Miguel Rosendo, líder de los miguelianos, a la salida de la casa de Oia
Miguel Rosendo, líder de los miguelianos, a la salida de la casa de Oia - ABC

El sacerdote que investigó a la presunta secta de Oia ratifica posibles abusos

El religioso reitera ante el juez lo que plasmó en el informe con el que Rosendo fue apartado

Santiago Actualizado: Guardar
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La ronda de testigos en el caso de los «miguelianos» continuó ayer con la declaración ante el juez del sacerdote al que el obispo de Tui-Vigo le encomendó investigar la supuesta secta de Oia. Su informe fue determinante para apartar a Miguel Rosendo, el líder del grupo denominado Orden y Mandato de San Miguel Arcángel que permanece en prisión desde finales de 2014 acusado, entre otros delitos, de supuestos abusos sexuales. El escrito del religioso que actuó como visitador canónico habla de esos presuntos abusos sexuales, además de rituales de curandería y supuestos comportamientos de Rosendo que no casarían con lo que se espera del cabeza de un grupo cristiano. En su comparecencia en el juzgado, el religioso ratificó lo escrito en él, según expuso al término de la jornada la abogada de las víctimas, Ana Reguera.

El documento fue motivo de enfrentamiento —como viene siendo habitual— entre Reguera y la letrada de Rosendo, Teresa Quintana-Drake. Para la primera, el informe está «muy bien elaborado» y permite «ratificar en su totalidad» las declaraciones de otros testigos, informa Efe. En cambio, para la segunda, es «absolutamente un fraude sin ningún fundamento». Drake califica de «parcial» ese estudio puesto que «la mayoría» de los testimonios procederían de personas que ya habían dejado el grupo cuando los rumores de irregularidades llegaron al Obispado. Reguera, por el contrario, sostiene que el informe plasma lo expuesto ante el sacerdote por miembros «que estaban a favor y en contra de Rosendo».

La composición del documento, de siete páginas, también fue motivo de disputa. Quintana-Drake critica que «le faltan folios» que la Guardia Civil no había sido capaz de localizar, mientras que Reguera desmintió este extremo y expuso que faltaba una hoja por aportar, escollo que ayer fue resuelto:«Posiblemente al presentarlo formaba el folio vuelto y se quedó atrás».

Otro punto de debate fue por qué el religioso no denunció los supuestos abusos sexuales al tener conocimiento de ellos. Reguera justificó que «lo veía un acto inmoral, pero no está capacitado para jurídicamente calificar una conducta valorando si hubo fuerza o si la víctima tenía su capacidad anulada». Quintana-Drake sembró la sospecha de «un código de silencio».

Testigo desde Madrid

En la jornada de ayer declaró también por videoconferencia una integrante del grupo, que seguiría fiel a Rosendo según las víctimas, y que trabaja en un geriátrico en Madrid. «Puso en entredicho las acusaciones contestando a muchísimas preguntas durante hora y media», manifestó Quintana-Drake. Por contra, Reguera, indicó que fue «poco creíble» y seguía «un guión prefabricado». Esa mujer demandará a otro testigo —que precisamente declarará hoy— «por delitos contra su honor, dignidad e intimidad» por afirmar que la vio «practicando sexo con Rosendo bajo los efectos de una sedación o sustancia estupefaciente». Mientras la investigación avanza, Rosendo continúa encarcelado tras denegar su liberación la Audiencia de Pontevedra.

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