Recursos humanos
Sanidade sopesa un contrato anual para fidelizar a médicos sustitutos
Busca aportar cierta estabilidad al personal eventual disponible para cubrir ausencias
En una sanidad pública tensionada por la sobrecarga de los profesionales y las dificultades para disponer de personal sustituto con el que cubrir las ausencias de los médicos titulares de plaza —especialmente acuciante en las consultas de medicina familiar, pediatría y de urgencias de Atención Primaria—, la Consellería de Sanidade explora fórmulas de contratación que permitan avanzar en la fidelización de los profesionales y facilitar la permanencia en el servicio gallego de salud de los nuevos facultativos una vez concluida su formación MIR.
Tomando como referencia a la sanidad pública del País Vasco —el pasado 13 de noviembre Kepa Urigoitia, presidente del colegio médico de Álava y del sindicato médico de Euskadi, expuso en la sede de los médicos gallegos en Santiago esta figura a la que en su Comunidad se han adherido más de 200 médicos—, el Sergas, tal y como adelantó el pasado miércoles el conselleiro Jesús Vázquez Almuíña en el Parlamento, explora con las organizaciones sindicales el encaje de un contrato temporal que, con una duración de seis o doce meses, aporte seguridad al médico sustituto respecto al escenario actual de encadenamiento de contratos por semanas, días u horas.
«La prestación se mantendría sin cambios, con llamamientos por orden de lista para la cobertura de las necesidades allí donde se presenten, pero en lugar de firmar 20 contratos al mes el profesional contaría con un vínculo de un año, con una situación más normalizada en cuanto a descansos y días libres, vacaciones, permisos y licencias o derechos de conciliación familiar», expone María Xosé Abuín, secretaria nacional de CIG-Saúde —sindicato mayoritario en la mesa sectorial de Sanidade—, quien considera un paso adelante cualquier medida que aporte estabilidad a los profesionales.
«En principio pensamos que es una buena idea» , coincide Antonio Otero, secretario general del sindicato médico CESM —segunda fuerza en la mesa en coalición con O’Mega—. En su opinión, esta vinculación que liga al profesional sustituto con el área sanitaria escogida en lugar de con un puesto de trabajo concreto por un periodo de tiempo conocido, puede contribuir a retener en la sanidad pública gallega a los médicos MIR que terminan su periodo formativo. En cualquier caso, apunta Otero, todavía son muchas las cuestiones por definir respecto a una fórmula de contratación que, advierte, deberá ajustarse a límites de jornada adecuados, garantizar los periodos de descanso necesarios y asegurar una remuneración fija acorde a la disponibilidad exigida.
Sin más detalles por parte de la Consellería, el cronograma podría pasar por llegar a una regulación satisfactoria de este tipo de contrato antes del mes de mayo, con la finalidad de poder ofertar esta forma de vinculación temporal al Sergas a los médicos MIR de último año que en ese mes terminarán su formación. La captación de médicos no nacionales que realizan el MIR en España a través del cupo de ciudadanos extracomunitarios, y que podrían arraigar su carrera aquí a partir de esta primera contratación, apunta María Xosé Abuín, sería precisamente una de las pocas vías para ampliar el número neto de facultativos disponibles tras años, denuncia, en los que la planificación de las plazas de formación no ha servido para dar respuesta a las jubilaciones previstas en la sanidad pública.
En la sanidad vasca el contrato consiste en una vinculación estable y flexible por un año prorrogable a tres para los médicos de familia y pediatras de Primaria eventuales.
