«La Universidad debe ser el motor de una economía modernizada»

El primer acto de la agenda del presidente de la Xunta en 2016 ha sido la firma de uno de los acuerdos que durante el año pasado se revelaron como estratégicos y que más duras negociaciones costó a la administración autonómica. Alberto Núñez Feijóo encabezó ayer una mesa en la que se encontraban los tres rectores gallegos, y cuatro miembros más del Ejecutivo autonómico, los conselleiros de Sanidade, Educación, Facenda y el secretario xeral de Deportes.

El Plan Galego de Financiamento Universitario movilizará 2.480 millones de euros —un 18% más que el anterior, según los datos oficiales— para marcar el rumbo de la educación superior en la Comunidad hasta finales de la presente década, por lo que garantizará la viabilidad de dichas instituciones y permitirá su planificación económica a medio plazo.

El máximo mandatario autonómico destacó la capacidad de llegar a acuerdos del Gobierno que dirige con las tres instituciones, y reivindicó logros compartidos como el de que la Comunidad lleve cuatro años congelando las tasas de matrícula hasta convertirse en el territorio español donde son más baratas, o el haber conseguido llegar a un pacto histórico sobre la docencia en medicina que implica a las tres instituciones y al Sergas para poner a disposición del aprendizaje las capacidades de la sanidad gallega. El presidente abundó en esta idea con una afirmación que se podría leer en clave política en el momento actual. «Hay que agradecer a quienes tienen altura de miras y visión de país» apuntó en referencia a los rectores, para subrayar más tarde que «vemos que es importante dejar atrás lo que nos separa y poner en común lo que nos une para alcanzar los objetivos que todos podemos compartir».

Para Feijóo, el documento rubricado ayer es una muestra «del compromiso de la Xunta con una universidad pública de calidad», que el año en curso recibirá ya un 4,8% más de fondos que el pasado, lo que supone un incremento mayor que el que presenta el presupuesto total de la Xunta para el ejercicio recién comenzado. El presidente gallego argumentó esta apuesta en la necesidad de que la «universidad se convierta en el motor de un cambio que implique la modernización de la sociedad y de los sectores productivos gallegos». Por ello, con el objetivo de conseguir que las instituciones educativas sean esa «correa de transmisión de conocimiento» y se adapten a las necesidades de la economía se introducirán alguno de los principales cambios que propone el nuevo modelo. Un ejemplo es la inversión de 50 millones de euros de modo inmediato en I+D+i para impulsar las ayudas a la captación, formación y retención de talento investigador para desarrollar proyectos punteros.

Otra de las novedades encaminadas a lograr la excelencia académica es el de lograr una mayor cooperación entre instituciones, fomentar la docencia en inglés o la especialización de los siete campus de la Comunidad. De este modo, algunos de los periféricos pasarán a denominarse Campus da Auga en Orense, Campus Terra en Lugo o Campus Industrial en Ferrol.

Propuestas de mejora

Entre las modificaciones que propone el nuevo documento se encuentra una modificación del reparto de los fondos. De este modo, una parte se asignará a cada centro por criterios «estructurales» como número de alumnos, titulaciones y horas de docencia; y otra, que se aspira que llegue al 40% en 2020, basada en objetivos como proyectos de investigación y reconocimiento internacional.

Precisamente sobre este punto fue en el que mayores discrepancias hubo entre unos rectores que se mostraron «satisfechos» por un acuerdo «bastante bueno para todos en líneas generales, pero hubieran preferido criterios que les resultasen más favorables según sus centros. De este modo, el compostelano Juan Viaño se mostraba favorable a que primasen las asignaciones estructurales y el vigués apostaba que se mejorase la financiación por objetivos, ya que la institución que encabeza es la puntera de Galicia en este aspecto.