SOCIEDAD

El perfil del ladrón: Cómo, dónde y quiénes atracan casas en Galicia

ABC charla con agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil que plantan cara a las bandas de cacos para revelar cómo actúan

Algunos ladrones tardan menos de medio minuto en forzar una cerradura ABC

Patricia Abet

El índice de criminalidad que mide la seguridad de las distintas comunidades sitúa a Galicia como uno de los lugares más seguros para vivir y la eleva al cuarto puesto (lleva años en esta posición) como la región con menos criminalidad de España. Esto incluye todo tipo de delitos, desde los sexuales a los homicidios, pasando por los robos fuerza. Pero en este último punto, la estadística sí refleja un aumento en los atracos en domicilios que en los primeros seis meses del 2018 fue del 6,8 por ciento. En total, y de enero a junio del pasado año, se denunciaron en Galicia 1.798 robos con fuerza en viviendas . En el mismo período del año anterior habían sido 1.683.

Acerca de este repunte, desde la Policía Nacional indican que en el caso de este delito concreto es normal que se produzcan «picos» ascendentes y descendentes. «Uno de los peores fue el de 2016, cuando la ola de robos en la comarca de La Coruña en verano», recuerdan haciendo una llamada a la calma . «Los datos siguen siendo bajos con respecto a otras comunidades, aunque sí es cierto que hemos detectado bandas extranjeras que se han asentado en la Comunidad y que ya cuentan con una estructura de personas que, en su mayoría, se dedican a la vigilancia previa de las viviendas. Sabemos que estas avanzadillas están ubicadas en las ciudades de La Coruña y Vigo, al menos», explican.

Sobre quiénes roban y cómo lo hacen, los efectivos del cuerpo de Policía que les plantan cara a diario dividen dos grupos bien diferenciados. Unos, los menos profesionalizados , son los cacos patrios. Los otros, mucho más preparados, son integrantes de organizaciones criminales llegadas en su mayoría de países del Este y que cuentan con una infraestructura de apoyo en Galicia. Gráficamente, un agente especializado los define así: «Imaginemos dos edificios, uno de paja con cien casas y otro de piedra con cinco vecinos. Los ladrones comunes , con menos formación, irían al primero, a probar en todas las casas cerraduras que controlen hasta que por probabilidad roben algo. Los de las bandas del Este irían a por el edificio de hormigón, al que es mucho más difícil entrar por los sistemas de seguridad que entrañan, pero donde el botín es más suculento ».

Para dar sus golpes, a los asaltantes extranjeros no les importa realizar una labor previa de vigilancia orientada a conocer los hábitos de los habitantes de la casa. El fin es no toparse con nadie durante su asalto y realizar una acción «limpia y rápida» . Sobre las zonas diana de estos delincuentes, la Guardia Civil indica que «intentan buscar domicilios en los que tengan una ruta de acceso y huida fácil y segura». También se fijan en que las casas objeto de robo cumplan unas condiciones, como podría ser la no existencia de alarmas, perros, tránsito de vecinos o medidas de seguridad accesorias como rejas.

Bandas nómadas

Sobre el mapa, zonas periurbanas de las ciudades de Santiago de Compostela y La Coruña o Vigo concentran la mayor preocupación en términos de prevención e investigación, aunque también se han desarticulado grupos que operaban, por ejemplo, en el rural pontevedrés. Del mismo modo, es frecuente que estas bandas se trasladen de provincia. Los agentes consultados ponen como ejemplo más cercano en el tiempo la «Operación Majestic» , en la que se desarticuló un grupo que había cometido 33 robos de los que 23 habían sido perpetrados en distintas localidades de la provincia de Pontevedra, cinco en Orense y otros cinco en La Coruña.

Quienes se esconden detrás de estos asaltos profesionalizados suelen tener una «preparación heredada» a la hora de desmontar cerraduras o forzar puertas. Incluso algunos tienen conocimiento militares, pero evitan el enfrentamiento directo con el morador porque saben que si media violencia se exponen a una condena mucho mayor. Detrás de estos asaltos, aclaran desde la Policía, hay un «trabajo de fondo». Aunque evitan dar datos concretos sobre algunas investigaciones que están en marcha, recuerdan que un clan de Bosnia radicado en Madrid se trasladó a Galicia recientemente para dar varios golpes. Aquí tienen «gente que les prepara el alojamiento, sus pisos francos , y que les dan información sobre dónde actuar porque ya han estudiado el terreno».

Los expertos calculan que en el atraco a una casa puede participar desde una sola persona a cuatro o cinco. «Lo normal es que una esté controlando con un móvil por si pasa la Policía, mientras otros dos entran en el domicilio». « Van a por el dinero y el oro . No se van a llevar una televisión de 50 pulgadas», explican sobre el botín. Entrando en las técnicas utilizadas, la más básica suele ser el «resbalón», muy efectivo cuando el propietario no ha pasado la llave. Consiste en usar una radiografía o una botella de Coca-cola de dos litros. De ahí que uno de los primeros consejos al ciudadano sea que se cierre con doble vuelta.

Hasta lanzas térmicas

En el caso de los chalets, los agentes alertan de que un ladrón nunca va reventar la puerta, «prefieren entrar por las ventanas». Para sortear los obstáculos en los accesos a las viviendas, estos ladrones de guante blanco llegan a utilizar lanzas térmicas con las que pueden abrir cualquier cosa, incluso una caja fuerte . «A veces vamos a un piso en el que han robado y algunos están totalmente revueltos y en otros solo han estado en una habitación, buscando las joyas y el sobre de dinero», concretan desde la Policía Nacional. Es cuestión de minutos.

Sobre las técnicas previas a la entrada, los ladrones que operan en Galicia pueden llegar a utilizar testigos de papel en las puertas o marcas en los telefonillos para saber que han timbrado varias veces y no había nadie. Incluso tienen una simbología propia, porque quien vigila la casa no suele ser el que la roba. Así, «unos hacen el estudio de campo y otros actúan» . A la hora de forzar la entrada, están a la orden del día métodos como el bumping , que consiste en introducir en el cilindro de la cerradura una llave manipulada y golpear la misma con el fin de mover los cilindros de la cerradura y girar la llave. Se tarda apenas medio minuto . El impresioning exige «un poco de más de toque» y trata de introducir una láminas para hacer una especie de molde sobre la cerradura. La nómina de trucos se completa con el taladro y el ganzuado, aunque dependen mucho del grupo criminal en cuestión.

Con una media de unos 9 robos de pisos al día en Galicia , los agentes exigen que se cubran las plantillas de las comisarías para tener más presencia en la calle y ejercer así una labor disuasoria, fundamental en estos casos. De cara al ciudadano, indican que lo primero es dar aviso a los agentes y no tocar nada, porque la Policía Científica siempre realiza una inspección ocular en la que es fundamental «hasta la suela de una zapatilla». La lucha contra estas organizaciones dedicadas a saquear viviendas a lo ancho y largo de la Comunidad se ha saldado en los últimos tiempos con la desarticulación de importantes clanes, como el de georgianos que cayó en la «Operación Cáucaso». La «Raubon», la «Tanunoi» o la «Telefunken» son otros operativos recientes. Batallas ganadas en la guerra contra el caco.

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