Entrevista
Manuel Baltar: «Tendremos los mejores resultados electorales de nuestra historia en 2019»
Organización, previsibilidad y equipo son los tres credos del presidente provincial orensano, Manuel Baltar, que mira al 2018 como el año de los ayuntamientos y las infraestructuras
Manuel Baltar conoce hasta la historia del quinto personaje de la portada de Abbey Road, el disco de los Beatles. «El del sombrero se pasó dando conferencias hasta que murió». Por eso no es de extrañar que aplique la memoria a su día a día en la Diputación...
—Dicen que cuenta los días que lleva en el cargo, ¿hoy cuántos cumple?
—Como presidente del PP de Orense fue el 30 de enero de 2010, son 2.889, y como presidente de la Diputación, 6 de febrero del 2012, son 2.152.
—Y el resumen de todos ellos es…
—Satisfactorio total. Con muchas más ganas de hacer cosas hoy que ayer, y muchas menos que mañana. Orense da energía; controlar el pulso de la provincia da satisfacciones y la administración pública y la organización política son un escenario perfecto para la innovación. Creo que se han dado muestras evidentes en todo este tiempo de políticas caracterizadas por la planificación, la previsibilidad y, por supuesto, el trabajo de equipo.
—Ha organizado una misión comercial con empresas de EE.UU., ha aprobado un plan termal provincial, ha creado la marca Ourensanía… ¿Con qué se queda?
—El plan termal provincial. Es poner en un documento las virtudes de este territorio, sin duda el de mayor potencial termal de Europa. Nunca se había puesto sobre el papel un cronograma, y se está cumpliendo, hablamos ya del 60%. Sin duda es preparar la provincia para el gran reto histórico que es la llegada del AVE. Va a haber un antes y un después. Tenemos que tener un atractivo que nos diferencie de otros territorios. Todos pueden vender belleza paisajística o monumental, ahora bien, termalismo con las mejores aguas mineromedicinales de Europa, solo Orense.
—¿Cuándo pasará el termalismo de atractivo turístico a una industria generadora de empleo?
—Estamos en ese momento. Es el momento de convencer a inversores privados de que es una oportunidad. Este año 2017 ha visto la luz la reapertura del balneario de Caldas de Partovia (O Carballiño), donde un empresario ha puesto tres millones de euros y ha reabierto una instalación que sin duda es ya un referente. El futuro de Orense pasa por ahí. Las misiones que realizamos con el aval del Gobierno de EE.UU. también han detectado posibilidades de colaboración y de explorar nuevos mercados. Incluso el presidente de Waterkeeper Alliance, Robert Kennedy, ha comprobado in situ las bondades de un Orense termal que hoy inscribe sus letras con mayúsculas.
—Deuda cero en mayo de 2019. ¿Mandato obligado o un objetivo autoimpuesto?
—Objetivo autoimpuesto, además explicitado a los cien días de estar aquí, cuando presenté el plan Ourense-92. En junio de 2019 serán las elecciones locales, coincidiendo con las elecciones el Parlamento europeo, y la Diputación tendrá deuda cero. Estaba en un 116% cuando llegué y sin duda gracias a eso hemos podido poner en marcha planes innovadores que no existen en otros gobiernos provinciales.
—Con una deuda del 116%, ¿cómo ha sido aplicar la tijera al llegar al cargo? Ya sabe que circulan muchas leyendas sobre la plantilla de la institución...
—Muchas de ellas son auténticas leyendas y mentiras. Las leyendas las dejo para otros, igual que la política ficción. Yo me tenía que centrar en la realidad, y es que había 1.200 trabajadores, y ahora estamos en 750. Sin duda la decisión más difícil tiene que ver con esos proyectos personales, incluido ese primer ERE en una administración pública de España. Pero no me puede temblar la mano. Éramos el único partido con un proyecto de Diputación, con un candidato a presidirla, y hubo que aplicar la tijera, como dice, pero el resultado está a la vista.
—Saca pecho de balance, ¿demuestra que las diputaciones tienen utilidad real en un momento en el que están siendo cuestionadas?
