Carmen Cordón, durante su charla
Carmen Cordón, durante su charla - EFE
«Lo que de verdad importa»

«El secuestro de mi padre nos hizo imbatibles»

Los ponentes del encuentro celebrado en La Coruña ofrecen una lección de vida

Santiago Actualizado: Guardar
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La prematura muerte de su hermano, el secuestro y trágico fallecimiento de su padre y la grave enfermedad de su marido podrían haber convertido a Carmen Cordón «en una llorona», pero nada más lejos de la realidad. Todos los palos que la vida le dio a la hija mayor del empresario Publio Cordón — raptado por los GRAPO en 1995 — la han convertido en una mujer fuerte que aprendió de todo lo malo que le tocó vivir. Con cercanía y sosiego, Carmen Cordón narró ayer —en el marco del congreso «Lo que de verdad importa» en La Coruña— los momentos más dolorosos de su existencia. Aquellas experiencias de las que ha aprendido a valorar la vida para convertirse en una «supernova» que solo transmite «buen rollo».

«La muerte de mi hermano, en un accidente de parapente, nos desgarró a todos. Después de su pérdida yo busqué la mirada de mi padre durante días. Cuando nuestros ojos se cruzaron no lo encontré, me traspasaba, estaba ausente». Pero poco después, esta empresaria aprendió la primera lección de su vida, de boca de su madre. «Mis hermanas y yo estábamos llorando en la habitación cuando mi madre abrió la puerta y nos dijo que en las peores circunstancias es cuando se mide de qué pasta está hecho cada uno. Nos dijo que teníamos que ser fuertes porque éramos seis cabezas y un solo corazón. Y que al día siguiente todo el mundo se iba a lavar la cara y se iba a cumplir con su obligación. Y todas cerramos el grifo. Nadie más volvió a llorar por lo de Publio. Fue una tragedia tremenda, pero a mí me enseñó que el amor es la fuerza más poderosa y que las cosas hay que ponerlas en perspectiva», relató.

Carmen Cordón superó este duro momento, se repuso, acabó sus estudios y se convirtió en mano derecha de su padre en el grupo empresarial que dirigía. Pero tres años después de la pérdida de su hijo, Publio Cordón fue secuestrado por la banda GRAPO. Carmen se puso al frente y se encargó de gestionar el rescate, que en aquel momento cifraron en 400 millones de pesetas. Llegó con su marido a París y durante ocho horas siguió las instrucciones de los terroristas para despistar a la policía. Al final del día les hizo la entrega del dinero a cambio de que le devolviesen a su padre con vida, pero el empresario zaragozano llevaba días muerto. «Lo metieron en un zulo debajo de unas escaleras donde no se podía estar de pie. Luego lo amordazaron y lo metieron en un armario. Él trató de escaparse y, por lo visto, se cayó por un balcón. Estuvo aullando como un perro tres días con la espalda partida hasta que murió » , narró con fortaleza Carmen Cordón ante 1.500 asistentes. El impactante relato de la ponente se cerró con una llamada al optimismo, «a disfrutar de lo mejor de la vida, que siempre es gratis». «Mi padre nos dijo en una de sus cartas desde el zulo que la vida es una aventura y que las más extraordinarias están reservadas para los que las pueden aguantar. Eso he aprendido, porque su secuestro nos hizo imbatibles como familia», afirmó cargada de optimismo.

Leticia Martínez, una víctima de violencia sexual, y Toñejo Rodríguez, parapléjico y deportista extremo, también expusieron sus vivencias personales ante el auditorio asistentes al congreso, en el que colabora la Fundación María José Jove.

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