GALICIA

La «soledad no deseada» de Paz, la anciana que pasó siete días sin beber

El Defensor del Pueblo investiga ahora qué falló para que nadie atendiese a la mujer, que pasó 23 días encerrada en su casa antes de ser auxiliada

Una anciana mira unas fotografías en blanco y negro ABC

Patricia Abet

Cuando los sanitarios entraron en la casa de Paz se encontraron con una anciana de 91 años que llevaba una semana sin comer ni beber . La dramática escena de la mujer, encogida en el sofá, cubierta de suciedad y desorientada conmocionó a la sociedad gallega, donde el número de mayores que viven solos ha crecido exponencialmente en los últimos años hasta llegar a los 121.000 . Pero el abandono de esta coruñesa, que sigue hospitalizada mientras se recupera del cuadro de deshidratación y desnutrición con el que fue localizada, también ha llegado hasta el Defensor del Pueblo, que este jueves pidió información al ayuntamiento de La Coruña sobre la situación de la nonagenaria .

Fue un vecino que llevaba días sin verla el que se alarmó y llamó a la Policía para que entrase a la vivienda. La anciana, explicó, llevaba días sin contestar las llamadas de teléfono y sin dejarse ver por el vecindario. Preocupado, el hombre tocó varias veces a su puerta sin que nadie respondiese e incluso se puso en contacto con una sobrina de la mujer, que tampoco sabía nada de ella. En la más estricta soledad, Paz pasó veintitrés días —desde el pasado 29 de diciembre— sin casi moverse ni apenas alimentarse. De ahí que cuando los sanitarios le dieron los primeros auxilios, y pese a la sensación de mareo que describió, les hubiese pedido agua .

El dramatismo de este caso llevó a Francisco Fernández Marugán, en funciones en el cargo, a iniciar una actuación de oficio en el ayuntamiento de La Coruña para conocer los programas y acciones con los que cuenta el concello a la hora de atender a estas personas en situación de extrema vulnerabilidad y detectar qué falló en el caso de Paz. Sobre el caso concreto, el defensor indicó que «es necesario que los poderes públicos aborden de manera urgente el problema de la soledad no deseada que afecta a miles de personas mayores en España». Ahondando en la problemática, que en Galicia ha elevado el número de mayores que fallecen en su casa solos y tardan días o semanas en ser descubiertos , Fernández Marugán indicó que «hay que realizar una radiografía precisa del alcance del problema pata abrir un debate político y también social».

El Defensor toma como referencia en su crítica el repunte de quejas que la institución que dirige ha recibido en los últimos años vinculadas a los mayores y el envejecimiento. Muchas de ellas, reveló, tienen que ver con la calidad de la atención que reciben en las residencias , con la aplicación de la Ley de Dependencia o con la suficiencia de las pensiones de las que viven. Sobre las denuncias ligadas al trato que se le da a los mayores, el Defensor también reveló actuaciones para frenar tratos vejatorios en relación con «ingresos involuntarios , restricciones a la libertad de movimientos, uso de sujeciones o cuestiones que tienen que ver con la intimidad de los residentes en centros de mayores.

Un millón están solos

En España, más de un millón de personas con más de 65 años viven solas, muchas de ellas sin ningún tipo de cobertura familiar. En estas circunstancias, los vecinos se convierten en muchas ocasiones en el único contacto que mantienen con la sociedad y, también, en la única mano tendida cuando sufren un accidente o necesitan algún tipo de ayuda. A su salida del hospital, Paz será ingresada en un centro geriátrico.

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