—Hoy en día creo que todo está siendo cuestionado, desde la Casa Real pasando por el Gobierno de la Nación, y me parece bien que haya ese debate. Ahora, me gustaría que aquellos que se pronuncian sobre las diputaciones conocieran cómo funcionan y qué hacen. Es también a lo que me dedico: a defender la vigencia de este modelo. Este gobierno provincial ha cumplido 181 años. Somos las que menos contribuimos a la deuda pública, en un porcentaje ínfimo, y somos aquellas que garantizan a los ayuntamientos la prestación de servicios mínimos municipales.
—El 7 es su número fetiche, esta entrevista se produce el 27, del año 2017, ¿qué será el año 2018?
—El año de la consolidación, no solo de la hacienda provincial, sino de la puesta en marcha de proyectos que están en el plan de mandato 15-19. Y será también el año de los ayuntamientos, y el de las infraestructuras que aprobamos en los presupuestos del 2017. Somos la primera administración pública de España en aprobar el documento presupuestario del año siguiente. Eso es previsión. En 2018 seguirá habiendo una apuesta por lo termal, apostando por Orense como escenario deportivo, con otra etapa de La Vuelta, hablamos también de la exposición de In tempore suevorum …
—Tanto planifica que ya ha previsto el plan 19-23.
—Sí, se va a llamar 72-73. El número de kilómetros cuadrados de la provincia.
—Entiendo que se ve ejecutándolo.
—Evidentemente, si lo hago es porque lo voy a ejecutar. Pero esto no es sencillo decirlo, significa mantener el pulso de la provincia, estar en una organización política que permite estar en todas partes no solo los 15 días de campaña. Por eso los resultados son los que son y por eso en 2019 tendremos los mejores resultados de nuestra historia, superando las 72 alcaldías.
—Tanto tiempo en la gestión pública ha tenido que tener sinsabores.
—Sí, se aprende mucho pero también te das cuenta de que cuando viene una buena noticia es porque antes hubo que trabajarla mucho. Sobre todo en el ámbito político, pues comprobar la miseria de algunos al hablar de determinadas cuestiones, o incluso elementos que son habituales en la vida. Tampoco me llevo ninguna sorpresa. Veo la política con muchísima perspectiva, la viví en casa desde muy pequeño y sé que esto tiene cosas buenas y decepciones, y que esa perspectiva me hace hablar como hablo. No tengo ningún interés en seguir aquí una hora mas.
—Uno de esos sinsabores. El archivo de la denuncia que pesaba contra usted por presunto acoso, además de darle la razón jurídica, ¿también le da alas?
—Esta fue una cuestión que yo negué desde el principio y dije que operara la justicia. Así ha sido. No ha llegado ni a juicio: primero archivó el fiscal y después archivó la jueza. Me han llamado, he dicho todo lo que tenía que decir y ha quedado demostrado que era una falsedad. Ahora, alrededor de todo esto, en un estado en el que se habla de la presunción de inocencia como pilar básico, pues contemplar a un coro de personas que han sacado lo peor para atacar personalmente, me ha servido para aprender.
—¿Qué conclusiones ha sacado de esto?
—He conocido a mucha gente. A muchísima, que no llega ni a la categoría de gente.
—¿De dentro y de fuera de…?
—De todas partes. Hay que pasar por un momento de estos para ver cómo se comporta el personal. No es que desee que todos vivamos una situación como esta para comprobar la calaña que nos rodea, pero me ha servido para darle más perspectiva a la vida.
—¿Llegó a sospechar en algún momento que aquello podía ver la luz?
—Yo sabía que era un chantaje. No tuve ninguna duda. Me intentaron chantajear, me intentaron coaccionar y sabía que algún día alguien se aprovecharía políticamente. Así ha pasado. ¿Pero tranquilidad personal? Toda la del mundo.
—Ha tenido que intervenir en Os Blancos, ¿tema que tenga que hacerlo en alguno más?
—No, era una situación excepcional y era un tema en el que veníamos trabajando desde hace dos o tres años. Nadie saldría al rescate si no fuera porque esta Diputación hizo sus deberes económicamente y está en condiciones de hacerlo, y segundo porque es la filosofía de un ente como el nuestro.
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