Las obras de la cubierta de Riazor, paradas «por capricho» del alcalde de la Marea

El desprendimiento de parte de la cubierta del estadio de Riazor que ha obligado a suspender el partido entre Dépor y Betis podría haberse evitado. Así lo ha defendido el PP de La Coruña este viernes, después de denunciar que las obras de reforma están paralizadas «por capricho» del alcalde, de la Marea Atlántica.

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento coruñés aprobó la licitación de esta obra con el PP al frente en junio de 2015. Poco después tomó las riendas de la ciudad el regidor populista Xulio Ferreiro, que anuló el contrato con la adjudicataria. Esta decisión ha provocado un retraso en la necesaria reforma. Los populares estiman que estaría terminada a mediados de este mismo año, mientras que ahora «en el mejor de los casos» calculan que no se culminará hasta finales de 2020.

«Lo sucedido en la cubierta de Riazor no ocurrió antes porque hasta ahora hizo buen tiempo. Pasó lo que tenía que pasar y si llega a ser durante el partido podría haber desgracias personales», ha reprochado la portavoz del PP en La Coruña, Rosa Gallego, que exige la dimisión del alcalde, quien además este fin de semana se somete a una moción de confianza al no lograr aprobar sus presupuestos.

La grada más afectada ha sido la del Pabellón Superior, aunque el viento también ha generado problemas en la de Marathón Superior. «Cientos de trozos de uralita se han desprendido de la cubierta, cayendo en las calles aledañas al estadio, en la explanada entre el Palacio de los Deportes de Riazor y el estadio y en el césped», explican desde el club deportivista. Por miedo a que pudiera volver a ocurrir durante el choque con el Betis, ha sido cancelado.

El Dépor recuerda que el «importante deterioro» del techo de Riazor es «el único elemento cuyo mantenimiento es responsabilidad del Ayuntamiento» y lamenta los daños de imagen generados.