuvo dos meses en coma y perdió un brazo como consecuencia de la explosión de dicho artefacto de 15 kilogramos que estuvo manipulando en el patio de su casa en el complejo militar de La Marañosa, en San Martín de la Vega -una zona donde aparecen frecuentemente artefactos de la Guerra Civil-.

En relación a los 18 proyectiles más que se encontró la Guardia Civil en su casa, el procesado ha alegado que «todos estaban huecos» y que no se le dio oportunidad a defender que así era porque los agentes los detonaron rápidamente «sin posibilidad» de hacer un informe pericial que lo contradijese.

También ha explicado que muchos de los militares que conocía sabían de su afición y que nunca le dijeron que estaba cometiendo algún delito o que aquello fuera peligroso. Por su parte, algunos testigos han afirmado que el acusado «no tenía autorización» para poseer dichas armas y que los agentes ya habían advertido a su padre de que «no anduviera buscando por la base militar» más artefactos de la Guerra Civil por su seguridad.

Al término del juicio, la fiscal ha elevado a definitivas sus conclusiones y ha aseverado que el acusado «sabía muy bien que ese artefacto podía tener sustancia explosiva» debido a su experiencia y conocimiento como coleccionista de utensilios de guerra. El juicio ha quedado visto para sentencia.

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