Podemos empuja a su confluencia gallega a una crisis interna

El detonante ha sido la decisión del líder de En Marea de pedir la dimisión de una diputada de la formación morada que protagonizó un incidente con la Policía local de Santiago

La secretaria general de Podemos Galicia, Carmen Santos EFE
Zoraida Rial

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El matrimonio de conveniencia que Podemos e Izquierda Unida sellaron en Galicia con colectivos nacionalistas y representantes de las llamadas «mareas» municipales amenaza con resquebrajarse. La líder de la formación morada en esta comunidad, Carmen Santos, hacía este lunes un llamamiento a «reformular y reconstruir» el proyecto de En Marea con el objetivo de convertir la formación en una confluencia similar a la que los de Pablo Iglesias mantienen en Cataluña con los «comúns». A su entender, las discrepancias y los constantes conflictos de legitimidades entre las cúpulas nacionalistas, federalistas y rupturistas ponen en evidencia que el modelo de partido instrumental que les permitió a todos ellos concurrir a las elecciones gallegas bajo el paraguas común de En Marea, «no funcionó».

Aunque la convivencia entre los diferentes partidos que componen En Marea nunca ha sido fácil, el detonante de esta última crisis interna ha sido el incidente que una diputada de la confluencia protagonizó con un miembro de la Policía local de Santiago de Compostela durante un control nocturno por vandalismo. Tal y como se refleja en el atestado policial, Paula Quinteiro, miembro del sector anticapitalista de Podemos, se interpuso entre el agente y un individuo que rompía los espejos retrovisores de varios vehículos estacionados intentando obstruir su labor policial. «¿Qué hacéis? Yo soy diputada y estais interfiriendo en mi labor parlamentaria. ¿Vosotros sabéis lo que estáis haciendo? Estais secuestrando mi labor parlamentaria y tenéis que saber que yo tego un régimen especial», espetó la diputada de la formación morada según recoge el escrito de la policía.

Apenas un día después de que trascendiese este episodio, la dirección de En Marea, liderada por el magistrado en excedencia Luís Villares, reclamó a través de un comunicado la dimisión de la parlamentaria por entender que su actitud reflejaba un claro abuso de poder que choca frontalmente con las exigencias éticas de la formación. Desde Podemos, por el contrario, optaron por proteger a su diputada y calificaron el incidente como un «asunto menor» que afecta tan solo al «ámbito privado» de Quinteiro.

La división entre partidarios y detractores de la dimisión de Quinteiro no tardó en trasladarse al grupo parlamentario de En Marea, en el que conviven miembros de Podemos, IU, el partido nacionalista Anova e independientes como el propio Villares. Tras una reunión de más de ocho horas en la sede del legislativo gallego, la formación morada logró el apoyo de once de los catorce diputados del grupo rupturista para sellar un acuerdo que garantizaba la continuidad de la diputada anticapitalista. Dicho acuerdo, no solo implicó una desautorización de facto a los órganos de dirección de En Marea, sino que supuso además un golpe a la ya de por sí débil autoridad del líder de la confluencia, Luís Villares, cuya figura ha sido constantemente cuestionada por parte de los distintos partidos que componen el partido instrumental e incluso por algunas de las principales caras visibles del proyecto, los alcaldes de La Coruña, Santiago y Ferrol.

Tras este nuevo varapalo interno, Villares optó por guardar silencio, mientras desde dentro y fuera de la confluencia crecían las voces que cuestionaban su liderazgo. Fue a la vuelta de Semana Santa cuando el magistrado en excedencia rompió su silencio para lanzar órdago a Podemos que amenaza con aumentar aún más las grietas en el partido instrumental: si la diputada Paula Quinteiro no dimite, En Marea convocará una consulta a las bases para que sean los inscritos los que decidan su futuro.

Villares prevé activar este miércoles la maquinaria para convocar la polémica consulta, algo que amenaza con tensar aún más la cuerda con Podemos. Aunque ninguna de las formaciones habla claramente de ruptura, el llamamiento de la líder de la formación morada en Galicia a «reformular y reconstruir» En Marea a menos de un año de las elecciones municipales ha hecho saltar las alarmas en el seno del rupturismo gallego, que teme que la crisis en el matrimonio de conveniencia haya llegado a un punto de no retorno.

«No vas a trabajar más»

El de Paula Quinteiro no es el único escándalo que ha azuzado la estabilidad interna dentro de En Marea. Según publicó este martes La Voz de Galicia, la persona que estaría llamada a ocupar el acta de la parlamentaria si esta presentase su dimisión, Xoán Hermida, también habría protagonizado un incidente de características similares.

En septiembre de 2016, Hermida, dirigente de la Marea Pontevedra y número seis de la lista rupturista por esta provincia, amenazó a varios agentes de la Policía Local que intentaban multarlo con frases como «tú no sabes quién soy yo», «soy de la Marea, te vas a enterar, no vas a trabajar más» o «estáis recaudando para Lores», en referencia al alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores (Bloque Nacionalista Galego).

Según esta publicación, el vehículo de Hermida estaba aparcado en una zona restringida, obstaculizando el montaje de una terraza de un establecimiento. No obstante, él explicó que únicamente había ido a llevar a su padre «enfermo» a un centro de mayores próximo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación