«Es una tragedia, no sabemos nada, solo nos queda rezar»

La alcaldesa de Marín: «Yo no recuerdo nada semejante»

Los familiares del 'Villa de Pintanxo' buscan de las instituciones y de la empresa armadora respuestas que no consiguen encontrar

Los familiares de los marineros se han acercado a las oficinas de la naviera en busca de información Miguel Muñiz | Vídeo: ATLAS

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Las oficinas que tiene en Marín (Pontevedra) el Grupo Nores, armador del barco siniestrado, se han convertido este martes en un ir y venir de familiares de los marineros en busca de respuestas, que no han sido capaces de encontrar : «No sabemos nada», respondían a los periodistas concentrados a las puertas del edificio. «No sabemos nada», repetían al salir, con idénticas palabras y la misma intranquilidad con la que minutos antes habían entrado a las oficinas. La impotencia de no poder aclarar si su marido, hijo, sobrino o primo estaban entre las víctimas o, lo menos probable: en la lista de supervivientes.

Cuando pasadas las cinco de la madrugada naufragó a 450 kilómetros de la costa de Terranova, el 'Villa de Pitanxo' llevaba 24 tripulantes a bordo: 16 españoles, cinco peruanos y tres ghaneses. Pero entre esos 16 españoles se encuentran también media docena de peruanos y ghaneses nacionalizados, que llevan media vida en Galicia. Por ejemplo Martín P., de origen peruano y residente en Vigo, que lleva dos décadas trabajando para la empresa. Ayer, su tío y varios parientes entraron y salieron de las oficinas del Grupo Nores sin poder averiguar el paradero de su familiar. Los responsables del armador no tenían más información para ofrecerles que la que a aquellas horas manejaban los medios: que se habían encontrado tres supervivientes –luego se supo que entre ellos estaban el patrón y su sobrino– y que ya se habían confirmado varias víctimas mortales, todavía sin identificar.

Los familiares de Miguel Ángel L., también de origen peruano, y que llevaba más de una década trabajando embarcado, corrieron la misma suerte en su intento de buscar pistas sobre su paradero. Igual que Elisabeth, que se desplazó hacia las oficinas del armador cuando una amiga le llamó avisándole de lo que había sucedido. Su sobrino, Jonathan C., de 39 años, y vecino de Marín, viajaba a bordo del 'Villa de Pitanxo'. Hacía años que formaba parte de su tripulación. Para Jonathan, era «el barco de toda la vida » , según ha explicado su tía a a los periodistas. Su mujer estaba en el aeropuerto, a punto de coger un avión para ir al extranjero, cuando se enteró de la noticia. Como no podía ser de otra manera, abortó el viaje, y sus familiares fueron a recogerla para estar juntos mientras esperan más noticias sobre el naufragio. «Esto es una tragedia, no sabemos nada, solo nos queda rezar» , lamentaba la tía de Jonathan a las puertas de la naviera.

Un pueblo de luto

Marín no se entiende sin el mar : un pueblo marinero, con un importante puerto y astilleros, y que además cuenta con la Escuela Naval Militar, donde se forman todos los oficiales de la Armada española. El pueblo sabe bien lo que son los naufragios, y sus vecinos viven la angustia de los familiares como propia: «Es una tragedia» , repetían quienes pasaban ante el Grupo Nores. «¿Se sabe algo más?», preguntaban a los periodistas.

Pero lo cierto es que todavía no se sabía nada más. Tampoco tenía más noticias de Terranova la alcaldesa de la localidad, María Ramallo, que ante la prensa definió bien lo que significaba para el pueblo el naufragio: « Yo no recuerdo nada semejante, es un tragedia . Es una tarde de dolor y de total incertidumbre para las familias, pero de momento no podemos añadir más nombres, ni de supervivientes ni de víctimas mortales», lamentaba en una atención a la prensa.

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