Los partidos discrepan sobre cómo reclamar el traspaso de la AP-9

La transferencia del Eje Atlántico es el primer asunto que tendrá el Gobierno gallego encima de la mesa. Ayer, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, anunció la convocatoria de una reunión con los grupos del Parlamento para abordar una posición conjunta, «un frente común» de todas las fuerzas políticas, para reclamar las competencias de la infraestructura a Madrid. Con la presencia segura de En Marea, el PP adujo no recibir invitación alguna por parte de los nacionalistas para asistir al cónclave, previsto para hoy. Del mismo modo, los socialistas rechazaron el convite aunque Pontón diera por segura su presencia en un primer momento. Según el portavoz Leiceaga, éste es un asunto los suficientemente importante como para mantener la «unidad» y no formularlo en términos de «gobierno-oposición». Con las dos ausencias, el intento del BNG de aglutinar el mayor número de partidos posible resulta infructuoso.

Antes de anunciar la reunión, la líder frentista clamó contra la Mesa del Congreso por vetar el debate, después de recibir un informe de Fomento que lo desaconsejaba. «Es tremendamente antidemocrático, un agravio a este Parlamento. Lo mínimo que se puede pedir es que las leyes que aprueba esta Cámara se puedan debatir, porque si no esto es una democracia de cartón», ahondó. La semana pasada, Pontón envió una carta dirigida a los principales líderes políticos de Galicia para hacer ver al Gobierno que la AP-9 era un asunto estratégico que gozaba de amplio consenso político. En ella, también se hacía un llamamiento a la «coherencia» con las propuestas programáticas de todos, cuando el conjunto de organizaciones con representación parlamentaria prometió devolver la titularidad de la autopista a la autonomía. En el caso de los populares, se mantienen en la línea expresada durante la campaña. El secretario general, Miguel Tellado, insistió el pasado domingo durante una entrevista en la radio pública que la transferencia es un «asunto crucial» que suscita divergencias entre el Gobierno central y la Xunta.

Aunque todos están de acuerdo en el qué, el cómo entablar las conversaciones con el Estado es el principal punto de choque. El BNG quiere que Feijóo acuda a la reunión bajo la premisa de que su ausencia significaría un «plantón a Galicia». Un síntoma de que la AP-9 se ha convertido en una ventana para marcar la agenda política a menos de dos semanas de sea investido el nuevo ejecutivo. Aunque acaba de comenzar, el primer gran debate de la legislatura ya está aquí.