Estado en el que quedó la cubierta de Riazor tras el temporal
Estado en el que quedó la cubierta de Riazor tras el temporal - EFE

El PP busca depurar culpas por la reforma cancelada de Riazor

Censuran que la Marea les niegue las pruebas que avalan las obras en el campo

Santiago Actualizado: Guardar
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Los aguaceros del temporal solo sobreviven en el algunas charcas por secar. Pero la borrasca se instaló en la política coruñesa, a cuenta ahora de una reforma del estadio de Riazor que el PP adjudicó en 2015, cuando aún Carlos Negreira ostentaba el bastón de mando. Los populares quieren que el alcalde, Xulio Ferreiro, dé explicaciones a por qué canceló las obras y negó al grupo municipal el acceso a consulta de hasta seis informes que probarían, según la versión del PP, que el proyecto contratado era viable.

La oposición quiere demostrar que, detrás de la cancelación del Deportivo-Betis por el desprendimiento de parte de la cubierta, hay también la responsabilidad política de la Marea Atlántica. La negación de Ferreiro a mostrar esos informes prueba, para el Partido Popular, «las mentiras y la estafa al deportivismo» cometidas por la inacción en los despachos de María Pita.

En el último pleno celebrado anteayer, la portavoz local Rosa Gallego solicitó abiertamente su dimisión por dilatar una solución al problema.

El verano pasado, el regidor reconoció que un estudio redactado por profesores de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de La Coruña (UDC) avalaba la ejecución de la reforma y que estaba esperando a la valoración de los técnicos municipales para tomar una decisión. El temporal y el mal estado de los techos de Riazor precipitaron los acontecimientos.

El arreglo de las cubiertas se efectuará con cargo a las arcas del Concello. Se espera que el Deportivo pueda volver a jugar en su césped en su próximo choque liguero en casa.

Caballero vs. Real Madrid

Colea —y mucho— el cruce de declaraciones entre el alcalde de Vigo, Abel Caballero, y el Real Madrid. Ayer, otra más. «Las decisiones sobre seguridad en Vigo las toma el alcalde, no el Real Madrid», apostilló el socialista.

El comunicado del club blanco que acusa de falsas la supuestas «presiones» que dirigió sobre Caballero no sirvieron para aplacar un conflicto que alimenta las escaletas de programas en radio y televisión. «Yo esperaba que el Madrid cooperase».

El jefe del gobierno local vigués compara su situación con la de La Coruña. Los dos ayuntamientos, propietarios de los campos de Celta y Deportivo, tuvieron que decantarse por el cierre de las instalaciones y la consiguiente suspensión de los encuentros. El equipo herculino jugaba contra el Betis. Los celestes, contra el Madrid. Caballero: «En La Coruña esa decisión no se cuestiona, en Vigo sí porque jugaba el Real Madrid y se desataron todas las iras del universo».

Maniobras deportivas y también «políticas», denunció el del PSOE, en relación al recurso de ADEVigo sobre las obras en Balaídos, finalmente rechazado.

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